Capitulo 13

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CAPITULO 13

Sentí el aliento de Lucca cerca de mi oído, enviando descargas eléctricas con cada respiración. Cerré los ojos dejándome llevar, olvidando por un rato cual era el objetivo de todo esto, solo me limite a disfrutar del contacto de su pecho contra mi espalda.

Sus manos se movían como dirigiendo mi cadera, haciéndome ir a su compas.

Empezó una canción carioca, con ritmo algo lento y sensual. Lucca me volvió a la posición original, frente a frente, llevando mis manos nuevamente a su cuello. Otra vez la mirada profunda, otra vez la sonrisa ladeada y otra vez el calambre en mi estómago. Tiro de mí y comenzó a guiarme. Sus labios articulaban la letra de la canción, se veía realmente seductor cantando en portugués.

Nota mental: buscar la letra de esta canción.

Sus manos recorrían mi espalada mientras se abría paso a mi cuello. Canto un fragmento en mi oído y aunque no entendía ni una sola palabra, me sentí conquistada de inmediato.

Por un momento me distraje demasiado y perdí el ritmo, haciendo que mi parte baja del abdomen chocara contra su pelvis. Apenas un segundo fue suficiente para sentir el bulto que se formaba debajo de la tela de su pantalón.

-dime que eso es tu celular – dije jugando.

Me dio una sonrisa radiante, sin ningún rastro de vergüenza.

-no soy de hierro mujer – se excusó.

Mi boca formo un “OH” provocando una carcajada en él.

-no vale estar armado – me burle.

-no me busques o vamos a terminar jugando a la ruleta rusa – sentenció, arqueando una ceja.

-¿me estas amenazando? – fingí temor.

Me atrajo contra su cuerpo, haciéndome sentir de nuevo toda su masculinidad.

-te lo estoy prometiendo – dijo muy cerca de mis labios.

Se me sacudió la columna vertebral entera con esas palabras.

Estuvimos así por varias canciones, subiendo la temperatura de nuestros cuerpos. Yo creo que el mismísimo polo norte se podría haber derretido con sus movimientos.

La música cambio por una más rítmica. A regañadientes me aleje un poco, era ridículo mantenerme adherida a él por mucho que hubiese querido seguir estándolo.

Lo positivo, es que tuve una vista más amplia de sus movimientos y vaya si lo merecía. Cada gesto, cada paso, cada ademan, era como una invitación implícita a quitarme la ropa.

-para que te refresques – Sebastián me puso un trago frente a mi cara.

Pestañe varias veces intentando regresar del planeta sexo.

-gracias – dije sonriéndole.

Su mirada era la de un criminal.

-¿todo bien? – pregunte con voz angélica.

-pensé que esto era una salida en grupo y lo único que has hecho es manosearte con este tipo.

Quise reírme, pero en lugar de eso manutuve una expresión ofendida.

-no me hables así – le di con el puño en el brazo.

-violencia no vale – dijo suavizando su tono, sabía que se estaba pasando.

-entonces no seas un idiota.

Volví mi atención a Lucca que nos observaba con una mano en los labios, tratando de reprimir la risa.

Todo lo bueno, Todo lo malo y Todo lo Gris...(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora