Nadie sabía nada y espero que siga así. Porque no sé que podría llegar a pasar si alguien se entera de que en unos minutos me vería con el "fantástico" de Dave y tendríamos una "cita". Aunque para ser exactos, fue obligación. Eso debería de estar prohibido, pero el machismo sigue en este mundo, señores. Así es como siempre tiene que ser lo que digan los hombres, pero en este caso también tengo algo que ver. Porque me hice la débil y así sucedieron las cosas. No bajaré la guardia a la próxima. Nota mental.
Abrí el armario después de mi ducha reflexiva y me dispuse a mirar que sería el atuendo que me pondría para dicha ocasión. No quería ir muy arreglada por dos simples razones:
La primera era que si me viera diferente a las otras veces, sabría que era por él o algo así y no quería que tuviera falsas ilusiones.
Y segundo, sabéis perfectamente que no era de esas chicas que se arreglan demasiado. Soy más de ir normal y corriente.
Estuve unos minutos mirando y mirando, hasta que opté por algo cómodo y sencillo. Sería unos leggins rojos, con una camisa de media manga de rayas blancas y rojas. Una chaqueta vaquera oscura por encima para no pasar frío y unos botines grises claros. Con eso doy fin a mi vestuario y solo quedaba mi cara, me decidí por una tranza y maquillaje sencillo.
Lista y arreglada, no tanto. Supongo que me veo normal y corriente como siempre. Aunque me puse de la ropa nueva que Helen me compró la última vez que se fue de tiendas. La verdad que en ocasiones como estas le doy gracias a ello. Porque saldría con unos simples pantalones cómodos y poco más. Miré la hora y en nada serán las ocho, así que sería mejor bajar para que nadie me vea con él. Por último cogí mi móvil y las llaves de la casa. Guardé todo en los bolsillos y bajé. No suelo llevar bolsos, me molestan.
En cuanto abrí la puerta, con mucha suerte por cierto porque no me encontré a nadie y antes avisé a Lola de que iba a salir con amigas así que no estaría en la hora de cenar. Me lo encontré apoyado sobre su coche como ayer, tenía los brazos sobre su pecho, dejando ver que tenía los músculos tensos. Me sonrió nada más me empecé a acercar a él, de verdad que tenía que hacer todo lo posible para ocultar mi odio durante unas horas. Solo para que esto acabe lo más rápido posible. Le eché una rápida mirada y vi que iba con unos simples vaqueros oscuros, una camisa gris clara y una chaqueta oscura. Normal.
— Estás preciosa — oh, no, ya empezamos.
— Gracias — no sé ni como ni porqué lo dije, simple gratitud supongo.
Me abrió la puerta del copiloto como un caballero, ya claro... Y entré, luego cerró y se dirigió hacia su sitio para sentarse y encender el motor para acelerar y alejarse de mi casa. Si pudiera decirse que era de mi propiedad.
— ¿Y a dónde vamos? — logré preguntar aunque tampoco es que me interesase mucho.
A quién engaño. Por supuesto que quería saber a donde me iba a llevar, a ver si le da por salir de la ciudad, secuestrarme o que sé yo. Vale, vale, no tengo que dramatizar tanto. Simplemente actúo con precaución y eso lo debería de hacer siempre...
Se giró por unos segundos para mirarme y vi como dibujó una sonrisa en su rostro. Lo que debería de suportar.
— Te llevaré a cenar y luego ya veremos.
Ah bueno, intentaría que se alargue la cena así luego solo me tiene que llevar a casa y listo. Habrá acabado todo y no tendría que sufrir más.
Pocos minutos más tarde paró el coche y miré para ver donde me encontraba. Era un restaurante y me parecía que era de los caros. Debería de suponerlo, pero bueno, al caso. A por esa cena y fin. Bajé sin esperarlo a que me abriera, la verdad que no era de esas chorradas. Nos encaminamos hacia el interior del lugar y un hombre que se encontraba en la entrada con la lista de reservaciones nos saludó con una sonrisa. Nada más entrar noté lo acogedor que era el restaurante, eso me gustó.
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Mala Suerte®
Teen FictionCódigo de registro: 1508094846683 Una chica luchadora, inteligente y que no se deja intimidar por nadie, se ve obligada a permanecer al lado de su madre y su padrastro durante su último año académico. Ya que su padre tenía que viajar por negocios y...