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Capítulo 1: ¿Donde estamos?

Rubius se levanta sobandose la cabeza mientras se acostumbra a la luz del lugar, todo es mas claro de lo que acostumbra, y siente un horrible dolor de cabeza.

—¿Que pasó?—Pregunta al aire—, ¿donde estoy?

—Estamos, querrás decir—escucha una voz con un acento muy familiar cerca de él y volteandose se encuentra con una sorpresa.

—Ma-¿¡Mangel!? —se siente como un bobo preguntando, ¡obvio que es él!

A no seeeeeer.

—¡Rubius!

Ambos se abrazan felices de, por lo menos, estar juntos en ese lugar desconocido para ambos, al cual no sabían como habían llegado, o cuando, ¡o donde estaban!

—Joder tio, mi cabeza —escuchan una voz conocida—, mamones, dolió.

—¿Luzu?—preguntan Miguel y el castaño al mismo tiempo, luego ríen por decir lo mismo

—¡Chicos!—dice sintiéndose feliz de no estar solo—, ¿Que es lo que pasó?

—Recuedo que estabamos viendo la peli cursi esa—dijo acariciendo su mejilla como recordando—, y... ¡eso! —por último dio una sonrisita inocente

Miraron a su alrededor, no veia mas que piedras, arena y hojas, parecía una especie de playa. La arena parecía suave, y las hojas eran muy verdes, que lindo era todo.

—Veamos si hay alguien más—propuso Mangel poniendose de pie, miró que Rubius tenia dificultades, parecía haberse golpeado la pierna—. Te ayudo—dijo, dándole la mano a Rubius, pero desequilibró y se afirmó al cuello contrario, Miguel lo sostuvo de la cintura.

—Gra-cias —con un leve sonrojo Rubius se apartó del pelinegro, ¡Que vergüenza!

—Vale—Luzu los miraba atentos, el castaño sonrojado y Miguel agarrando su mano para que no cayera—, ¡aja, lo sabía!, ¡RUBELANGEL BITCHES!

Miguel soltó una risa, mientras que Rubén se sonrojaba mas y le hacia cayar. Luzu reía viendo el nerviosismo de ambos.

Los tres comenzaron a caminar por la suave arena blanca que conforma aquella bahía además de sus preciosas aguas color esmeralda, que reflejaban las hojas de las verdes palmeras y arburtos.
De pronto escucharon arbustos moverse, dando a entender a los chicos que hay algo entremedio

—Ha-hay a-algo por allí —habló Rubén algo asustado tirando pasos hacia el lado contrario de donde se habian escuchado los sonidos—

—¿¡Quien anda ahí!? —gritó Miguel.

De los aburtos aparecios un chico castaño y musculoso que conocian bien, tenia la camisa un poco rajada, pero de por si, lucia igual que siempre.

—¡Vegetta! —gritaron Rubén, Luzu y Mangel a la vez.

—¡Chavales!—contestó este, feliz de encontrarlos, cumpliendo lo que había salido a hacer.

Todos se acercaron y se saludaron como siempre lo haciendo, riendo, comentaron que podría estar pasando, hasta que a Rubius se le ocurre preguntar por sus amigos, ¿donde estaban Willy, Frank, Alex y Cheeto?.

—Los demás estan por acá—dijo apuntando hacia una parte de la isla—, vengan, los guío.

Todos se comenzaron a caminar dirijidos de Vegetta, quien iba a delante. Al rato ya estaban con sus amigos, todos juntos comenzaron a caminar para lograr ver donde se encontraban pero solo veian playa a su izquierda y una selva tropical a la derecha. No había nada y ya comenzaban a desesperar. No querían morir de hambre, frío, cansancio o por no tener internet.