Bajo por los escalones hasta llegar al sótano, con una bandeja con comida en mis manos, para llevarle comida a Daryl, que ahora está encerrado en la misma celda como hace 5 años. Mi padre no ha hecho eso conmigo, ya que él me mantiene vigilada con dos reclutas, que ahora me siguen.
Llego al pasillo de la manera más tranquila que pudiera yo estar, y me detengo al llegar a la celda; veo a Daryl acostado en la cama, a una esquena, mirando el techo, parece dormido, pero sé que no está durmiendo, ya que ahora, ha movido, levemente, su cabeza, mirando las rejas que lo mantienen enjaulado. Se sienta al verme, pero solo me mira, serio, e inmóvil.
Miro a mi derecha y veo, detenidamente, a los que me vigilan con desdén. Les hago una leve señal con mi rostro.
- No nos moveremos de aquí -dice uno, con firmeza en su voz.
- Sí no se van, les arrancaré las pelotas que no les sirven para procrear -les amenazo con furia.
Ellos dos se miran entre sí, asustados, tragando saliva, sabiendo que son unas maricas, sabiendo quien soy y que puedo hacer. Al mirarme de nuevo, los observo con furia. Luego de segundos, estos idiotas se marchan casi corriendo por mi amenaza. Me tranquilizo al saber que estoy libre, como a mí me gusta. Veo a Daryl, que aún sigue sentado mirando el suelo. Esto es mi culpa, no debe de estar aquí.
- Te traje comida -digo, por fin.
- No tengo hambre -gruñe él.
Mi postura cambia, sabiendo que odio que no aprecien mi ayuda. Abro la puerta con unas llaves que mi padre me pasó y entro con fuerza a la celda, él me ve de inmediato, observando lo enojada que estoy.
- Me ha costado mucho para conseguirte comida, tuve que convencer a mi padre para conseguirla ¿Qué no lo entiendes? -chillo, aunque algo tranquila.
Luego de verme de aquella manera, suspira, como si lo estuvieran obligando. Se levanta con complejidad y camina hacia mí. Me mira a los ojos y retira la bandeja de mis manos que están tensas. Luego vuelve a su cama y se sienta para comer con tranquilidad. Solo es puré con pescado y un pedazo de pan amasado.
- ¿Sabes que ahora puedo escapar ya que esa puerta está abierta? -pregunta con la boca llena de comida. Serio.
- No eres tan estúpido como para escapar, sabiendo ya, cuantos guardias hay rodeando el lugar -respondo fríamente-. Por eso tengo la puerta abierta, ya que solo quieres vivir y eso lo sé muy bien.
Me mira por unos segundos, quizás está algo asombrado por lo que dije. Eso me dice que tengo razón.
- Eres muy lista, Chica Punk -dice con una voz sarcástica.
Yo quedo parada, esperando a que termine. Camino hacia la salida, hacia el pasillo solo para ver si los guardias están aquí de nuevo. Pero solo estoy yo y Daryl. Entro nuevamente cuando noto que se levanta y camina hacia mí, con una mirada fría, me entrega la bandeja vacía, vuelve a la cama y se acuesta, dándome la espalda como si no existiera. Me acerco un poco a él, pero Daryl ni se inmuta. Es como si confiara en mí, pero lo noto tenso.
- Sí digo que corras, solo hazlo. Confía en mí, no te pasará nada.
Al decir aquello veo que el mueve la cabeza para verme de reojo, pero yo camino hacia la entrada, cierro la puerta algo seria, muy pensativa. Camino por el pasillo con la bandeja en mis manos y me voy del sótano, esperando a que él me llame para seguir hablando, pero no escucho nada, creo que no quiere nada de mí.
La noche se hace larga e intensa, mi padre me ha mantenido todo el tiempo, todo el día en una habitación, que parece una celda, pero me deja salir para tomar la once con todos estos idiotas en el comedor, "Como una familia". Es un lugar grande lleno de mesas metálicas algo oxidadas, todo esto, con solo verlo, es un gran desorden. Los ventanales gigantes están tapados de rejas de metal duro, que nos mantienen seguros dentro de la empresa, aunque puedo decir que me siento mejor y más segura allá fuera que aquí adentro con estos animales sin cerebro acompañándome. Comienza a dolerme la cabeza, escuchándoles gritar y hablar estupideces, como mi padre. Él está feliz, como si nada hubiera pasado en estos días, o en estos 5 años, o incluso desde que nací. Sentada, completamente seria, sin hambre, solo lo miro, ya no es mi padre, solo es un extraño que es de mi sangre, solo es un hombre malvado llamado Tom Ryaley. Bajo mi mirada hacia el palto que solo se enfría.
Ahora solo conversa con los más viejos de todos, aunque tienen 40 años para adelante.
- ¿No tienes hambre, querida? -pregunta Gustav, que desgraciadamente está sentado en frente mío, con esa estúpida sonrisa egocéntrica-. ¿Qué sucede mi futura esposa?
No entiendo porque me he sentado con todos estos, pero mi padre me ha obligado, para recordar buenos momento, que estupidez.
Sin que nadie se dé cuenta, le doy una patada en su pierna, una muy fuerte, por debajo de la mesa. Me rio al verle quejarse en silencio, ya que él no quiere que nadie vea que una chica le ha golpeado, o que lo vean llorar como una nena.
- Entiende que no soy tu querida -le digo, cruzando mis brazos y apoyándome en la mesa, mirando fijamente su cabello rojo, casi al rape, luego noto su rostro arrugado por el dolor que le he provocado en su pierna-. Vuelves a decir aquello, no tendrás piernas. Ni sueñes que seré tu esposa.
Él apoya su cabeza en la mesa por su dolor. Que débil.
- Gustav ¿Que te sucede amigo? -pregunta astur, que aún tiene mi bate a su lado, encima de la mesa. Él mira a su amigo Gustav que es una niña llorona.
- Es que le duelen los ovarios -respondo fríamente-. De seguro le llegará el Andrés.
Gustav se levanta, golpeando la mesa con sus puños tensos, yo, ni me inmuto ante su superioridad que ha ganado gracias a mí, ya que yo no la quise.
Luego de mirarme por segundo, con un gran enfado, Gustav se marcha del comedor, yo me rio de a poco. Pero luego todo se ha convertido en un infierno. Aparece Lira, sentándose en donde estaba Gustav, mirándome fijamente.
- ¿Cómo está el Forastero? -pregunta ella.
- ¿Y eso a ti que te importa? -disparo con voz suave.
Ella se encoje de hombros, todo para ganar tiempo, para responder una pregunta, todo para darme explicaciones que son mentiras.
- Bueno, admito que me gusta el Forastero, aunque sea el enemigo de todos. Es muy sexy, aparte que es una leyenda para los sobrevivientes -dice ella.
- Sé la leyenda de su vida y bla, bla, bla, no me interesa -digo, de manera desinteresada.
Luego de aquello se ríe con fuerza. Puedo ver su nuevo pircing clavado en su lengua habladora y mentirosa.
- Eso lo sé, todos lo sabemos, incluso tu padre -agrega ella.
- ¿De qué hablas?
- De que tu padre sabe que el forastero es tu héroe -agrega ella. Yo la quedo mirando enojada, pero por dentro, siento que voy a morir en este momento-. Y que él, el Forastero, mató a tu madre, la amada de tu padre que juró vengarse por su muerte que fue hecha por las manos del Forastero.
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Sobre-Plaga (Daryl Dixon)
FanfictionEsta es la historia de Zauri, una chica que sale por valerse por sí misma, que sabe luchar contra los Caminantes (Zombies) que han gobernado la Tierra hace muchos años. Ella hará lo que sea para mantenerse al lado de su héroe, Daryl Dixon. Una fanf...