Capitulo 4

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CAPITULO 4

Entre al coche y me desparrame en el asiento trasero, obviamente no iba a subir y ocupar el lugar del copiloto después de semejante bochorno. Los primeros minutos de viaje repetía la escena en mi cabeza y cerraba fuerte los ojos, como si eso fuese a deshacer el ridículo. Usualmente es algo que me pasa seguido, eso de recordar alguna situación, en donde dije o hice algo de lo que me avergüenzo y luego cuando lo recuerdo cierro los ojos, tan fuerte como puedo, para que la imagen se borre lo antes posible.

Estaba boca arriba, mirando como las luces pasaban una y otra vez por la ventanilla del coche y me di cuenta que no era buena idea, es como si decidieras subir a la montaña rusa después de haber comido como vaca. Cerré los ojos para aplacar el mareo e intente pensar en algo que me distrajera. Lo primero que se me vino a la cabeza fue Lucca nuevamente, con su sonrisa tan natural y radiante, de solo recordarla mis comisuras se elevaban. Hice un intento por grabar en mi mente las mejores partes de la noche, ya que con tantísimo alcohol, lo más probable es que esas imágenes, se convirtieran en borrosas lagunas por la mañana.

Hubiese deseado nunca vomitar en sus zapatos, porque eso era la garantía de no volverlo a ver, mas allá de que él tuviese o no un problema con ello, sabía perfectamente que mi sentido de la dignidad no me permitiría volver a ver esa hermosa cara italiana en estado de sobriedad. Ni siquiera me di el tiempo suficiente como para imaginarlo con nuestros dos pequeños niños corriendo por el jardín detrás de Golden retriver, como lo hago cuando alguien me parece atractivo a nivel "sexy de infarto", es una especie de idiotez mía, pero siempre que alguien me gusta recreo esa escena mentalmente, aunque sepa con certeza que jamás llegara a prosperar ningún tipo de relación o quizás ni siquiera sepa su nombre. Creo que alguna vez lo vi en una película y desde ahí me quedo esa manía.

Uno pensamiento llevo a otro y me quede dormida tan profundamente que me desperté en una camilla con una médico sobre mi cabeza, nunca me di cuenta en que momento me bajaron del coche, ni tampoco como llegue hasta esta posición. Rogué con todas mis fueras que no haya tenido que ser Lucca el que me cargo nuevamente.

-¿estás bien? - pregunto el médico.

-sí, me duele un poco la cabeza, pero estoy bien - respondí algo adormilada.

-la mezcla del alcohol y tacos altos no es buena combinación ¿eh? -no pude determinar si en su tono había un atisbo de reto o de broma.

-supongo que lo voy a tener en cuenta para la próxima, si es que no quiero terminar con más cicatrices - dije haciendo una mueca de dolor mientras él limpiaba la herida.

-no creo que vaya a quedarte una gran marca, no es muy profundo.

-¿voy a necesitar sutura? - pregunte algo espantada, pensando en la marca que quedaría en mi piel. Jamás me habían dado puntos, pero había visto como los hacían y me impresionaban bastante, eso sin contar mi poca tolerancia al dolor.

-no, no es necesario, lo voy a limpiar y a pegar.

-por la cantidad de sangre parecía que me abrí media cabeza.

El médico me dio una breve sonrisa.

-es una zona que sangra bastante por más mínimo que sea el corte. Si bien no es mucho, vamos a hacer una placa para asegurarnos de que no haya contusión.

-¿mi amiga está afuera? - supuse que después de mi espectáculo, la única que estaba esperando por mí era Loan. Si yo hubiese sido Lucca, me dejaba tirada en la entrada y me marchaba.

Extrañamente, pensar en no verlo nunca más, el no poder haberle agradecido como se merecía y el hecho de que su rostro ya se estaba desvaneciendo entre mis recuerdos, me dio una rara sensación de vacío, de perdida...algo absolutamente irracional.

Todo lo bueno, Todo lo malo y Todo lo Gris...(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora