BELLOTA.
-¡Qué!- grité con impotencia levantándome de la cama quedando a una altura mayor que la de mí mamá. La silla tras mío calló brutalmente sobre el suelo provocando un incómodo y extenso momento de silencio, podría jurar que se podía cortar hasta con tijeras el débil e imaginario hilo entre ambas.
Suspiré. No estoy furiosa con ella, simplemente que...
¿Vivir sola?
Acepto que alguna vez pensé en irme de esta casa, pero cuándo avanzara económicamente.
¿Donde viviré si no tengo NADA de dinero? Apenas tengo para el almuerzo en la UNI.
- Hija- murmuró cabizbaja jugueteando torpemente con el contorno del antiguo mantel de la abuela. La miré y sonreí con ternura. Yo solía hacerlo al tener cinco años.
- Mamá, ¡Claro qué te entiendo! Desde el accidente de papá te haz esforzado bastante por los dos. Ya es hora de dejar el nido.
Finalmente rió, liberando de una buena vez el estrés..... al menos de mí parte. Caminé hacia ella envolviéndola en un caluroso abrazo el cuál gustosa correspondió. De ahora en adelante tendré que conseguir empleo urgente; despedí a la mujer con un suave beso en la mejilla, tomé la misma chaqueta de siempre y salí de casa rumbo al centro comercial, sólo allí tendré la oportunidad de un trabajo fácil y sencillo. El autobús terminó su recorrido alrededor de unos quince o veinte minutos (aunque admito que me distraje bastante con el paisaje de la ciudad pasándome de mí destino), exploré cada tienda del perímetro ofreciendo mis natos servicios domésticos inclusive de niñera para las madres pero nadie me ha dado una respuesta positiva:
¡A este paso no conseguiré nada! ¿Tanto cuesta encontrar un local en búsqueda de empleados? Si tan sólo las propuestas calleran del cielo.
- ¡Niña cuidado!
- ¿Qué.......?
***
La cabeza me daba incontables vueltas haciendo que me de un muy fuerte mareo, sin mencionar que dolía cómo si de martillazos se tratase. Con debilidad y sumo cuidado abrí los ojos hallándome con una potente luz cegadora apuntando directamente hacia las pupilas cerrándolos agresivamente. Un sonoro bufido de molestia escapó de mis labios mientras el brazo izquierdo tapaba completamente los párpados.
- ¡Apaga esa luz, estás sofocándola!
- Deja de gritar zanahorias, tampoco sirve aturdirla.
- ¿Disculpa?
- No te preocupes, te perdono.
Apreté con fuerza la boca tratando de no arruinar el momento y creyeran que aún seguía durmiendo- bueno...... si eso creían.
- Ja, ja, ja... Muy gracioso Him.
¿Es mí imaginación o acaba de decir "Him"?
- ¡Hey! Uno trata de alegrar el día y mira cómo le agradecen.
Esto es raro, no logro distinguir su voz....... ¿Estaré sorda?
- Oye niña, si tu plan es escuchar esta asombrosa charla adultezca simulando que duermes pues dejame aconsejarte que eres pésima actuando.
Retiré con lentitud mí brazo dándome el lujo de explorar a los causantes del problema: La de semblante amenazador era una resplandeciente castaña de llamativos ojos color avellana.
Su acompañante era asombrosamente idéntico a Brick, pero había algo especial que lo hacía muy pero muy distinto. De aquí a la China podías descifrar que es gay, no hace falta ser un genio científico para averiguarlo.- ¿Acabas de decir adultezca?¿Tienes la más remota idea de si esa palabra existe?
Calló un par de segundos sin abandonar su postura, yo estaba en la nubes calificando a aquél muchacho....
>Porque eres jodidamente igual a él<
Alto, ojos, cabello, sonrisa...... ¡Hasta la misma gorra! ¿Estaremos ante un gemelo perdido? Esperen........ ¡Es el mismo chico del otro día! Mí falta de atención realmente es grave.
- ¡Oh querida! Millones de disculpas, es toda la culpa de esta gorila- Chilló tomándome las manos con ternura, aún seguía atónita por el grandioso parentesco.
Ya olvídate del misterio Matsubara, ¡Concentrate imbécil!
- ¿Niña te encuentras bien? ¡Tú maripositas! Trae algo para que beba y de paso comida, el estómago ruge.
Ante el pedido rápido se alejó del lugar suspirando en más de una ocasión mientras pisaba el suelo de forma salvaje. ¿Se habrá ofendido?
- Perdona el golpe- se acercó sentándose al lado mío- sólo que Rage se enamoró de un chico que casualmente llevaban la misma chaqueta. Y admito que con tu corte de cabello te confundí.
- ¿Planeaban atraer a ese chico de un sartenazo en la cabeza?
Rió dejando caer la vista al suelo apoyándose ligeramente con ayuda de las manos, no se cómo lo hizo pero en un acto inconsciente terminé de olvidarme sobre el dolor y dirigí toda mí atención en ella.
- Aunque suene raro y loco sí, pensábamos en pegarle "accidentalmente"- dijo entre comillas con los dedos- para que el mariposon tenga su momento de gloria. Por cierto, ¿cuál es tú nombre? Olvidé preguntarte.
- Me llamo Bellota y no es un nombre común si pensabas decírmelo.
- No te preocupes niña, mejor que el mío está- masculló gentil despeinándome juguetona. Justo en eso el famoso Rage apareció con una bandeja llena de comida, una hermosa jarra de cristal y tres pequeños vasos de plástico tal cómo le habían ordenado hace poco tiempo atrás; los dejó reposar entre mis piernas y con suma delicadeza tomó uno de ellos para luego servir una cantidad de agua ofreciéndomelo con caballerosidad.
Sí no fuese por su orientación sería el hombre ideal para cualquier chica....
- Sí me dejas saber cómo te llamas, tal vez pueda darte mi punto de vista.
- Misión imposible amiga- interrumpió el pelirrojo devorando el pastelito en forma de auto- ni yo lo se que trabajo con ella hace ya dos años.
La miré de reojo y para mí sorpresa no la encontré ahí, se había ido del lugar.
- ¿Siempre es así de misteriosa?
- Gruñona, antipática e histérica también. Pero es una muy buena compañera. Yo la llamo Mushu.
Seguimos hablando un largo rato conociéndonos más, de toda esa charla me enteré que a él lo transfirieron a nuestra universidad y que estudiaría en el mismo nivel que los trillizos. Esta vez estaba esperanzado en que no lo confundieran continuamente con el mayor, pero no se quejaba a veces ya que conocía a varios "chicos guapos" cómo suele decir. ¡Y la mejor parte del día fue que me dejó trabajar con ellos en el local!
Después de todo creo estar equivocada, las oportunidades sí caen del cielo.
ESTÁS LEYENDO
ENAMÓRATE DE MÍ (EDITANDO)
أدب الهواة- Cuéntame con sinceridad, ¿qué es lo último qué recuerdas? - preguntó por la línea una voz femenina desconcertando a la morocha. - Estaba con un par de chicos en medio de la nada y de repente me perdí en un bosque..... ya después todo es borroso...