Capítulo XXIII

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P.O.V Jacob

Estaba durmiendo luego de haber pasado un hermoso rato con Vic cuando de repente un molesto ruido me despertó.

Debo decir que tengo el sueño un poco pesado por lo que tarde en reaccionar que el sonido provenía de mi celular. Maldito aparato del demonio arruina mi descanso.

Sé que debería apagarlo para no despertarme molesto si llegara a sonar, pero, a decir verdad, solo lo dejo encendido porque nunca me perdonaría que a Vic le sucediera algo con su padre y por ser un flojo que ama dormir no pudiera ayudarla. Así que simplemente lo dejo así

En ese momento leí la pantalla de mi teléfono y bufé. Era ni más ni menos que la maldita Sindy. La verdad es que dude entre leerlo y borrarlo directamente, pero me decidí por la primera opción ya que de todas formas eliminaría el maldito mensaje luego de ver que es lo que quería.

Sindy:

No me rendiré fácilmente si eso crees Jac, no soy de las que deja que otras se queden con lo suyo.

Mierda.

Quise gritar de frustración, la tipa estaba realmente mal de la cabeza, yo no era suyo ni mucho menos. Yo solo estaba con Vic y de todas formas solo había tenido sexo un par de veces con ella, era buena en la cama, sí. Pero, joder, prefería mil veces estar viendo una película acariciando el cabello de Vic a estar debajo de las sabanas con esa zorra.

Tragando el maldito grito y evitando cualquier ataque de ira que me diera lidiar con esa maldita zorra, eliminé el maldito mensaje y volví a dormirme.

P.O.V Victoria

-Definitivamente no me pondré eso An. No lo haré.-Bufó

-Bien, seguiré buscando-Dijo mientras volvía a meter la cabeza dentro de su closet.

Estábamos en casa de An eligiendo un atuendo para esta noche. Hacia algo así como un mes que habíamos tenido esa especie de discusión con Jacob y desde ese día creo que nunca me había sentido tan feliz. Nuestra relación iba prosperando cada día más. Solíamos estar mucho tiempo juntos. Me buscaba a la universidad. A mi empleo e incluso iba a mi casa cuando la bestia no estaba.

La bestia... Hace unos días me dijo, si, realmente me dijo que se ausentaría unos días en la casa y me dejo el suficiente dinero para que me mantuviera. Del cual destine un poco más de la mitad al dinero apartado para cuando nos larguemos de aquí

Hoy iríamos a cenar al restaurante más caro de la ciudad. No pregunten porque, solo el insistió y yo no pude negarme a pesar de que dije que no tenía mucho dinero porque todo iba destinado a mis ahorros el continúo insistiendo con que pagaría. Aunque me agradaba la idea de nosotros yendo a ese lugar, no quería que pensara que era una interesada. Aunque, de todas formas, un poco obligada, tuve que aceptar.

Y An quería que me vistiera como una verdadera zorra. Me había dado unos tacones que podría jurar eran un suicidio. Cualquiera que quisiera que perdiera mis dientes contra el suelo me daría eso.

Así que finalmente me decidí por un vestido azul con encaje que me encantó y que si bien era sencillo era muy elegante.

Dejé que An arreglara mi cabello y me maquillara. Cuando terminó, tuve que admitir que había hecho un buen trabajo. Realmente me agradaba lo que veía en el espejo.

-Ow, creo que estoy emocionada.-Dijo An, finjiendo limpiar una lagrima claramente inexistente.-Te ves tan guapa practicaría el lesbianismo contigo ahora mismo.-Rei

-¿Tu crees que le guste?-Pregunte algo nerviosa.

-¿Qué dices? Provocaras que algo se ponga muy duro en sus pantalones.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora