POV Jacob:
Pasó la semana. He pasado las tardes tocando con Karen en el metro pero hoy es viernes, y hemos quedado para ir a tomarnos un helado a una heladería que se encuentra al lado de un parque muy tranquilo y con muchos patos en un lago demasiado pequeño. La idea de Henrie al final me gustó. Y hablando de Henrie, se empeñó en venir a mi casa para prepararme para la "cita", o al menos así le había llamado él.
-Deberías pedirle el número hoy -dijo en lo que me peinaba desde mi habitación.
- Y tú deberías callarte ya.
- Es que es algo fundamental para ligarte a una chica.
- Claro, porque tú ligas mucho y sabes del tema - dije con notable sarcasmo.
- Además, tienes la escusa perfecta: "por si un día uno de los dos no puede ir, para no dejarnos colgados" - tenía razón, sería perfecto poder avisarlo si alguno de los dos no fuéramos un día por lo que sea al metro.
Salí del baño y lo encontré tumbado en mi cama manoseando una pelota de tenis que habría cogido de alguno de mis armarios.
- ¿Qué tal estoy?
- Perfecto. Ni muy arreglado, ni muy dejado -contestó. Sabía que eso era lo que necesitaba escuchar para quedarme tranquilo. Me preocupo mucho de cómo debo vestir en cada ocasión.
- ¿De qué pedirás el helado? -preguntó de repente.
-¿Qué importa?
- Puede que te juzgue por el sabor de helado que elijas. Eso dice algo de ti. Igual que dirá algo de ella.
-Sí; dirá que me gusta más un sabor que otro y ya está -dije preguntándome qué se le pasaba a Henrie por la cabeza para decir esas cosas.
- O no. Por ejemplo: si ella escogiera un cono de galleta o un vaso diría algo sobre ella. Si coge un vasito, prefiere no mancharse y simplemente tomará el helado como un tentempié para endulzar la boca. Si coge cono, es que realmente le da igual mancharse y quiere saborear el helado lo más posible. Dirá si le preocupa más lo que piensen de ella, o disfrutar.
- Eso es una estupidez -dije sin ni si quiera pensar en la posibilidad de que eso funcionara como teoría.
- Bueno, tú sigue sin hacer caso a el sabio Henrie, pero te recuerdo que fue idea mía lo de la cita del helado.
- No es una cita.
- O sí.
Dándole una mirada que le daba a entender que ya estaba cansado de repetirle las cosas, salí de mi habitación y él solo se limitó a seguirme.
- ¿A dónde vas Jacob? - preguntó mi padre que estaba con su ordenador y su montón de papeles en la mesa del comedor.
- No te importa -dije sin ningún tipo de emoción en la voz en lo que escogía un abrigo de los del perchero.
- Bueno, perdona que pregunte pero es que llevas dos horas preparándote y Henrie parece haber venido simplemente a mirar, lo que me hace pensar que te estaba aconsejando o algo así.
- Pues no pienses y ocúpate de tus bocetos de arquitecto - dije mirándome en el espejo con uno de los abrigos.
- ¿Has quedado con alguna chica? -no entiendo por qué se empeña en seguir preguntándome si sabe que no le voy a contar nada.
- ¿ Te importaría no preguntar más?
- Es la chica del otro día ¿no? La que conociste en el metro.
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Al compás del metro
Roman pour AdolescentsEn la mayor parte de ciudades hay metro, es la forma más cómoda y barata de moverse por la ciudad. Y como todos sabemos los metros no son simplemente medios de transporte... bueno si lo son pero lo que pasa en lo que esperas a que llegue es lo impor...