Capítulo 10: Aquel Barco - Maratón 4/4

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Una vez que Cheeto y Alex se fueron, Luzu se levantó para dirigirse, ya decidido, a confesarse frente a su amigo.

Pero al ver allí a Frank tan débil y vulnerable despertó las ganas de protegerle de Luzu.
Estaba llorando, diciendo y gritando cosas.

—Joder, ¿por qué?, ¿por que a mi?—el pelinegro se pasaba una mano por su cabello de una manera basante frustrada—. ¿Por qué te amo tanto?... ¡Me enamoré de mi mejor amigo joder! ¡Que puta impotencia!

—Frank... —susurró.

Frank dejó de gritar y quedó paralizado, ¿le abria escuchado decir todo eso?. No. El destino no podía ser tan hijo de puta para hacerle eso... O eso esperaba.

—Luzu... —le dijo también en un susurro. Y se comenzó a voltear, con los ojos rojos por llorar y con la cara cubierta por las lágrimas.

«Me escuchó, me mandara a la mierda, me mato tío» sus pensamientos le estaban jugando una mala pasada. En cualquier momento el corazón se le saldría.
«Le gusto, no tengo nada que perder» pensó Luzu, acercándose con cuidado, sin dejar de mirar los ojos del contrario.

—¿Que dijiste?, repitelo por favor.

—¡Eso, me gustas!, hace días, meses, años quizás y nunca me dí cuenta, por favor si me vas a tratar de gay y mandarme a la mierda... ¡te pido que te vayas!

—¿Ya acabaste? —dice de una manera tranquila y Frank asiente—. Como podría mandarte a la mierda... Si... tu también me gustas.

Le tomó la nuca con una mano y la cintura con la otra mientras Frank seguia en shock. Y unió sus labios de una manera tan rápida que Frank no tuvo tiempo de reaccionar.

«Me correspondió, no me mando a la mierda, me esta besando... y es... experto besando el cabrón» Frank le devolvió el beso, agarrándolo también por la nuca.

«Dios Frank, tus besos son la jodida gloria» pensó Luzu cerrando aún más sus ojos.

Cuando la falta de aire se hizo presente se vieron obligados a separarse.

—N-No me lo creo Tío —Francisco parpadeaba de una manera muy rápida, quería pegizcarse para saber si no era un sueño.

—Creetelo, de hecho te venía a decir precisamente eso. Que me gustas.

—No te creo Luzu. No logro creerte.

Luzu se acercó de una manera lenta, pasando su mano por el borde del mentón de sTaXx, y dejó un suave beso sobre sus labios, luego, volvió a besarlo esta vez, de una manera muchísimo mas intensa.

Era un sabor agridulce que encantaba a ambos chicos, el sabor de los labios del otro era simplemente adictivo, además, la brisa que corría hacía que ambos sintieran una calidez tremenda sobre su piel.

—¡Volvimos! —escucharon ambos chicos, y se vieron obligados a separarse nuevamente.

—Hay que bajar.

—Está bien.

Ellos iban atrás de los demás quines conversaban divertidos, era un silencio incómodo. No querían cruzar miradas, parecían como perdidos en encontrar alguna forma de hacer mas amena la situación.

—Frank...

—¿Si, Luzu?

—Te quiero.

Esas palabras dejaron O.K. al joven pelinegro, quien atinó a sonreír. Sus mejillas tomaron un leve color carmín por culpa de lo dulce que podía llegar a ser Luzu.
—¿Si te digo que yo también?

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