Capítulo 17:

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POV Jacob:

Pasó la semana. He pasado las tardes tocando con Karen en el metro pero hoy es viernes, y hemos quedado para ir a tomarnos un helado a una heladería que se encuentra al lado de un parque muy tranquilo y con muchos patos en un lago demasiado pequeño. La idea de Henrie al final me gustó. Y hablando de Henrie, se empeñó en venir a mi casa para prepararme para la "cita", o al menos así le había llamado él. 

-Deberías pedirle el número hoy -dijo en lo que me peinaba desde mi habitación.

- Y tú deberías callarte ya.

- Es que es algo fundamental para ligarte a una chica. 

- Claro, porque tú ligas mucho y sabes del tema - dije con notable sarcasmo.

- Además, tienes la escusa perfecta: "por si un día uno de los dos no puede ir, para no dejarnos colgados" - tenía razón, sería perfecto poder avisarlo si alguno de los dos no fuéramos un día por lo que sea al metro.

Salí del baño y lo encontré tumbado en mi cama manoseando una pelota de tenis que habría cogido de alguno de mis armarios.

- ¿Qué tal estoy?

- Perfecto. Ni muy arreglado, ni muy dejado -contestó. Sabía que eso era lo que necesitaba escuchar para quedarme tranquilo. Me preocupo mucho de cómo debo vestir en cada ocasión.

- ¿De qué pedirás el helado? -preguntó de repente.

-¿Qué importa?

- Puede que te juzgue por el sabor de helado que elijas. Eso dice algo de ti. Igual que dirá algo de ella.

-Sí; dirá que me gusta más un sabor que otro y ya está -dije preguntándome qué se le pasaba a Henrie por la cabeza para decir esas cosas.

- O no. Por ejemplo: si ella escogiera un cono de galleta o un vaso diría algo sobre ella. Si coge un vasito, prefiere no mancharse y simplemente tomará el helado como un tentempié para endulzar la boca. Si coge cono, es que realmente le da igual mancharse y quiere saborear el helado lo más posible. Dirá si le preocupa más lo que piensen de ella, o disfrutar.

- Eso es una estupidez -dije sin ni si quiera pensar en la posibilidad de que eso funcionara como teoría.

- Bueno, tú sigue sin hacer caso a el sabio Henrie, pero te recuerdo que fue idea mía lo de la cita del helado.

- No es una cita.

- O sí.

 Dándole una mirada que le daba a entender que ya estaba cansado de repetirle las cosas, salí de mi habitación y él solo se limitó a seguirme.

- ¿A dónde vas Jacob? - preguntó mi padre que estaba con su ordenador y su montón de papeles en la mesa del comedor.

- No te importa -dije sin ningún tipo de emoción en la voz en lo que escogía un abrigo de los del perchero.

- Bueno, perdona que pregunte pero es que llevas dos horas preparándote y Henrie parece haber venido simplemente a mirar, lo que me hace pensar que te estaba aconsejando o algo así.

- Pues no pienses y ocúpate de tus bocetos de arquitecto - dije mirándome en el espejo con uno de los abrigos.

- ¿Has quedado con alguna chica? -no entiendo por qué se empeña en seguir preguntándome si sabe que no le voy a contar nada.

- ¿ Te importaría no preguntar más?

- Es la chica del otro día ¿no? La que conociste en el metro.

Al compás del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora