Capitulo 34

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-¿Lista?- Besó mi frente y ascendí con la cabeza.

-Te amo Ian.

-Y yo a ti Danna.

Y entró en mi, gemí en sus labios. Seguí besandolo como si me fuese la vida en ello, disfrutaba de él, disfrutaba de su compañía. Sentía... Sentía que cada vez lo necesitaba más y más y más. Que no tenía suficiente de él. Y sí... Lo amo y creo que dos meses son suficientes para elegir a alguno, sin embargo, Matt lo es todo para mi, si se va creo que le echaría de menos. Mucho de menos.

Me siento como una paloma, si su pareja muere o desaparece... Muere de tristeza y es exactamente el mismo caso entre Ian, Matt y yo.

-¿Estás bien?- Besó mi mandíbula y mi mejilla.

-Sí.

Eso fue tan lento, tan diferente... Porque no era sexo, no... No era solo por placer, era amor. Me miró a los ojos mientras se movía lentamente.

-Amo tus ojos Danna- sonrió.

-Yo te amo a ti.

Y así nos quedamos, mirándonos a los ojos eternamente. Tomó mi mano y la colocó a mi lado, entrelazada con la de él. Mientras se movía lentamente dentro de mi, sentía su otra mano recorrer mi cuerpo tiernamente. Me sonrió y me besó suavemente. 

Cayó rendido en mi pecho, escuchaba su respiración, y su gran peso encima de mi, era tan... Exitante. Acaricié su cabello.

-Me gustan estas- Tomó uno de mis senos.

-Ian- Gemí y quité su mano.

-¿Qué? Es la verdad- Rió.

-Eso es raro.

-Oh Dios, recuerdo cuando te acomplejabas.

-¿Por qué?

-Hacías natación para esos instantes, además de que eres delgada porque te viene de familia, eras el doble, por el deporte, y veías como crecían todas tus amigas, menos tú- Rió con ternura ante el recuerdo- Para mi eras hermosa tal y como eras, hasta que de pronto... Te salieron un par de tetas enorme, y un culo espectacular- Ambos reímos- Sigues siendo hermosa Danna, seas que seas.- Me miró y sonrió.

-Creo que me acuerdo

Sentí sus besos en mi pecho.

-Hueles de maravilla.

Y sentía que con sus besos y con el latido de su corazón, que iba a dormirme, pero sobre todo... Que me sentía amada, en el lugar en el que antes no sentía nada de amor, se ha llenado totalmente. 

-Ian, quiero hablar contigo.

-Dime, hermosa.

-Me voy a casar con Matt dentro de dos semanas.

Subió la mirada inmediatamente, algo se rompió en su interior. Quiso cerrar los ojos, pero no lo hizo.

-¿Entonces que haces aquí? 

-Que falten dos semanas no significa que no esté a tiempo de elegir.

-¿Tengo oportunidad?

-Un 50%.

-¿Ya la otra mitad?

-Está claro que Matt.

-Espero que me eligas a mi Danna, seríamos felices, te llevaría alrededor del mundo, te enseñaría cosas que nadie te ha enseñado, te amaría más que nadie en este mundo. Danna- Se incorporó y me miró a los ojos- Yo puedo darte mucho más de lo que él puede darte.

-No es material Ian. 

-Ya sea material o de aquí- Colocó su mano en su corazón- yo podré amarte cada día de mi vida.

-¿Cómo estaré segura de eso?

-Es simple, te diré todos los días que te amo, te haré mi princesa, porque eso es lo que eres una princesa, puedo... Puedo hacerte feliz, muy feliz. 

-¿Muy feliz?- Reí.

-Mucho, mucho- Rió también- Y...-Tomó mi mano- Nos casaremos y tendremos miles de hijos, ellos crecerán y nosotros nos alejaremos de todo este mundo del dinero y dramas, a vivir a un pequeño pueblo al lado del mar, en dónde nos alejemos de la civilización y podamos ser muy felices, juntos. Tú cuidarás de mi y yo de ti, hasta que alguno de los dos muera...Y si soy yo, moriré feliz de tener la conciencia tranquila porque hice todo lo que pude y porque estuve a tu lado- Sonrió.

-Que soñador- Le sonreí.

-Si no se sueña en grande... ¿De qué sirve soñar?

Se acercó a mis labios, y me besó suavemente, tomé su rostro entre mis manos, Dios mío... Es jodidamente perfecto. 

-¿Por qué sonríes?

-Eres... Hermoso

-¿Eso te parezco?

-No tienes ningún defecto Ian.

-Tengo muchos.

-Pero son difíciles de ver.

-¿Y Matt... Tiene defectos?

-No- bajé la mirada- ¿Sabes?

-No.

-Ja ja, gracioso, mañana mismo voy a elegir a alguno.

Frunció el ceño y entrecerró un ojo, es súper adorable.

-¿No te parece un poco precipitado?

-Han sido dos meses.

Su mirada pasaba por todos los rincones del lugar lentamente, como pensando y hubo silencio, mucho silencio, y no era incómodo, es más, yo estaba disfrutando.

-Está bien, pero... Piensalo bien, no quiero que después te arrepientas.

-¿Qué quieres decir?

-Que si me eliges a mi o a Matt, no quiero que luego te arrepientas.

-¿Qué te hace pensar en eso?

-Es sólo un consejo.

-Ian...

Lo miré a los ojos quería preguntarle.

-¿Por qué mentiste con lo de Angel?

-Danna- Me advirtió.

-¿Qué? Me pareció muy cruel que hayas intentando hundir a Matt.

-Gracias a eso, volví a encontrarme contigo- Sonrió de esa manera tan suya.

-No intentes evadir el tema- Se encogió de hombros.

-Te confesaré algo... Una vez, me acosté con una mujer, la cual, supuestamente, estaba embarazada de mi... Le enviaba más de 60 mil dólares cada mes, y mi padre me amenazaba, decía que se lo diría a todo mundo, y eso fue lo que pasó... Me amenazaba todo el tiempo, además... Es de mi familia, y sentía la obligación de ayudarlo. La cuestión es que hace poco, me enteré que la mujer nunca estuvo embarazada de mi, así que... No me da igual que lo metan a la cárcel, pero si que se lo merece.

-¿Tienes idea de el porqué? 

-La madre de Matt, si se hubiese casado con ella, tal vez él ni yo hubiésemos existido.

-¿Se iban a casar?- Dije con sorpresa.

-Claro, pero como el padre de Matt sedució a la madre de Matt, y dejó a mi padre... De ahí el odio.

-Oh mi Dios, no tenía ni idea- Gemí.

-Tranquila pequeña, ahora con Angel en la cárcel, no pasará nada.

-¿Seguro?

-Seguro.

-¿En serio?- Reí.

-Si- Rió conmigo.

-¿Segurisimo?

-Sí- Volvió a reír.

-¿Me lo demuestras?

Y sus labios se sellaron con los míos.

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