Capítulo 7

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POV KAREN:

Si os soy sincera la tarde de compras con Jessi no fue tan mala. El jueves lo pasé en su casa porque si decidir lo que yo llevaría el viernes a la supuesta doble cita fue difícil, no os imagináis lo tremendamente duro que fue para Jessi elegir la suya. Ya sabéis, a los McDonalds la gente va muy bien vestida -nótese la ironía-.

Así que hoy es viernes. Aún me pregunto qué era lo que me quería preguntar Jacob el otro día, pero tampoco me preocupa demasiado.

Son las cinco y media de la tarde, queda una hora para la "cita"... ¿sabes? No. Dejaré de llamarle cita, no lo es...es una quedada. Así le llamaré a partir de ahora.

Me empecé a vestir. Entre Jessi y yo llegamos a un punto intermedio entre lo que debería llevar y lo que quería llevar: Un short de talle alto negro de una tela ligera y no muy pegada, una camiseta de tiros muy ceñida (elección de Jessi, por supuesto), un collar que imitaba a un cuello bebé con piedrecitas brillantes y un kimono negro terminado en unos flequillos blancos. No se cómo, a Jessi se le olvidó elegirme zapatos así que decidí ponerme unos zapatos oxford de tacón negros.

Me dejé el pelo suelto y me puse eyeliner. Para los labios opté por color nude.

Ya estaba lista. Era hora de salir, el centro comercial no estaba lejos pero ir caminando me tomaría un rato. Así que cogí mi móvil, unos cascos y algo de dinero y salí de casa. Antes de salir mi padre me pregunto a dónde iba, y yo solo le dije que había quedado y cerré la puerta de la entrada antes de poder oír sus quejas sobre la camiseta ajustada o las de mi madre por no haberle dicho que "tengo novio" -según ella-.

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Al llegar al centro comercial recibí un whatsapp de Jessi. Era una nota de voz. En el audio se oía bulllicio de fondo y las voces de dos chicos hablando sobre algún partido de futbol cerca de ella:

"Cariiiii. Nosotros ya estamos aquí, te estamos esperando en la puerta del McDonalds. ¡Ven rápido que tengo hambre!"

Subí por las escaleras mecánicas del centro comercial y caminé hacia la zona de restauración. Y ahí estaba ella, mi mejor amiga vestida de una guisa muy elegante y apropiada como era esa minifalda rosa con un body negro con un escote de transparencias tan adecuado para ir a un McDonalds, con unos tacones de unos 25 centímetros con una plataforma se infarto. Esa chica que se acercaba hacia mí a punto de hacerse un esguince a cada paso que daba era Jessi.

Cuando logró alcanzarme me dio un abrazo destripador.

-Jessi, ¿pero qué te has puesto? ¡Esto no era lo que habíamos elegido ayer!

-Ya lo sé, pero es que no estaba segura de si lo otro era lo más correcto que llevar en un cita.

-¡¿Y ESTO LO ES?!- Me daba vergüenza ajena mirarla.

- ¡No lo se! Yo solo quería venir sexy y no tenía tiempo suficiente para pararme a pensar.

- Ya veo ya... que pensar fue lo menos que hiciste al elegir ... esto.

Entonces fuimos juntas hasta el McDonalds y OH-DIOS-MIO. ESTO NO ME PUEDE PASAR A MÍ. NO. A MI NO. YO SOY BUENA PERSONA. EL KARMA NO SE ESTÁ PORTANDO BIEN. ESTO ES COMO SI PAPÁ NOEL NO ME DEJARÁ NINGÚN REGALO POR NAVIDAD ESTANDO EN LA CIMA DE LA LISTA DE NIÑOS BUENOS.

- Vaya, no esperaba que la chica del metro fuera la misma chica que tendría que ligarme hoy.

El hermano de David resultó ser el mal educado que me robó el sitio en el metro el lunes junto con su grupo de bailarines.

- De ligar nada. Pensé que lo había dejado claro.

- Ya...oye no te he vuelto a ver por allí, ¿qué  pasa? ¿ No vas a luchar contra la conquista de tu territorio?

-No he ido durante esta semana al metro -mentí.

-Espera, ¿es que os conocéis?- preguntó Jessi.

-No, solo hablamos sobre algo que ha ocurrido porque tenemos cartas del tarot con las que vemos lo que pasa en la vida del otro -dije sarcásticamente de mal humor.

- ¡Eyyyy! Relájate un poco Karen. ¿Estás en tus días?- habló David. Habló el idiota de David. Siempre tenía que hablar el idiota de David.

- No. ¡¡Y no me digas que me calme!! ¡¡¡¡ESTOY MUY CALMADA!!! - Dije elevando la voz y encarándole. Entonces alguien me puso la mano en el hombro.

-Yo soy James. Y ya que estamos aquí podemos comernos una deliciosa hamburguesa y olvidarnos del metro por esta tarde.- Dijo el hermano de David. Me sorprendió. Haciendo un baremo entre lo dicho por David y lo dicho por él, no era tan imbécil como pensé que sería su familia entera.

- Es verdad Karen. No podrás negarte a un rico menú del McDonalds ¿no?- dijo Jessi. Y sinceramente, solo por tener que sentarme en la misma mesa que ella vestida así me negaría. Pero acepte a quedarme de todas formas.

Entramos y una vez habíamos pedido nos dirijimos a una de esas mesas con sillones. Me senté esperando que Jessi se sentara a mi lado pero en su lugar se sentó James. Iba a decirle que se cambiara de sitio cuando me di cuenta de que Jessi estaba sentada enfrente mio desde hacía un rato.

- Bueno pues... Karen ¿no? ¿Puedo llamarte K?

- No, no puedes.

- Te llamaré K. -concluyó James. 

-No me gusta K.

- Pero a mi sí - wtf.

-¡¡ Pero a mi no!!

- ¿Ya te vas a enfadar conmigo? Eres muy fácil de irritar K.

- ¡No lo soy!

- Y ¿por qué me gritas si no lo eres?

-Arggg

Seguimos comiendo y  hablamos entre todos sobre cosas al azar. De vez en cuando James hablaba conmigo en lo que Jessi y David se comían la boca en lugar de las hamburguesas. Casi me dan ganas de vomitar al ver a Jessi y David comiendo la misma patata frita al igual que La Dama y El Vagabundo con el espaquetti en la película.

- ¿Os podríais cortar no?

- ¿Por qué eres tan aguafiestas? - contestó David. 

- ¿Por qué eres tan idiota? 

-¡K mira! - y al mirar hacia James el me estampó una patata frita en la boca haciendo presion sobre mis labios para que me la comiera.

- Awwww que adorables- dijo Jessi. ¿ALGUIEN ME PUEDE EXPLICAR QUÉ TENIA ESO DE ADORABLE?

- K, come y calla. Déjalos a su rollo. 

 Y tras mirarle malamente  seguí comiendo. Cuando  terminamos, Jessi y David habían decidído seguir con su rutina de ejercicios para la lengua y James me pidió que saliéramos y fueramos a alguna tienda de deporte y a parte de librarnos de ello me enseñaría unas zapatillas que le habían gustado hace unos días. Obviamente acepté.

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HOLA! Quería escribir algo más pero mis padres me están metiendo prisa para salir de casa y creo  el capítulo termina muy bien así. En el siguiente las cosas se van a enredar mucho más ¬.¬  LO ESCRIBIRÉ LO ANTES POSIBLE. 

Esto es todo. Gracias a todos los que están siguiendo mi historia. Seguid votando en ella por favor. OS QUIERO MUCHO <3

Se despide su -afónica a día de hoy-  escritora!!

Al compás del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora