Capitulo 41

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Estaba tendida en la cama, pensando en Matt... Apagó su teléfono, ¿Por qué nunca dijo nada? La verdadera historia es que Avi es socio de Angel e intentaron hundir a Matt y a su padre, porque Avi y Angel estaban enamorados de la madre de Matt... ¿Quien iba a saberlo? 

Avi fue desde el principio el culpable de todo, obligó a Matt a que se declarase culpable del caso, porque si no... Me lastimaba a mi, quiso protegerme. Ahora... Iba a matarlo y yo no sabía que hacer, intento creer en la palabra de los chicos, que lo buscarán e intentarán evitar una tragedia... ¿Y si muere? No... No puedo ni pensar en eso.

Cerré los ojos, estaba agotada, ¿Cuando podré tener paz? Miré hacía la ventana, estaba todo silencioso, me giré por la espalda, y estaba de pie, retrocedí y casi grito.

-Tranquila, no te haré daño.
-Ian, ¿Qué coño haces aquí? ¿Y cómo entraste?
-Secreto- Sonrió.

No podía verlo por la oscuridad, estaba vestido de negro y lucía cansado.

-¿Qué haces aquí?
-Quería hablar contigo.
-¿De qué?
-De Avi y de Matt.
-Gracias por avisar.
-En cuanto me enteré, pensé en decírtelo.
-Si hubieras dicho 5 minutos antes, nada de esto estuviese pasando.
-No le pasará nada, sabrá controlar la situación.
-Eso espero...- Miré hacía un lado, una lágrima cayó de por mi mejilla- eso espero...-Susurré.
-No llores.

En un intento de abrazarme, su rostro quedó junto con el mío, lo miré a los ojos, y sus labios se sellaron con los míos, retrocedí, y tomé su cuello entre mis manos, tomó mi cuerpo suavemente para no hacerme daño. Cerré los ojos... Oh mi Dios, lo necesitaba.

-Te..te amo- susurró contra mis labios y volvió a besarme.

No era consciente de nada, solo quería hacerlo y punto, necesita distracciones y esto era una buena distracción. Tomó mi cuerpo con cuidado, pero gemí cuando rozó mi espalda.

-Lo siento...- Dijo en voz baja y se alejó -Perdoname por... Pasar los limites- Se levantó.

Se quedó de pie mirándome a los ojos, inmóvil, parpadeó y se colocó de rodillas apoyándose en la cama, quedamos a la misma altura.

-Dime... ¿Cómo puedo entenderte?
-¿De qué hablas?
-Eres tan distinta a las demás... Tan complicada, pero a la vez tan fascinante, a Matt le debió costar llegar a entenderte.
-No es así...
-Tu no lo ves, pero todo mundo sí, eres... Perfecta- Intentó sonreír.

Volvió a acercarse a mis labios y los besó suavemente, amaba sus besos... Tenía que aceptarlo, era un gran besador y que lo usase conmigo... Podía llevarme a la locura. Tomé su rostro entre mis manos y en un momento, estaba a mi lado, besandome salvajemente mientras acariciaba mi cuerpo. 

Sabía que estaba al lado, para no hacerme daño en la espalda. Su mano empezó a subir mi camiseta, gemí en sus labios, comenzó a bajar suavemente a mi cuello, hice mi cabeza hacia atrás para dejarle más espacio. 

-Oh Dios mío- gemí mientras terminaba de quitar mi camiseta 

Me miró a los ojos, y sus besos fueron bajando lentamente por toda mi anatomía, eran tan suaves, cerré los ojos y me concentré en su manos y sus labios. 

-Te amo Danna- Susurró.

Cuando abrí los ojos, él ya no tenía camiseta y me miraba atentamente mientras su mano subía y bajaba por mis piernas. Subió su mano, y atrapó mi rostro, y volvió a besarme. Lloré... 

Lo amaba más que a nada en este mundo, me salvó de todo tipo de vicio, me hizo muy feliz, hizo todo lo posible para encontrarme y cuando lo consiguió... Lo arruinó, y ahora intenta arreglarlo... Y la verdad es que, por mucho que cueste aceptarlo, lo está consiguiendo. 

Tomó mi cuerpo con cuidado y me dejó encima de él, sentí su potente erección, me arquee hacía él e intentó tomarme de la espalda, pero no lo hizo. Algo me daba la seguridad de que él no me haría daño, y que hacía lo mejor posible para no hacerlo. 

Besé sus labios e introdujo su lengua en mi boca, gemí en sus labios e intenté desabrochar el botón de su pantalón, lo conseguí. 

Miré sus hermosos ojos, brillaban. Y empezó a quitar mi short, volvió a dejarme de lado, sus labios buscaron los míos y los besó suavemente. Este es el tipo de relación que soñé con él desde un principio, todo amor y nada de problemas. 

Enredé mis dedos en su cabello, tan suave, y ahora... Estaba totalmente desnuda, enfrente de él, me sentía como una adolescente que está a punto de perder la virginidad con el chico perfecto.

Con mis piernas bajé sus pantalones, y él acabó de hacer el trabajo. Tomé su rostro entre mis manos, y él me besó. Nos besamos lentamente y lo sentí, entró en mi, gemí en sus labios pero en ningún momento dejó de besarme.

Me pareció muy tierno de su parte no ponerse encima de mi por no herirme la espalda, estábamos lado con lado, no se movía, parecía que estaba contento así. Y lo mejor.. Es que me encantaba. 

-Eres hermosa Danna- Susurró con sus labios contra mi piel. 

Sacó su miembro de mi, y no lo dejé, me subí encima de él para no tener que golpearme la espalda.

-Si, así mejor... Tomame tú, soy tuyo Danna.

Cogí su miembro con una mano y lo introduje dentro de mi, Ian mordió su labio e hizo la cabeza hacía atrás, yo podía respirar a duras penas. Me incliné y besé sus labios. Dios... Como lo amo. 

Empecé a moverme suavemente encima de él.Ian mordió su labio y me miró a los ojos.. Es tan hermoso. ¿Será que ha recapacitado de verdad? Eso espero, porque me siento... Más feliz... Y estoy feliz y feliz hasta que recuerdo los golpes, las heridas, a Matt... Mi Matt, ¿Qué será de él? 

Me desplomé en el pecho de Ian, amaba esta sensación de compañía. 

-¿Danna?
-¿mmm?
-Tu espalda.
-¿Qué pasa?- Dije cansada.
-Está sangrando .
-¿Y? No pasa nada.
-¿Puedo curarte?

Y me tensé, creo que fue por lo de las heridas.

-Está bien- Dije en voz baja..

Se levantó y fue al baño, era como si conociese mi casa como si fuese la suya. 

-¿Puedes girarte?

Y lo hice, y sentí su mano pasar lentamente por mi espalda, gemí por miedo a que me hiciese daño, pero esa no era su intención. 

Quitó mis vendas y empezó a ponerme nuevas.

-Ya está- 
-Gracias.

Y sentí sus beso, besos por toda mi espalda, tan suaves y tiernos, ahora no tenía miedo, ahora... Me sentía bien, muy bien...

-¿Me ayudas a girarme?
-¿Estás segura?- Cerró un ojo y subió su labio, es súper adorable.
-Sí- Sonreí.

Me giró, y me abrazó, sentía su cálida y fornida piel contra mi herida piel, y no me importaba, sabía que él no me haría daño. Besó mi cuello y recuerdo cerrar los ojos... Y dormir profundamente en sus brazos, sus peligrosos brazos.

EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora