Capítulo seis: Desenmascarando verdades

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Winter

Despierto a eso de las cinco y media de la tarde, y debido al silencio, apuesto a que resto ha salido o sigue durmiendo. Ya ha pasado una semana desde mi fiesta, pero anoche Marshall tuvo una cena de negocios a la que mamá fue con él, y como mi primo Steve iba también, Lucas se unió a ellos.

Yo por mi lado, la pasé genial en simultáneo. La mejor ecuación matemática ha dado por resultado una noche fantástica: 

Películas + Comida + Luke a mi lado - Hermano molesto + Helado + Café caliente - Madre curiosa - Tío celoso - Padrastro chismoso = Perfección.

Cada día nos unimos más con Luke, realmente siento que se está esforzando por enmendar su error. Y, por lo que he visto (porque no soy tonta ni ciega) intenta ganarse mi corazón. Es algo bastante obvio que ambos nos sentimos atraídos el uno por el otro, pero me gusta saberlo lo suficientemente interesado en mi como para regalarme momentos tan divertidos como el de anoche. 

Diversión sana, muchas risas, miradas cómplices y uno que otro sonrojo. Ni siquiera fue necesario rozar nuestros labios o mirarnos de forma provocativa. Sus brazos fueron mi refugio y descubrí que jamás me he sentido tan cómoda como en esos momentos. 

Pasó la noche aquí en casa, durmiendo conmigo en el sofá cama de la sala de estar, obviamente abrazados mientras disfrutábamos el sonido del silencio, pero en la mañana temprano tuvo que irse rápido ya que su mamá lo necesitaba para organizar el almuerzo de bienvenida de su hermano Jack, el cual llegó en la madrugada de un largo viaje desde Surinam, al cual había ido con el fin de una misión de rescate a los osos perezosos en extinción. 

Luego de haber terminado de asearme y colocarme en condiciones mi teléfono suena, escuchándose "Counting Stars" de One Republic. Ese es Calum.

Descuelgo, dando inicio a la llamada.

─ ¿Hola?

─ ¡Hey, Win! ─ Habla, nervioso. 

─ ¿Qué tal, Kiwi? ─ Pregunto, divertida, sabiendo lo mucho que odia ese apodo.

─ Espera, lo coloco en altavoz. ─ Hace una pausa, se escuchan unos ruidos de fondo y luego los demás saludan. ─ Tenemos que decirte algo, y no es exactamente bueno... ─ Murmura, apenado.

─ Oh, ¿qué ocurre? ─ Musito yo, preocupada por él. ─ ¿Se adelantó el viaje? 

─ Bueno... Si, algo así. La directora, digo, tu tía, ha adelantado la fecha de la ceremonia de graduación y bienvenida a los ingresantes que había sido pospuesta para dentro de cuatro meses y... Tendremos que partir mañana... Nos necesitan para la organización porque los demás chicos del consejo renunciaron a sus cargos y quedamos nosotros como interinos. ─Pausa. ─ Tenemos que estar ahora para tener tiempo de organizar y cuando todo haya pasado podremos volver a casa. Si no vamos, perderemos los honores. ─ Se queja. 

─ Oh... ─ Contesto, triste. ─  Bueno... Gracias, por avisar... ─ Pauso. ─ Los dejo, chicos. Iré a hablar de esto con mi mamá, a arreglar los papeles del viaje y a ver qué le digo a Luke... 

─ Yo me encargo del cambio de ticket, amiga. Tú tranquila. ─ Dice Kiara y le agradezco.

─ Suerte, pequeña. Si nos necesitas, llámanos. Cuentas con nosotros para todo. ─ Dice Kyle. 

─ Adiós.

Cuelgo la llamada y suspiro. Me pongo de pie y empiezo a preparar mis cosas, lo cual no me tomó mucho tiempo ya que por pereza no he terminado de desempacar todo. 

Cuando termino, me encuentro en un violento torrente de tristeza. ¿Qué se suponía que le diré a Luke, a mi madre?

Como por arte de magia de invocación, Luke me llama. Tomo la llamada. 

La cabina de besos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora