Hacía cinco días de que Jacob había venido a casa y que luego de juntar fuerzas pude abrirme a él y contarle todo el problema de mi padre.
Contárselo se sentía... Igual. La verdad, que no me sentía liberada o algo por el estilo. No es como cuando dicen ''Contarlo se sintió bien. Me sentí mucho mejor luego de contar mis miserias''.
El sábado fue la fiesta en su casa. Y por más que insistió en que vaya, me llamó, ¡Incluso se apareció en la puerta de mi casa! Bueno, yo aun así decidí no ir. A ver, me aburren. Es decir, fiesta, alcohol, gente sudada aplastándose, no. No es lo mío definitivamente.
Así que simplemente fui a casa de Ana, comimos e hicimos bromas telefónicas, si lo se, tengo 20 años. Debería madurar. Solo que cuando estoy con An, es uno de los pocos momentos en donde no estoy preocupada o sintiéndome mal.
Nos reímos mucho y me hizo un interrogatorio de mejores amigas sobre Jacob. Le conté todo lo que sucedió y ella solo dijo ''Le gustas''.
Si, claro. Como si eso fuera posible.
(...)
Me dirigía a la Universidad luego de estar unos días en casa para que mis heridas sanaran totalmente y luego de eso iría a la cafetería de Andrew a trabajar. Si, trabajo en una cafetería. Descuiden, no soy una moza, eso seria... Riesgoso, dado que soy lo suficientemente bruta como para llenar de café a las personas o poner sus vasos de sombrero. Así que solo hago los pedidos de las mesas y se las paso a los mozos. Son agradables y me tratan muy bien.
La bestia seguía sin aparecerse. Para ser sinceros no era algo que me sorprendiera. Es decir, siempre lo hacía. El es abogado y tiene mucho dinero, de hecho aunque yo no le pido nada el me da una cantidad mensual. Si lo se... Raro. En fin, seguro con su dinero pagaría a sus putas y las llevaría de viaje o algo así. De todas formas, sabía que en cualquier momento la paz acabaría y volvería a casa.
Al llegar a la Universidad luego de no ir por una semana, me encontré con la pequeña Lis y su amiga, creo que se llama Alexa o algo asi.
—Hola belleza —la saludo y ella cuando me ve me da un abrazo fuerte —Me... asfixias, Lis.
—Oh, lo siento lo siento... ¿Cómo te atreves a desaparecer así? —pone cara de perrito triste y yo solo sonrío —Jac me dijo que te encontrabas algo enferma.
—Oh, si... Cogí una gripe horrible y no podía ni levantarme de la cama —mentí —¿Qué tal has estado pequeña?
—Muy bien...—dijo esbozando una sonrisa. —Necesito tu ayuda para mi trabajo de retrato —la miro atenta, retrato es una materia práctica. De seguro necesitaba que le consiga a una modelo para fotografiar. Yo le había dicho a Ana, pero me costo horas y 3 kilos de helado convencerla
—Ajam...—digo esperando que continúe.
—¿Serías mi modelo? —definitivamente eso no me lo esperaba.
—¿Yo? No, de ninguna manera, Lis —dije negando con mi cabeza —Yo saco fotos... No me sacan fotos a mi. No, no lo haré, convenceré a Ana si quieres.—ella entonces, vuelve a su carita de perrito de hoy.
—Porfis. —dice alargando la letra ''i'' —Juro no molestarte por un mes si me dejas hacerte unas fotos. Mi nota esta en juego, Vic.
—No tendrás problemas, porque te conseguiré una modelo —dije sonriéndole. Pero ella negó haciendo cara de niña berrinchuda. —Bien, lo pensaré...—dije solo para contentarla momentáneamente. Esta niña esta loca.
—Gracias Vic —vuelve a abrazarme. Era algo de nunca parar —Por cierto... Mi hermano esta hablando mucho de ti. Creo que le gustas—guiña un ojo.
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Victoria
Teen FictionVictoria, ese es mi nombre. Dicen que significa "La que ha triunfado" La realidad es que no creo haber triunfado en lo absoluto. En mi vida fui todo menos valiente. ¿Por qué? En el lugar que se suponía debía ser mi hogar, solo recibía maltratos. Si...