Survival en el Área #1 (Newt y Ariel)

Capitulo 25

Hoy es el día. El día 21 de septiembre ha llegado.

Llega la tarde, como las 3 de la tarde y todos estamos fingiendo tener un día normal; trabajando, haciendo de nuestros deberes. Los corredores fueron al laberinto, fingiendo encontrar la salida, ya que, CRUEL nos vigilan. Todos están asustados, ya que ayer, cuando dormía, tuve una pesadilla, pasaba lo mismo que el de la premonición, pero cada vez más aterrador, sus muertes me hacían sufrir. Pero haré lo que sea para que eso no suceda.

Ayudo a Zart en el Jardín, aunque me sale todo mal, ya que no tengo cabeza para fingir una sonrisa, si todavía me rondan esas imágenes que me perturban, aún siento que son reales. Suspiro por mi torpeza. Newt me mira preocupado, y se me acerca, quedando en frente de mí. Me abraza con delicadeza, y me susurra que será mejor que descanse. Asiento algo triste y me voy del Jardín, a estar en el mirador que siempre me relaja desde que llegue a este lugar. Al llegar noto que no están mis cosas, ya que ayer dormí en la habitación de Newt, ya que ha llovido toda la noche y mucho. Ahora solo veo madera húmida, brotando algo de musgo en las esquinas. Me siento y observo todo el lugar como si fuese una estatua.

Ahora viene esa pregunta tan importante ¿Qué haré? ¿Cómo los mantendré con vida? Nuevamente ¿Qué es lo que sucederá? Muevo mis piernas por aburrimiento, mientras veo como el sol se esconde de a poco y en como los Corredores entran al Área más temprano que nunca, mirando para todos lados, en especial Minho y Thomas que se preocupan de que todo esté bien al llegar.

Me afirmo en uno de los barandales de madera y comienzo a quedarme dormida, no sé por qué, pero me duermo.

Abro los ojos de manera sigilosa y lenta al sentir algo que me cubre la espalda, dándome calor, veo la silueta borrosa de Newt que me tapa con una frazada, tratando de no despertarme. Me vuelvo a quedar dormida al escuchar "Te amo" de parte de él.

Un sonido familiar me hace despertar con fuerza. Ese sonido ensordecedor me recuerda una cosa, un helicóptero. Sin darme cuenta, me levanto sin complicación, sintiendo esa adrenalina que me come por dentro, quizás sea por instinto. Miro el cielo gris, que pareciera que aún no ha llegado la noche, siento que esta noche está más fría, que hace que escape el frío de mi boca. Reacciono con asombro y terror al ver, a lo lejos, en la cima de las murallas, unas sombras que flotan en el cielo, cuando veo que se hace visible.

- ¡Llegaron los helicópteros! -grito sin más, aterrada de que mi premonición se cumpla.

Bajo sin más del mirador, mientras veo a todos reunirse en el centro del Área, mirando por todos lados, sus miradas intactas en el cielo. El ruido ruge con más fuerza, haciendo que me duela la cabeza. Llegan luces a los lejos que traspasa lo gris de cielo hasta llegar a nosotros, recorriendo por todo el Área.

- Tenía razón. Era una premonición que se hará realidad -digo con torpeza, desesperándome de a poco.

- ¡No! No. Escúchame Ari. No se hará realidad -dice Newt, apareciendo en frente de mí.

Asiento aterrada, aún mirando el cielo que me sorprende con esas luces que recorre por todo el Área, haciendo que me aterre más.

- ¡Maldita sea! ¡Las puertas no se cierran! -grita Minho, apareciendo ante todos junto con Thomas.

Miramos atentamente cada puerta del área, tiene razón, no se cierran. Eso significa que los...

- ¿Qué haremos ahora? -pregunta Gally, dirigiéndose a Alby que camina hacia nosotros-. No podemos quedarnos de brazos cruzados ¿No?.

Pero Alby no le hace mucho caso a su amigo Gally, ya que él sigue su camino, hacia mí. Mi mira buscando una respuesta en mi mente al llegar a mi lado.

- ¿Crees que podemos defendernos? -pregunta él, algo desesperanzado.

Pienso, solo pienso bien mis palabras, recordando todo lo que pueda. Comparándonos contra ellos solo hay una respuesta.

- No -respondo, mirándole a los ojos-. Ellos tienen armas que podrían matarnos en un segundo, no tenemos eso. Solo tenemos lanzas, cuchillos, pero no armas.

- Tiene razón -concuerda Thomas, apareciendo al lado mío.

- ¿Entonces qué haremos? No nos dejaremos que nos maten -agrega Teresa.

- ¡Solo quiero silencio! Necesito pensar -ordena Alby, sin importarle el sonido de los helicópteros acercándose con esas luces que a veces llega a nuestros ojos dejándonos casi ciegos.

Veo que Winston y otro más se acercan a nosotros con antorchas, aunque no entiendo el por qué, ya que las luces de esos helicópteros nos alumbran, pero igual ellos nos traen sus antorchas, son tan lindos todos.

Pero me acuerdo de algo, el sótano.

- ¡Tengo una idea! -grito-. Tenemos que resguardarnos todos en el sótano. Estaremos seguros sin penitentes, ni de ellos.

- Tiene razón. Los que vienen pensarán que escapamos al laberinto y ellos irán a buscarnos, morirán allí -concuerda Newt, mirando a Alby, para tratar de convencerlo.

- Bien. Es una buena idea -susurra él-. ¡Bien! ¡Todos vayan a buscar sus cosas y entren de inmediato al sótano! Nos esconderemos allí.

Todos obedecemos, buscamos nuestra pertenencias, frazadas, armas y provisiones para vivir en el sótano, ya que no sabemos cuánto estaremos allí encerrados. Alby, Gally, Newt, Thomas y Minho abren la puerta y nos hacen entrar a todos al llegar a ellos, luego bajan nuestras cosas y entran ellos al final.

Las antorchas prendidas iluminan el lugar frío y lúgubre. El sonido de los helicópteros se hace más fuerte, creo que están encima de nosotros. Creo que ya han llegado. Todos nos sentamos en el suelo, cobijándonos con las frazadas, en silencio, tratando de no emitir ningún sonido. Yo sentada en una esquina, viendo que Newt se sienta a mi lado, yo apoyo mi cabeza en su hombro para estar más relajada a su lado, mientras que él acaricia mi cabeza, cuando me da un beso en mi mejilla, como lo había prometido, sin importar las circunstancias.

- No voy a dejar que nada malo te pase -susurra él.

- Yo tampoco -susurro, tratando de cerrar los ojos cuando escucho que los helicópteros dejan de hacer de sus sonidos-. No voy a dejar que mueras, tambien lo digo por todos ellos.

Miro a cada uno, ellos tienen ese rostro triste, sin esperanza, agotados y con frío. Todos acobijados con las frazadas, apoyados en la pared, tratando de no hacer ningún sonido. Luego veo un rostro que me tranquiliza de inmediato, que me ha hecho luchar contra todo. Hank me sonríe levemente con aquellos ojos que he estado buscando por años, haciendo que me olvide de las cosas malas, agradeciéndome que esta vez, nuevamente les haya salvado a todos.

Ahora solo hay silencio que proviene de allí arriba. No sé qué sucede allí, no sé qué pasará ahora.