Capitulo 2

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-¿Quién mierda es?- Grité. 

Agh, odio que me molesten cuando no quiero nada, intenté esperar hasta que se fuera pero nada... Seguían golpeando la puerta... Y si... ¿Es Matt?. Mierda, corrí a la puerta y quitándole todos los seguros, la abrí de golpe. 

-Dios mío... ¿Qué quieres?.- Dije de mala gana poniendo una mano en mi cintura. 

-Necesito hablar contigo-. 

Entró como si nada, su mirada se fue a el salón lleno de fotos de Matt y mías. 

-Ve al grano- Dije rápidamente mientras miraba que observaba los cubos de helado en la mesa y el sofá. Mierda otra vez..

-A eso iba...- Hizo una pausa desesperante.

-Ian no tengo todo el santo día, di que quieres y acabemos con esto rápidamente.- Espeté con asco. 

-Muy bien... Seré breve, -se acercó a mi- Te he estado vigilando todos estos días. Sé qué estás triste y deprimida por lo de tu novio- Dijo la última palabra con asco y mirando hacía la foto de Matt, sus sobrinos, que son un amor, y yo- 

Esperen... ¿VIGILANDOME? ¿Qué dices que dijo? 

-¿Qué? -Dije en susurro mientras intentaba tragar las palabras que me dijo.

-Sí, eso...- Dijo volviendo su mirada hacía mi- Dispongo de un equipo de vigilancia muy bueno, y sí, he visto todo lo que haces. 

-Y.. ¿A eso vienes? ¿A decirme que me vigilas?- Dije sorprendida.

-No exactamente, ¿Quieres que saque a tu prometido de ese lugar?- 

¿Qué? OH MI DIOS, IBA A SACARLO. Mi emoción era muy clara.

-Sí, sí, sí -Dije rápidamente, con la intención de apoyarme en sus brazos para no caerme- Dios, haré lo que sea. 

Su expresión cambió rápidamente, sus cejas se levantaron de sorpresa y su mirada se fijó en mi, su sonrisa se hizo más ancha a medida que se acercaba. ¿Qué pensará?. 

-Tú lo has dicho- Bajó la mirada reteniendo la carcajada- Me voy, escucha atentamente.

Desde el atentamente, me limité a sonreír como tonta pensando en la vida que me espera con Matt, no le estaba prestando atención, solo escuché un tal Kenny y de ahí nada. 

-Adiós Danna- Bajó en su cabeza en signo de despedida y desapareció por la puerta. Me quedé apoyada en el marco mucho tiempo, parece un gay millonario, con su vestuario estándar de gay y su forma de ser. Estaba vestido con un traje de negro, y un abrigo largo, hasta las rodillas, negro grisaseo. Sin duda para hacerle homenaje a su padre, Oh mierda, su padre murió y quieren culpar a mi bebé...

Cerré la puerta, y me senté en el sofá, iba a volver... ¿O tendría que traerlo yo?... No, el sabe donde venir. Mis nervios eran notorios.

Cerré los ojos, y ese leve momento de relajación por primera vez en semanas, me dejó totalmente descansada, por lo tanto... Dormida...

-Ya voy- Grité. 

Me levanté del sofá y vi el reloj, las 9, Dios... Me quedé dormida. Fue un sueño... Matt sigue en la cárcel. Fui hacía la puerta, le quité todos los seguros que Matt me obliga a poner siempre que esté en casa sola. 

-¿Matt?- Era él, y estaba en la puerta de mi casa. Oh Dios...

-Ven aquí nena- extendió sus brazos y me atrapó en un abrazo cálido. 

Mis piernas rodearon su cintura, y lo besé como nunca lo había hecho, estaba aquí, otra vez. Nos separamos y le abracé, una lágrima cayó por mi mejilla lentamente, y vi como un hombre alto, de piel oscura y sonrisa acogedora, cerró la puerta y se despidió con la mano. 

-Oh.. Preciosa, no llores, ven aquí- Me bajó y su nariz chocó con la mía mientras acariciaba suavemente mi rostro. 

-Te eché tanto de menos- Dije en susurro mientras mi voz se cortaba por los sollozos atrapados en mi garganta. - Te amo tanto Matt. 

Sonrió, de esa manera tan suya, la sonrisa perfecta, sus ojos azules se fijaron en los míos. 

- ¿Te dije que soy el hombre más afortunado del mundo? Tengo una mujer preciosa... -Me cogió en brazos,- que me echa de menos, que me ama, que tiene unos ojos preciosos- comenzó a subir escaleras conmigo en sus brazos- a la que amo- Sonrió- ella es simplemente perfecta, y eres tú Danna Brooke, te amo nena. 

Lo besé dulcemente, y cuando me iba a separar, el atrapó mi rostro y comenzó a besarme apasionadamente, Oh mi Dios... Nos separamos sin aliento, al borde de la cama, en la habitación, sus ojos azules estaban oscuros, se veía tan sexy... Madre mía. 

Me dejó caer suavemente en la cama, mientras repartía suaves besos alrededor de toda mi cara, abrí mis piernas para él mientras se acomodaba en ellas. Mi cuerpo temblaba al paso de que sus manos frías subían mi camiseta y acariciaban mis senos.

-Oh Matt- gemí mientras quitaba mi camiseta y seguía besandome lentamente. 

-Eres mía Danna y voy a demostrarte que te amo- Miró mis ojos, Dios, que sexy es. 

Sus palabras somos como ametralladoras que disparan en el fondo de mi estómago y me hacen sentir cosas inexplicables. Quité su camiseta, mordí mi labios al ver ese cuerpo de Dios griego que le obligan a tener solo por ser miembro de la CIA. 

Le di la vuelta en la cama, y quedé encima de él. Bajé a sus pantalones... Madre mía, ¿Eso me cabe? Mordí mi labio y una pequeña carcajada salió de su garganta. Me incliné y lo besé mientras sus manos jugaban en mis caderas y en mi trasero. 

Gemí al sentarme en su erección, oh Dios mío, mi estómago se contrajo enviando sensaciones indescriptibles a todo mi cuerpo y sistema nervioso. Mi corazón iba a salir de mi pecho, mi respiración era irregular, igualando a la de él. 

Estaba desnudo, cerré los ojos guardando esa imagen por el resto de mis días, los abrí y él estaba al frente de mi, mirándome fijamente. 

-Mmm señorita Broke, pronto Señora Bomer, ¿Qué le parece si le quito ese short tan provocativo que deja ver esas maravillosas piernas en las cuales me gustaría hundirme?- Dijo tranquilamente. 

Eh... ¿Qué?... Me quedé de piedra mirándolo. 

-Bromeaba- Sonrió y su energía juvenil iba en esa sonrisa. Me acomodó bajo él mientras mi short y mis bragas desaparecían. 

-Me alegro de que solo te lo pongas para mi- Murmuró.

Don posesivo y sobreprotector vuelve. Reí ante el pensamiento. 

-Oh Danna Te haría mía una y otra vez- Gimió mientras se acomodaba sobre sus codos, dejando todo su peso sobre mi. -¿Lista?- Siempre tan cariñoso y atento, asendí levemente.

Su miembro empezó a entrar lentamente en mi, dulce tortura, cerré los ojos y me dejé llevar por las sensaciones que este maravilloso hombre me hacía sentir. Con que a esto le llaman amor...

Estas sensaciones que me llevaron a la saciedad total, hace momentos estaba sedienta de él, lo necesitaba tanto, y está conmigo ahora. Me siento tan... Pero tan bien, y todo por Ian.

Sus labios en mi cuello me hacían sentirlo más, saber que está tan cerca y junto a mi, espero que nunca se lo vuelvan a llevar de mi lado, a penas puedo soportar 8 horas en las que ambos trabajamos, 2 semanas fueron una tortura. No entiendo porqué los amordazaban, quemaban, cortaban cuando podían hacerles esto, quitarles a alguien que aman con locura, las torturas en la antigüedad eran absurdas. 

Su respiración estaba en mi oído, sus gemidos eran los más sexys que he escuchado en toda mi vida, oh Dios... Aquí venía, me apoyé en sus hombros mientras arqueaba mi cuerpo hacía él. Grité y me desplomé en un orgasmo intenso. A penas recuerdo cuando nos conocimos en la calle. Ese "¿A ti también te ignoró?" Cambió mi vida por completo. 

Cuando perdí mi virginidad con él, que recuerdo que me temblaban hasta lo que no sabía que me podía temblar. Todo fue perfecto con él y cuando me pidió matrimonio... Fue tan, perfecto... Y todavía nos esperan años juntos y espero que no se acaben pronto.

EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora