Capítulo 11:

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POV JACOB:

Después de la discusión estuve un tiempo en mi habitación pensando. Le estaba dando demasiadas vueltas a todo y eso no era bueno. Así que le mandé un mensaje a Henrie:

 Jacob, 11:15 am, enviado: Hey Henrie! Q hacs? Se me había ocurrido quedar hoy en tu casa y jugar a algún videojuego de los tuyos ;)

De Heeenrieeeee, 11:16 am, recibido: Vle. Pueds venir ya si quieres. No están mis padres en casa y me aburro solo :(

Jacob, 11:16 am, enviadoPerfecto, pues voy ya. Nos vems!!


Había tenido suerte de que Henrie me dejase ir en ese mismo momento a su casa porque me estaba volviendo loco encerrado en mi habitación.

Me vestí con cualquier cosa y salí de mi casa sin recibir preguntas ni dar respuestas o explicaciones de a dónde iba. Henrie vive una calle por detrás de mi casa así que no necesité más que mis piernas para llegar. 

Toqué el timbre y Henrie me abrió en pijama:

-Podrías haberte cambiado -dije.

-Me he peinado, eso ya es un mérito.

- La confianza da asco -dije en lo que entraba a su casa.

Henrie y yo nos conocemos desde siempre. Siempre hemos sido muy distintos pero por alguna razón me agrada pasar tiempo con él. La mayoría de mis amigos piensan que es un friki, pero yo siempre defiendo que no es lo que parece y ellos lo respetan por mí. Supongo que son buenos amigos. Pero Henrie es el mejor que tengo, es el único al que le cuento todo de verdad.

-Siéntate en el sofá. Voy a por mi desayuno -dijo.

-¿Aún no has desayunado?

-A penas me había despertado cuando vi tu mensaje -dijo desde la cocina.

- ¿Y tus padres dónde están?

- Fueron a hacer la compra. Creo que tienen asumido que no les quiero acompañar -dijo en lo que volvía con una manzana en la mano.

Se sentó a mi lado y me miró como si estuviera esperando a algo.

-¿Piensas contarme qué te pasa?-dijo entonces.

- ¿Qué? Nada.

- Sí que te pasa algo. No es usual en ti querer venir a mi casa a jugar con mis maquinitas.

- Eso no es verdad. Muchas veces te llamo para quedar- dije casi indignado.

-Pero nunca me dices que sea para jugar a videojuegos. Solo lo dices cuando quieres hablar porque sabes que siempre te estoy suplicando que jueges conmigo y te diré que sí sin pensarlo- pues sí, tenía razón.

- ¿Eres psicoanalista o algo ahora?

- Jacob, escúpe - dijo dando un mordisco a su manzana.

- Ayer fui con mi padre por el centro comercial y me encontré con Karen, la del metro.

- ¿Qué hacías con tu padre en el centro comercial?- dijo extrañado.

- Me pidió que pasáramos una tarde juntos y supuse que agradarle por una vez no me haría daño -Henrie se quedó mirándome con cara rara- Y me prometió comprarme unas zapatillas.

- Eso tiene más sentido. Y ¿qué pasó?

- Pasó que Karen estaba con un chico que se presento a sí mismo como su futuro novio.

Al compás del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora