17. What did u expect?

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5:56 PM

Toqué el timbre.
Esperaba de pie frente a la puerta de su casa, los nervios me incitaron a balancearme de adelante hacia atrás sobre mis talones. Segundos después él apareció y me invitó a pasar. Ambos caminábamos por el pasillo principal a la vez que conversábamos, ¿cómo le era tan fácil hablarme sin titubear o mostrarse ansioso? Yo me estaba ahogando en nervios, los emanaba por los poros en forma de sudor frío y piernas tambaleantes.

ーAlex, pensé que ya no vendrías, ーobservó su relojー falta poco para que sean las seis en punto.

ーLo siento, la estación estaba a punto de colisionar, estaba repleto de personas ーrespondí.

ー ¿Por qué has tomado el subway? ¿Y tu auto?

ーAlexa lo tomó prestado, ya que el suyo está en mantenimiento y le era urgente llegar a su trabajo, tenía asuntos pendientes.

Al encontrarme cerca de la sala, me detuve a unos cuantos centímetros de distancia entre un sillón y un sofá para sentarme, pero Miles continuo caminando hasta las escaleras.

ー ¿A dónde vas, Miles?

ーA mi habitación, ¿por qué? ¿No vienes?

ーEspera, ya te alcanzo.

ーDate prisa, moody ーagitó su mano, dándome a entender que lo siguiera.

Me aproximé a él y me tomó por el brazo para subir por las escaleras. Llegamos a su habitación. Se sentó en la cama y palmeó el colchón para indicarme que me sentara a su lado, y eso hice.

Noté que Miles no miraba a un punto fijo de la habitación, pero yo sí, yo lo observaba a él, quien mordía sus labios nerviosamente (después de un par de minutos, los signos se manifestaron también, su anatomía no podía evitarlo), con sus manos sobre sus rodillas formaba un puño, las extendía y jugaba con sus dedos, todo al mismo tiempo. Por momentos la suela de sus zapatos golpeaba el piso de manera que provocaba un sonido que resonaba y terminaba en eco. Una parte en mi interior quería saber qué es lo que pasaba por su mente, pero sea lo que sea, no quería ser imprudente al preguntar.

ー ¿Recuerdas cuando éramos adolescentes? ーpensé en voz alta para terminar con todo ese silencio que lo único que lograba era ponernos nerviosos a ambos.

ーRecuerdo cuando besaste a aquella chica que en realidad resultó ser...

ーTu novia, ーcompleté la fraseー no podría olvidarlo, lo siento mucho.

ーOlvídalo, Al, no fue gran cosa, ya pasó. No es como si hubiese planeado convertirla en mi futura esposa o algo.

Ambos reímos.

ー ¿Qué nos ha pasado, Alex?

ーCambiamos, cambié. Eso suelen hacer las personas, supongo.

ーPero seguimos juntos ーdejó de mirar a la "nada" para observarme a mi, con sus labios formando una ligera sonrisa.

ーY así será siempre, ¿qué esperabas? No pretendo pasar mas tiempo sin ti fuera de mi entorno. Te necesito cerca.

ーVoy a estar contigo, no quiero que nos distanciemos nuevamente, no podría soportarlo ーhizo un mohín y negó.

ー ¿En qué momento comencé a quererte de esta forma, Miles?

ーHace un momento me encontraba pensando lo mismo. Cada que te veo tengo que evitar abrazarte o besarte. Únicamente quiero ser tuyo.

ーLo eres y... También yo soy tuyo ーno pude evitar sonreír. La idea de saber que esa persona era mía tanto cómo yo suyo me hacía feliz.

Hubo un muy corto intervalo de tiempo en el que nos quedamos sin nada más que decir, ninguno quería hablar por temor a arruinar el momento, el silencio nos comunicaba de formas en que las palabras no podían.

La distancia que nos separaba desapareció, Miles se acercó a mi y rozó suavemente sus labios con los míos. No fue algo breve o prolongado, fue lo suficientemente basto para confirmarme a mí mismo que nadie, absolutamente nadie, me hacía tan feliz como él. Podía intentar escribir poemas, canciones y demás, pero jamás sería capaz de expresar cuán feliz soy porque, a pesar de que tengo toda una fiesta de emociones en mi interior, describir esto a lujo de detalles sería casi tan imposible cómo sacarlo a él de mi mente.

Algunos de mis pensamientos dejaron de ser nítidos al igual que el resto de mi vida diaria, todo ha sido para bien o de lo contrario no tendría sentido enamorarse de alguien si no se está dispuesto a perder la cabeza, la cordura y un poco de consciencia por aquella persona, y con Miles, todo eso y más valía la pena porque quería arriesgarme a tantas cosas sin importar el resultado de mis acciones impulsadas por mi instinto humano de amar a alguien o de ser lo suficientemente idiota como para querer conocer matices de colores que nunca antes había visto. Estaba seguro de que él, al ser la persona que me conoce a la perfección, sería capaz de amarme o destruirme lentamente si así lo quisiera. Se convirtió en mi cómplice y rival, ambos al mismo tiempo, de un día para otro sin siquiera esperarlo.

Mientras tanto, dentro de mi mente, hablaba de temas sinfín, y al abrir la boca, toda aquella frase que elaboraba para Miles se esfumaba, al igual que los recuerdos de la persona que yo solía ser.
«Soy tuyo y voy a serlo hasta que el humo del tabaco deje de infectarme y tu respiración mezclada con la mía sea la que llene mis pulmones»

Me aferré a él y lo abracé de una forma en la que nunca antes abracé a alguien más. Fue un movimiento involuntario que no quería, ni planeaba, deshacer. ーNo te alejes nunca, por favor... Había olvidado cómo se sentía la felicidad y ahora que la tengo no quiero perderla ーmurmuré cerca de su oído.

Por arte de magia o un impulso había logrado soltar las palabras, las cuales no solían fluir por sí solas. Yo tuve que obligarlas a salir porque un momento de honestidad así lo decidió y por primera vez consecutiva, después de mucho tiempo, alguien conoció mis sentimientos y los escuchó con mi propia voz.

Los minutos podían gastarse, las temporadas cambiar y jamás me sofocaría con sus labios sobre los míos ni con el tacto de la yema de sus dedos recorriendo una de mis mejillas hasta encontrarse con mi cuello.

...

homesick - milex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora