Capítulo 14. Post-fiesta

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La cabeza me estaba dando fuertes pinchazos, un dolor incómodo me hizo despertar y encontrarme en mi habitación una sensación de alivió innundó mi mente. De un momento a otro algunos recuerdos vinieron a mi y antes de que me pusiera a gritar como loca, corrí hacia el baño y vomité. Sentir como toda la mierda que supuestamente había ingerido anoche tiré, me hizo bien pero me quedé unos minutos ahí de rodillas sobre el suelo.

Después de sentirme mejor, me levanté y me desvestí de inmediato me metí en la ducha y sentí caer el agua fría. Nada más acabé me puse el albornoz y salí a la habitación donde encontré tirada la peluca y los tacones en el suelo. Me senté sobre la cama y puse mi mano sobre la frente.

— Jamás beberé de esa manera — espero cumplir con ello.

Y como si fuera un flashback, parte de recuerdos vinieron a mí. Bailes, bebidas, malos momentos... ¿Cómo se supone que lidiaré con ello? Espero no haberme pasado más de lo debido, porque entonces ya tendría graves problemas, los cuales no sabré si podré aguantar.

Decidí vestirme y bajar a desayunar, algo de comida haría que me sintiera mejor o eso creía. Puede que una pastilla me sirviera para después. Así que en cuento bajé me fui directa a la cocina, abrí el frigorífico y empecé a sacar cosas para hacerme algún bocadillo. Era lo más fácil y simple.

Minutos más tarde ya había comido y tomado la pastilla. Iba a pasar el resto del día descansando pero una tal Helen se apareció de la nada con su sonrisa de "yo no he roto ningún plato".

— Hola, cariño — se sentó en la silla que había al lado de la mesa de la cocina cruzándose de piernas y mirándome. — Hablé con tu padre esta mañana.

No iba a escucharla en lo que pensaba contarme, todo cambió con el hecho de decir que se trataba mi padre. Ese si era un tema que me interesaba y más de lo que os creéis.

— ¿Y qué quería?

— Preguntó por ti, si todo iba bien y bueno me comentó lo que querías en navidades. Irte con él a Nueva York — mierda y más mierda. — Estuve pensando y decidí que sería buena idea celebrar las navidades todos juntos, así que lo invité a que se pase esos días fiestivos con nosotros. ¿Qué te parece?

Ahora sí que se había pasado. ¿Conque derecho va y hace eso? Ninguno, no me podía hacer aquello, no podía y no lo podía permitir.

— ¿Qué me parece? — asintió. — Me parece que antes de hacer algo así, podrías preguntarme si yo quería pasar las navidades con ustedes o no. Y la respuesta la tienes más que obvia.

Me largué de la cocina a toda hostia sin echarme para atrás, esta vez no se lo perdonaré. Con las ganas que tenía de que llegueran las malditas navidades para poder irme de esta maldita casa. Y todo se fue al garrete por esa mujer que lo único que hace es destrozarme la vida.

***

El resto del día y del fin de semana fue algo tranquilo y a la vez no tanto. Por todo lo que había pasado en esa última fiesta de Halloween. Creo que será la primera y última de mi vida y sin contar de que será la que más recordaré. Muy interesante la verdad. Hoy ya era lunes y volvíamos a la rutina de siempre, volver a encontrarme con personas que no tenía ganas de ver. Lo peor que tuve que aguantar los sermones de Helen, ahora será ella la que vendrá a recogerme de clases. ¿Para qué? Porque le dio la real gana de que pasar madre e hija serviría para algo. Cada vez la soporto menos y bueno el hecho de que hoy tocaba acompañarla a comprar cosas a mi "hermanito" no me hacía demasiado feliz que digamos. Pensé en varias maneras de negarme, alguna enfermedad tóxica o resfriado estaría bien. Pero no se cree nada.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2016 ⏰

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