Capitulo 1

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-¿Eres tú?-

La puerta se abrió sobresaltandome, el reloj marcaba las 3:16 de la madrugada... Oh Dios.. Otra vez no..

Me levanté rápidamente, huele a tabaco y alcohol, cerré la puerta a su paso.

-Oh Matt, ¿Dónde estabas?- Lo dejé caer en el sofá. 

-Eso no te importa- Dijo mientras no reconocía su voz a causa del alcohol. 

-Por Dios... -Dije mientras sentía cómo mis ojos picaban a causa de las lágrimas.

Sonrió hacía la nada, sin duda recordaba algo que le hacía gracia, empezó a reír como maniatico.

-¿Qué es tan gracioso?- Espeté, esto me daba más asco...

-Maté a alguien- me sonrió-

-¿Qué?!- Oh no, Dios mío, ¿Que ha hecho qué?!. 

-Lo maté- Una lágrima se escapó de sus ojos azules mientras sonreía-

-No Matt... No... No... Esto no es bueno.. -Dije desesperada mientras secaba sus lágrimas. 

-No lo vi... Se metió en mi camino, y lo atropellé, y he huido de ahí- Sonrió hacía la nada otra vez

No.. Esto era imposible, mi boca cayó abierta ante el pensamiento... Matthew Bomer siempre fue un hombre de bien, nunca pensé que fuera capaz de hacer algo así. Mi respiración comenzó a fallar, corrí a la cocina por mis pastillas, tomé una y me apoyé en la mesa de cerámica.

Me di la vuelta y el estaba ahí, observandome atentamente, sus ojos brillaban y estaban más azules de lo normal. 

-Matt... -Mi garganta se secó- Tienes que ir a la policía..

Solo recuerdo el estruendo de la puerta cayendo, me quedé paralizada al ver a la policía entrar y llevárselo a la fuerza, no pude moverme, me quedé quieta... Oh no..

-NO- Grité- SUELTENLO POR FAVOR- Un par de ellos me cogieron evitando mi paso.

-Lo siento- Dijo Matt mientras se lo llevaban. 

No me dejaron pasar, me quedé parada, sin nada que hacer. Mi sangre se congeló al verlo, tan indefenso... Unas lágrimas se escaparon de mis ojos. 

Antes de que lo metieran en el coche de la patrulla... Con sus labios, susurró.

-Te amo- 

Era el motivo para correr hacía una patrulla y subir, en el coche de adelante iba a él. Dios mío.. En ese momento de impotencia, me juré a mi misma... Sacarlo, cueste lo que cueste.

Dios mío, esto duele... Los segundos se hace minutos, los minutos horas y las horas años... Esta espera es la más larga que he vivido.

Nada puede distraerme... Solo un par de carteles con los más buscados del mundo. ¿Osama Bin Laden? Tenía una cruz en la foto, estaba muerto... 

Oh Dios, le estarán interrogando, espero que haya tomado café o el alcohol se le habrá subido demasiado a la cabeza... Y se pondrá sentimental y llorará. Lo conozco. 

Vi hacía la puerta, con el dorso de mi mano sequé una lágrima en mi mejilla, un chico con camiseta blanca y llena de sangre, entró. Creo que su mirada se fijó en mi al ver mi mueca de dolor. Se sentó al lado mío.

Su sufrimiento era claro, sus quejidos aumentaban cada vez que se movía. Debería ir al hospital, no a una comisaria. De reojo, vi su brazo, tenía una cortadura que sangraba demasiado, entre un tatuaje en el brazo... Dios mío. Un trozo de camiseta vieja apretaba la herida. Vi cómo intentó acomodarla mejor... Estaba mal.

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