Capitulo 30

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CAPITULO 30

Sentí mi garganta estrangulada y las lágrimas picando en mis ojos. No me podía pasar esto justo ahora, no podía aceptar que se haya sin poder hablarle, sin poder contarle sobre el bebé.

Fred me ofreció un abrazo y lo acepte sin dudar. Estuvimos unos instantes en silencio y realmente agradecí ese calor que tanto necesitaba.

-entiendo cuál es el problema. No soy de meterme en los chismes de pasillo, pero supe lo de ustedes. Comprendo que tu malestar no es exactamente la interrupción del proyecto...al menos no el laboral - dijo con paciencia, una vez que me alejé un poco.

-qué vergüenza contigo Fred - ya no podía retener las lágrimas - no puedo dejar de sentir culpa por esta situación, por descuidar mis tareas al no estar al tanto de lo que estaba pasando, aunque me siento mucho peor por lo que generé, porque tengo mis razones para pensar que esa interrupción repentina pudo tener que ver con...nuestra relación fuera de aquí.

Fred negó y sonrió con dulzura.

-nada de eso, no debes sentir vergüenza por mostrar tus sentimientos y mucho menos culpa - me tendió su pañuelo - Lucca es un hombre de negocios y por demás profesional, estoy convencido que este cambio de planes no tiene que ver contigo.

Una parte de mí se alegraba por lo que Fred pensaba y al mismo tiempo, mi otra parte, estaba segura de que solo estaba excusándolo para que yo lavara mis culpas. Sé que es profesional y no me creo tan importante como para que deje un negocio de tal magnitud por una estúpida pelea.

-creo que va a ser mejor que me ponga a trabajar - me puse de pie. No soportaba seguir dando espectáculo.

Fred suspiró.

-a decir verdad no hay mucho que hacer, tal vez lo mejor es que vayas a casa por hoy.

¡Ay Dios, no!...otra vez la misma historia de Italia. De nuevo mezclando lo laboral con lo personal.

-seguramente hoy mucho de lo que deba interiorizarme - protesté.

-en realidad no...

-por favor - le supliqué - de verdad estoy bien y quiero quedarme aquí. Es peor estar sola en casa - tácitamente le di a entender que comprendía sus intenciones y no necesitaba tomarme más tiempo.

-está bien, pero me prometes que vas a avisarme si te sientes mal.

-gracias, gracias por todo.

Me explicó un poco como estaban las cosas. El único italiano que quedaba del equipo original era Dante, quien estaba ausente momentáneamente, ultimando detalles de los recientes cambios. Según me dijo Fred, Dante es quien sería el reemplazo de Lucca, quien quedaría a cargo de todo y por lo tanto mi nuevo jefe.

Fred me indicó como se manejaría todo de ahora en más, Lucca se estaba ocupando de continuar con la revista, hasta que Dante estuviese listo para delegarle el proyecto por completo. A duras penas trataba de no perderme nada de la explicación, era muy difícil mantener mi atención centrada.

Las horas pasaron más rápido de lo que esperaba. Loan había estado muy ocupada, lo que nos dejó sin poder tener el almuerzo juntas. Obviamente me llamó en cuanto tuvo unos minutos para ver cómo me fue y se quedó atónica cuando le comunique las novedades.

Después del trabajo tenía la intención de ver a Sebastián, pero no lo hice. Volver a la rutina me resultó bastante duro, me sentía el triple más cansada de lo habitual. Así que lo llamé para disculparme.

Todo lo bueno, Todo lo malo y Todo lo Gris...(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora