Capítulo Diecinueve: Nervios de punta (II)

373 16 0
                                    

Winter

Dos meses más tarde

El plan que tenemos Luke y yo para casarnos es simple. Decidimos casarnos el 14 de febrero. Muy cliché, lo sé, pero nos parece la fecha perfecta por las circunstancias de nuestro romance.

Me siento horriblemente mal desde hace ya dos días. Maldición, sabía que no debí haber comido ese sushi.

─ Amor, ¿te encuentras bien? Ya hace días que estas muy decaída. ─ Pregunta Luke, preocupado al verme tendida en la cama.

─ Si, debe ser que el sushi del otro día me cayó mal..

─ Tal vez, pero no me voy a arriesgar a que sea un efecto contrario de los medicamentos que tomas por la herida. Te llevaré al medico. Andando. ─ Dice cargándome y llevándome al auto.

─ ¡Oye! ─ Digo yo, molesta.

─ Sabía que te opondrías, por eso te cargué. ─ Dice sonriendo inocentemente. ─ Mi trabajo es velar por tu bien, y qué mejor manera de hacerlo que llevándote con alguien que sabe de estas cosas. ─ Murmura para tranquilizarme

─ Bien, arranca el auto...─ Digo y bufo.

─ Okay, señorita mandona...─ Dice Luke, divertido.

Minutos más tarde

No les voy a narrar la historia de cuando vimos a la doctora y todo eso. Solo me hizo un análisis de sangre para saber qué tengo y estamos esperando los resultados.

─ ¿Winter Diamond? ─ Dice la bióloga. ─ Aquí están sus resultados...

─ Bien, muchas gracias. Que tenga buena tarde... ─ Digo yo y tomo lo que me entrega. Abro el sobre y quedo pasmada con lo que veo.

─ Amor, ¿estás bien? De pronto empalideciste... ─ Pregunta Luke aún más preocupado que antes. Como no tengo habla, le muestro el papel de los estudios.

"El individuo se manifiesta en estado de embarazo con valores en sangre óptimos "

─ Santa puta... ¡Carajo, estamos embarazados! ─ Grita Luke, tomándome de la cintura y abrazándome, girando por los aires mientras ambos lloramos de la felicidad.

─ Mierda, un hijo nuestro... No pensé que ocurriera tan rápido, pero al fin y al cabo es un bebé... Luke, ¡Tendremos un bebé! ─ Digo yo, abrazándolo con emoción, mientras lloro junto con él.

Nos vamos del hospital muy emocionados y felices. Al llegar a casa, curiosamente están todos los familiares. A veces pienso que se reúnen en secreto para hablar de nosotros.
Nos vieron las caras llorosas y las sonrisas. Nuestras madres son las primeras en aproximarse.

─ ¿Qué sucede con esas caras? ─ Pregunta Liz.

─ ¿Qué ha pasado? ─ Dice esta vez mi madre, preocupada como Liz.

Miro a Luke, luego a nuestras madres, y les muestro el papel.

─ ¡Ay! ¡Ay, Dios! ¡No puedo creerlo!─ Dice mamá, abrazándonos a ambos mientras llora de felicidad.

─ ¡Aw, mis niños! ¡Esto es mucha emoción para un solo año! ─ Festeja Liz abrazando a su hijo y luego a mí.

─ ¿Qué sucede que hay tantos gritos?─ Pregunta Charlie con la multitud detrás de él.

─ ¿Les decimos? ─ Pregunta Luke.

─ Sip.─ Sonrío. ─ A la cuenta de tres. Uno, dos... ¡tres!

─ ¡Estamos embarazados! ─ Decimos con una sonrisa gigante.


La cabina de besos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora