Después de llevarnos a casa, subí a mi habitación rápidamente y di un portazo cabreada, estaba harta de personas idiotas como las que me rodeaban. Y esos dos malditos que llegaron hoy algo me decía que no me harían la vida más fácil — cosa que creía que podría ser — aunque por decirlo de alguna forma el tal Justin parecía más majo que el otro. Aunque sean primos — que contaron su historia a Sus, yo pensaba en las musarañas y no me enteré bien — son bastantes diferentes por lo poco que me fijé.
Y al caso, no estaba para perder mi tiempo hablando de seres como esos. Lo que más me sacó de mis casillas fue que durante el trayecto de volver a casa el estúpido de Chad se dio cuenta que a nuestro lado iban éstos y preguntó por ellos. Yo pasé de él pero mi querida amiga como es de esperarse, no se calló.
Después de ello empezó diciendo burradas que entonces le contesté de la forma más grosera que le había hablado hasta ahora. Y por eso mismo ahora estaba aquí tirada en mi cama con el cojín entre mis brazos.
Vaya asco de primer día y lo más seguro que mi padre me llame hoy para preguntar como me fue. Le tendré que mentir lo más seguro e incluso hablarle de lo que sucedió en estos días estando aquí con la persona que dice ser mi madre. Esa es otro problema más.
— Kels déjame entrar — no se cansará de marear el maldito.
— El buzón de voz está petado, por lo que no puedes dejar tu mensaje. Gracias y adiós— dije sarcásticamente.
No se quedó atrás y siguió intentando. Creo que me sacará más de las casillas y saldré a pegarle un puñetazo que no le conocerá ni su padre.
— Ábreme anda, no seas niña — siguió insistiendo.
— ¿Es que no ves que no tengo ganas de hablar contigo? — reproché, a ver si así me hace algo de caso y se larga de una vez por todas.
— Solo bromeé antes así que no deberías de enfadarte.
— Vete y déjame tranquila — mi paciencia estaba acabando conmigo.
Se escuchó tras la puerta como daba una patada a no sé donde y se alejaba de mi habitación. Gracias a dios. Si hubiera seguido, molestaba de verdad que se iba a llevar ese golpe que tantas ganas tenía de darle.
[...]
— ¿Cómo te va mi niña?— hace unos segundos que le llamé ya que me moría del aburrimiento y eso que se suponía que iba a llamar él.
— Pues ahí va papá...
— ¿Con tu madre todo bien?
— ¿Quieres que te mienta o te diga la verdad?— estaba tirada en la cama bocabajo y con las piernas hacia arriba.
— ¿Habéis discutido ya?
— Para no discutir con ella, llego aquí en una mansión con su marido y su hijastro. Luego me hacen una fiesta de bienvenida, pero entre comillas porque solo la hicieron para dar la noticia de que están esperando un hijo. Y para colmo no aguanto al niño este, es muy estresante todo papá. Llévame contigo...
— Kelsey deja de dramatizar y cálmate. Piensa que solo son unos meses, podrás aguantar. Y si tu madre está embarazada no le des motivos para enfadarse que eso es malo.
— Tu como siempre le tienes que defender ¿no?
— Es por el bien de todos. Te tengo que colgar que tengo una reunión, te llamaré en unos días.
— Gracias por tu ayuda — y colgué.
No me sirvió para nada hablar con él, pensaba que estaría de mi parte pero por lo que me di cuenta no fue así. Siempre tiene que defender a Helen. Si no fuera porque están divorciados y ya tenía claro que entre ellos no puede haber nada. Diría que sigue sintiendo algo por ella. Pero bueno, me daba igual.
ESTÁS LEYENDO
Mala Suerte®
Novela JuvenilCódigo de registro: 1508094846683 Una chica luchadora, inteligente y que no se deja intimidar por nadie, se ve obligada a permanecer al lado de su madre y su padrastro durante su último año académico. Ya que su padre tenía que viajar por negocios y...