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Capítulo 35: No me Dejes.

Wigetta:

.-Narra Vegetta-.

Estaba todo oscuro. A lo lejos logré divisar una silueta, una luz la iluminó y la logré visualizar bien.

-Guille!- grité corriendo hacia él pero a medida que daba un paso él se alejaba.

-Alejate!, Tu me arás daño!- gritó con lágrimas en sus ojos.

-No!, te juró que nunca más aré eso!- estiré mi mano y avanzé nuevamente pero seguia alejandose.

-Me largo y no me sigas. Me quieres avandonar y no lo permitiré!, ¡ME VOY!. Eso querias y eso tendrás, Hasta nunca Samuel. -

Su silueta desapareció, me sentía mal. Caí de rodillas al suelo y las lágrimas se deslizaron solas por mis mejillas.

-No me dejes- susurré - no, no lo hagas. No me dejes... no me dejes...

V: No me dejes, no me dejes. ¡NO!

Desperté sobresaltado, me encontraba en mi cama. Tenia las mejillas empapadas con lágrimas y mi cuerpo temblaba. Era demaciado para mi tener que avandonarle asi pero era lo mejor para él.

-Es lo mejor para él, tu solo le hacias daño-

Esas precisamente fueron las palabras de Keit, yo le hacia daño y nada más que eso. Cuando terminé con él me mostré serio y frio, pero queria lanzarme sobre él a devorarle los labios y no dejarle ir nunca mas pero el temor a que mi yo agresivo volviera me hizo mantenerme frio, seguro y directo.

Nunca le quize hacer daño, jamás habia pensado en hacer aquello tan malo y la verdad siempre estuve en contra de las agresiones de cualquier tipo pero ahora ya no se que pensar de mi.

Me doy asco a mi mismo, me odio. ME ODIO!. Odio tener este... ni se que nombre ponerle. Soy una bestia y no como cuando lo digo en los videos si no esta vez de las malas

Y bien malas.

Me levanté y miré mi móvil para presenciar a que hora me habia despertado aquella horrible y casi cierta pesadilla.

V: Las 4:36 de la madrugada.

No era tan temprano, al menos para mi no.

Habia desatendido durante un buen tiempo mi canal asi que me dirigí al baño y lavé mi cara. Me coloqué la ropa que uso para correr e ir al GYM y salí a hacer ejercicio, asi volveria y mis guapísimos me verian mucho mas ejercitado y espero mejor de humor.

Traté de despejar mi mente de cuanquier pensamiento pero cuando creí que lo habia olvidado durante un par de minutos apareció aquel chico de ojitos achinados que se roba mis horas de sueño y mis suspiros.

Estaba en el parque de en frente tirado en el césped mirando para el cielo, estaba con un pantalón de buso y una polera negra con un estampado que no lograba divisar de que era o a que hacia referencia.

Una parte de mi queria acercarsele pero la otra queria huir lejos para no volverle a ver.

Mis piernas se movieron solas hacia él, quedé a un metro aproximadamente de distancia con su cabella de cabellos castaños oscuros. Estaba llorando y murmurando cosas sin sentido y otras que entendia a la perfección.

W: Aun te amo, por que no entiendes eso... te extraño Samu.

V: Guille... -susurré arrepintiendome al instante-

Dejó de murmurar y limpió sus ojos pero de su lugar no se movió.

W: Hola Samuel.

Sabia que me reconoceria, mi voz aguda nada adecuada a mi edad y anatomía era muy conocida.