BELLOTA
Una vez fuera de la instalación caminé sin apuros hacia mí primer día de trabajo con Rage y "Mushu". Hoy las calles estaban más transitadas que de costumbre, las personas andaban de aquí para allá cómo un montón de hormigas juntas saliendo de sus cuevas subterráneas. En cierta forma me da una enorme nostalgia aliviándome de que la tecnología aún no nos consume a todos, en un par de minutos frente a mis ojos se hayaban las puertas abiertas del centro comercial extendidas de par en par. Seguí avanzando acompañada de gente absorta cada quién con sus propios pensamientos hasta el pequeño restaurante dónde la gran mayoría entraba entre risas y chistes.
>Típico cuándo uno sale con amigos<
Al entrar el sonido de una campanilla hizo presencia arriba de mí cabeza entusiasmándome todavía más, a decir verdad parecía una niña llendo a la heladería que a trabajar. El lugar estaba en ese momento completamente repleto de clientes armando un fuerte bullicio. Rápidamente me dirigí a la cocina encontrándome con Rage quién preparaba una ensalada decorada con dos tostadas crujientes.
>Mí estómago rugió advirtiéndome que aún seguía hambriento<
- ¡Buenas tardes!
- Gracias a Dios que ya llegaste niña- exclamó sin voltearse picando la lechuga con cierta agilidad- cómo veras hoy tendremos una tarde bastante entretenida para nosotros dos.
>¿Nosotros dos?<
- ¡Pero no te preocupes! Mushu llegará en unos minutos, tuvo un inconveniente. Nada de que preocuparse. Oye, ¿podrías ser moza por un rato? Alguien necesita encargarse de la cocina.
¿Debería aceptar o yo quedarme en la cocina? No se preparar comida por lo que no me queda opción que ser camarera.
- Está bien, te ayudaré en las mesas.
- ¡Muchas gracias querida!- sonrió entregándome dos bandejas en ambas manos- estos son para la mesa 15. No te asustes, podrás ver los números colgados en los bordes, ¡suerte!
***
Ya eran pasada de las ocho y no habían rastros de ella por ningún lado. Las personas poco a poco fueron abandonando el negocio dejando algunos a la vista, Rage no paraba de mover el pie de izquierda a derecha azotando el teléfono contra el mostrador en muchas ocasiones, yo sin embargo terminaba de lavar platos y vasos pensando en Mushu.
>¿Porque habrá faltado? Al principio mencionó que tuvo un inconveniente pero..... ¿Y sí le pasó algo a su família?<
Evitaba que mí imaginación se dejara llevar por la situación y no pensar en cientos posibles intentos de secuestro cómo ella de víctima. Suspiré con cansancio cerrando la canilla despejandome lo suficiente para no volverme paranoica del asunto.
- ¿Probaste llamando a sus padres? Tal vez ellos sepan algo.
- Fue mí primera opción, pero ellos no saben nada- comentó sentándose mientras jugaba con sus dedos- vamos, te acompaño a casa.
Su mirada no mostraba ningún sentimiento, su característica sonrisa desapareció hace un par de horas dejándome atónita y depresiva.... Debería dejarlo sólo.
- No te preocupes por mí, puedo ir sola...
No recibí respuesta alguna de su parte. Recogió su teléfono, descolgó las calles de su auto y pasó al lado mío tomándome la mano con firmeza.
No puse resistencia, no me quejé ni mucho menos acoté. Ante un momento cómo este no es bueno hablar. El viaje duró todo un infierno, las pequeñas calles se sintieron eternas tras el silencio continuaba. No quise abrir la boca en ninguna circunstancia ya que sería mucho peor para ambos, pero las ganas de consolarlo, decirle que todo estaría bien me tentaba..... Aunque la mitad de mí discurso no fuese verdadero. No hizo falta decirle la dirección de casa ya que extrañamente vivimos a un par de cuadras de distancia.
>Finalmente llegamos< Nuevamente suspiré.
- Espera- interrumpió mí salida sujetándome el brazo. Nos miramos por unos segundos antes de que continuara- lo siento realmente, te arruiné la tarde y tú primer día. Perdoname.
Sus palabras me dejaron perpleja en mí asiento, pensando la reacción perfecta para él....
- Está bien- dije eso y con velocidad bajé para luego correr hasta mi casa, y entrar cerrando de un manotazo.
>¿Eso fue lo mejor que pudiste dar cerebro? ¿Está bien?<
- ¡Estúpida Kaoru! Oficialmente eres una inútil.
Escuché risas burlescas a mí alrededor en armonía con aplausos pausados. Eso me enfureció.
- Ya era hora de que lo notes hermanita- habló una voz masculina pero infantil calmandome un poco.
Shou reía a un lado de mí recargando su cabecita en la puerta de madera. Verlo siempre me ha subido el ánimo, sin contar que me haga la vida imposible todas las veces que pueda.
- ¿Donde está mamá, pulga?
Infló los cachetes cruzando los brazos con las piernas, inmediatamente estallé en risas secando algunas lágrimas rebeldes de mis ojos.
¿Cómo hacía este mocoso para alegrarme tanto? Ni yo lo se.
- Si me cocinas algo te lo digo.
- ¡Sabes que no se cocinar! Excepto que prefieras comer todo pasado de cocción.
Colocó una mano en el mentón analizando la situación, esta ronda la gané yo.
- Ya- bufó rendido parándose de un brinco- acaba de irse a comprar, el refri está vacío.
Me golpee agresivamente la frente regañándome a mí misma. Olvidé completamente hacer las compras de la semana, imitando la misma acción que mi hermano menor caminando hacia las escaleras rumbo a mi habitación. Lo mejor que puedo hacer ahora es dormir hasta mañana.
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ENAMÓRATE DE MÍ (EDITANDO)
Fanfiction- Cuéntame con sinceridad, ¿qué es lo último qué recuerdas? - preguntó por la línea una voz femenina desconcertando a la morocha. - Estaba con un par de chicos en medio de la nada y de repente me perdí en un bosque..... ya después todo es borroso...