Entré a la universidad. Quería ser invisible. Algo así como desaparecer de ese lugar, no quería soportar, ni ver a nadie acercarse a mi pero eso era algo relativamente difícil cuando era la mejor de la clase.
Debía admitirlo no era por alardear, pero se me daba muy bien todo lo de las fotografías, lo se lo dije muchas veces es que solo amaba y amo ese maldito aparato del cielo.
Tenía las mejores notas de la clase por lo tanto los demás compañeros de la universidad sabían de mi existencia. Por suerte nadie me había generado problemas ya que era de un perfil demasiado bajo así que suponía no me vía como una amenaza para el resto. No era lo suficientemente egocéntrica como para creerme superior, aunque en este caso lo era. Pero no creía necesario el competir. No hacía eso por competencia si no porque lo amaba y ya.
En fin, nunca fui de hablar mucho con las personas, ya que era lo suficientemente antisocial, pero siempre pasaba algo como esto.
—Hola Vic, ¿No has dormido? ¿Te sientes bien? Te vez como si te estuvieses por convertir en zombie ¿Has comido? ¿No eres un zombie no? Joder, respondeme.
—Lis respira, no me dejas responder con tantas preguntas—dije mientras reía.
—Si, lo se lo siento, responde—vuelve a decir. Se le ve preocupada, pero así era ella. Siempre tan exagerada.
—Dios, Lis ¿Qué te sucede? Bebiste tu café con mucha azúcar—ella frunce el seño y finalmente ríe —Bueno, en fin. No dormí mucho eso es todo. Me... quede hasta tarde leyendo
—Oh, entiendo. Y ya sabes, ¿Irás a la fiesta que organiza Jacob en casa el sábado? —Me observa de manera suplicante pero yo niego.
—¿No dejaras de molestar con eso verdad?—ella niega —No se nos dan las fiestas, ya sabes. Me quedaré viendo películas con An.
—Bien, solo piensatelo. Me voy, debería estar en clase a las...—mira su celular y abre sus ojos como platos —Mierda. Debería estar en clases hace 15 minutos. Nos vemos luego Vic, dale mis saludos a Ana.
Eso fue Lis, una niña un poco intensa. Tenía solo dos años menos que yo. Había entrado ese mismo año a la universidad y yo había sido asignada como su ayudante los primeros meses por ser mas avanzada y tener uno de los mejores promedios de la carrera.
Digamos que se había encariñado conmigo y era una buena amiga, bueno, era una conocida. No era mi amiga directamente. Ya, no lo sabía. Ella no sabía lo de mi padre. No confiaba en ella lo suficiente aun, no iba a saberlo. Pero, me agradaba. Había ido a su casa ya y sus padres eran agradables.
De no ser por el idiota de su hermano diría que su familia era perfecta. Y hablando del rey de Roma.
—Hola niña solitaria, ¿Dónde está tu melliza? ¿No son algo así como...—piensa algún apodo que pueda molestarme—Patty y Selma? Ya sabes. ¿Los simpsons?
Mi intención desde el momento en que el apareció era ignorarlo y continuar mi camino. Pero lógicamente eso no fue así, debido a que cuando ibafinalmente a comenzar a caminar el me frenó. Maldición.
—Respondeme, pequeña—dice con una sonrisa malvada en su rostros. Oh, por favor.
—Piérdete Jacob. ¿Si sabes que no estudiamos lo mismo verdad? No...—frunzo el ceño—Yo no soy como Patty o Selma. Solo... —suspiro intentando no perder los nervios. Era irritante, demasiado. —Bueno, en fin ¿Qué se supone que haces aquí idiota?
—Vine a darle esto a mi hermanita—señala con su mirada la bolsa en su mano —Pero me encontré con una linda rubia por aquí —pone su cara en plan sexo y me sonríe —Sabes, eres muy sexy y... —golpeo su hombro y el se queja
—Ya callate Jacob, no caigo en esa idiotez, no estoy para bromas y debería irme a mi clase que ya llego tarde—comienzo a caminar en sentido contrario y me giro- Y por cierto, el salón de Lis esta por allí —señalo las escaleras y el sonríe —Si sabes subir escaleras ¿Verdad? No eres tan idiota.
—Gracias muñeca, eres caliente—sacude su mano y se va a las escaleras.
Será idiota.
Admito que cuando era una persona feliz, estuve enamorada de ese idiota. Bueno, no lo se, no se si se puede estar enamorada a una edad de una simple niñita pero, lo quería. Íbamos juntos al colegio cuando eramos niños y recuerdo que eramos muy amigos con el y otro niño muy bonito, que por cierto ahora no recuerdo y fue algo sorprendente el enterarme que curiosamente era hermano de Lis.
Era un niño encantador con sus ojos azules y sus mejillas regordetas, debía admitir que era algo caliente. Pero no era el punto.
La cuestión es que en un momento de mi infancia, me imaginaba a mi, casándome con Jacob y teniendo muchos hijos y perritos. Loco, lo se.
Solo era una inocente niña a la que le gustaba otro niño. La cuestión es que nunca se lo dije porque después no recuerdo por que mis padres decidieron que cambiarme de colegio seria la mejor opción. Malditos. Fui una niña incomprendida a la cual le arruinaron la proyección de familia perfecta con un chico malditamente caliente.
Era solo un simple niño Vic, a esa edad no era un chico malditamente caliente.
Si, lo se, lo se de acuerdo. Pero no era solo un simple niño. Era un niño malditamente tierno con miejillas regordetas.
Luego apareció toda la mierda de mi padre siendo un real hijo de puta y simplemente decidí que nunca dejaría que me pase lo mismo que a mi madre, con ningún muchacho. He tenido historias con chicos, pero nada importante. Nada por lo que alarmarme.
Decidí que nunca iba a enamorarme porque podría pasarme lo mismo que a mi madre y eso definitivamente no estaba en mis planes.
Ademas, Jacob era simplemente... Idiota. Y no, no es el típico cliché de la chica que se enamora del chico engreído y accidentalmente se embaraza y luego se casan y son felices por el resto de sus vidas. El es agggh, lo odio. Imagínense, el muy imbécil le había puesto de nombre a su perro ''Jacob'' Lo juro. ¿Que clase de persona normal hace eso? ¿Que clase de persona tiene un ego tan alto? No puede amarse tanto a si mismo.
Jamas podría pasarme algo con un chico que se ama demasiado. Yo, simplemente, ay mejor olvidenlo, no tiene sentido estar diciendo estas cosas.
[CORREGIDO]
ESTÁS LEYENDO
Victoria
Teen FictionVictoria, ese es mi nombre. Dicen que significa "La que ha triunfado" La realidad es que no creo haber triunfado en lo absoluto. En mi vida fui todo menos valiente. ¿Por qué? En el lugar que se suponía debía ser mi hogar, solo recibía maltratos. Si...