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Capítulo 38: Mienteme.

Rubelangel:

.-Narra Rubius-.

Iba de camino a buscar mis cosas a... nuestra casa.

Y aun que intentaba estar tranquilo, los nervios me comian por dentro. Estaba ansioso de verlo o quiza ni siquiera esté en la casa; aun estaba enfadado por que me haya engañado con Alex y por lo que ya se, Chetto ya se enteró.

Me estaba quedando en casa de Luzu con StaXx que me recivieron con gusto, claramente les tuve que contar todo. StaXx me apoyaba pero Luzu me trataba de decir que habló con Mangel y que él está muy mal y que Alex fue el que le besó. ¿Que si le creo? Pues, un poco.

Habia visto varios departamentos donde irme a vivir, pero como no me habia convencido ninguno por ahora solo iba a llevar ropa limpia para seguir viendo donde vivir solo.

Me costaria acostumbrarme a estar solo, sin Mangel; sin que él me despierte por las mañanas con un beso y un "Buenos dias mi Rubiuh". Y esta semana, esta samana habia sido la peor de todas, lejos del amor de mi vida. Extrañaba todo de él, su acento extraño y tan lindo, su sonrrisa, sus ojos, su humor extraño, su hermosa personalidad. Todo de él.

Estaba frente al portal de donde vivia, subí lentamente hasta el piso, tan lento que descubrí que son 75 los escalones hasta arriba.

Frente a mi estaba la blanca puerta que impedia mi paso hasta el piso, no sabia si tocar o abrir con mi llave, revisé mis bolsillos pero no la habia traido asi que tenia que tocar...

Respire ondo, lo solté y toqué.

Uno, dos, tres toques y abrió.

Creo que se quedó de piedra al verme, asi estaba yo. Nerviosisimo al verle, lucia un jeans olgado de color azul, su polera de Gta V y su cabello despeinado. No podia evitar decir que si estaba muy guapo y lucia bien pero en sus brazos llevaba muñequeras, jamás le gustó usar de aquellas ¿por que estaba usando ahora?.

R: Hola Miguel. -Dije seguro y frio, no me gustaba ser asi con él pero debia mantener mi papel de enfadado-

M: Ho-hola Rubén. -tartamudeó, se le notaba nervioso, siempre supe reconocer sus actitudes- emmm, pasa.

Asentí mientras el se hacia a un lado para que yo pasara, la casa estaba en total orden. Nunca la habia visto tan ordenada.

R: Wow, esta todo muy ordenado y limpio, realmente te empeñaste.

M: Gracias, ordené para... ti.

Mi cuerpo se tensó. Habia hecho todo esto por mi y solo por mi; por que yo vendría.

R: Iré a mi cuarto.

Fui y cerré la puerta fuertemente, miré cada rasgo de mi cuarto; lo habia ordenado y limpiado.

R: Hay Mangel...

Miré que en mi cama estaba la almohada que él me habia regalado para San Velentín, estaba allí sobre la cama que estaba toda ordenada.

Comenzé a sacar las cosas, solo un par de ropas suficientes y salí de mi cuarto. Si, guardé la almohada en mi maleta.

Cuando tomé la manilla para salir de casa algo o mas bien alguien me detuvo agarrandome por la mano.

M: No te vayas por favor.

R: Miguel sueltame. -Dije girandome para mirarle a los ojos-

Tenia los ojos rojos y las lágrimas recorrian sus mejillas, su muñequera se habia corrido ligeramente dejandome ver claras cicatrises de cortes. Abrí mis ojos como platos al verlos.