– ¡John, ___!, que gusto de verlos – exclamó Katy alegremente – malvado, no me dijiste que los habías invitado – dijo a Rubén dándole un golpecito en el hombro.
– En realidad no sabíamos que ustedes estarían aquí, Rubén me prestó la casa por el fin de semana – respondió John mirándolo como pidiéndole una explicación.
– ¿Qué no era el próximo fin de semana? – exclamó Rubén serio y confundido.
– Bueno, hay suficiente espacio para los cuatro y así será mucho más divertido – agregó entusiasmada Katy casi brincando.
Yo simplemente no podía hacer ni decir nada, estaba estupefacta tratando de procesar la información en mi mente, el shock había sido más grande a cuando me lo topé en el estadio y lo que más me había molestado era haberlo visto tan feliz con Katy, ¿cómo podía decir que no era su novia si parecía todo lo contrario? Lo único que atiné hacer fue jalar a John del brazo para sacarlo de la casa mientras le daba una mirada de odio a Rubén que nos veía seriamente.
– ¿Él fue quien te presto la casa? – pregunté molesta afuera de la puerta principal.
– Sí – respondió parándose frente a mí.
– No podemos quedarnos aquí, busquemos un hotel, al fin estamos a diez minutos del centro de Las Vegas.
– Pero nena, ¿desde cuando eres antisocial?
– ¿Nena? – pregunté extrañada olvidando por un segundo el origen de la pelea.
– dije ___, por el enojo ya ni me escuchas bien.
– Te escuché perfectamente bien y me dijiste nena, ¿desde cuándo me dices así?
– Ya sé porque fue la confusión – exclamó ignorando mi pregunta – es que primero le había dicho que vendríamos el siguiente fin de semana, pero como tengo que ir a... San Francisco en esa fecha le cambié el día a la mera hora, fue mi culpa ___, perdón – se acercó y puso una mano en mi mentón – pero, no podemos hacerle un desaire cariño, Rubén ha sido muy amable conmigo, además, se ve que a Katy le caes muy bien, será como aquel viaje que hicimos con Andrea y Mike, acuérdate que la pasamos genial.
– Pero, se suponía que la razón de este viaje era para estar solos tú y yo.
– Y lo estaremos cariño, ¿a poco crees que ellos no querrán estar solitos también? – Respondió guiñándome un ojo – anda, no seas así, serían prácticamente 3 días.
Sentí como se me revolvió el estómago con la insinuación, la escenita de la cocina estaba muy fresca en mi mente y no quise ni pensar como hubiera terminado si no hubiésemos interrumpido. John me dio un ligero beso en los labios y escuchamos que alguien carraspeaba, volteamos, pero él seguía sosteniendo mi mentón.
– Perdón, no quise interrumpir, la cena está casi lista, pasen y después vemos como nos acomodamos – exclamó Katy desde el umbral de la puerta, Rubén estaba detrás de ella con una mirada de pocos amigos, como si quisiera fulminar a alguien.
– Gracias Katy, pero nosotros acabamos de comer, además supongo que ustedes querrán estar solos, creo que será mejor que John y yo nos vayamos a un hotel – dije separándome de él, pero entrelacé mi mano con la suya.
– De ninguna manera, el que se confundió fui yo, los que debemos irnos somos Kat y yo – dijo Rubén abrazándola por la cintura.
– No, Rubén, por supuesto que no, es tu casa, además la culpa fue mía porque primero te dije que vendríamos el siguiente fin de semana y apenas el martes te avise que siempre llegaríamos hoy, yo fui el de la confusión.
– Nadie se va a ir a ningún lado, quizá no somos los mejores amigos del mundo pero será grandioso convivir este fin de semana y conocernos más, ¿verdad, baby? – dijo Katy volteando a ver a Rubén y le dio unas palmaditas en la mejilla.
– Yo encantado, esta es su casa y Kat tiene razón, no veo ninguna razón para que no la podamos pasar bien los cuatro – respondió mientras chocaba delicadamente su cabeza con la de ella que le sonrió.
– Yo tampoco le veo mayor problema, es que ___ tenía la ilusión de que estuviéramos solos ella y yo – intervino John dándome un beso en la comisura de los labios.
– ___, no te preocupes por eso, compartirán habitación, y Rubén y yo podemos usar tapones en las orejas contra el ruido.
– Katy, pero que cosas dices.
– Ay ___, ya todos somos adultos aquí, no tiene nada de malo, anda, acompáñame a la cocina a terminar la cena – exclamó Katy tomándome de la mano que tenía libre obligándome a caminar.
Con dificultad solté a John, yo seguía con el estómago hecho nudos por las muestras de afecto entre ella y Rubén y cuando pasé a su lado le corrí la mirada furiosa y él desvió la suya. Me excusé con Katy diciéndole que estaba muy cansada y que mejor aprovecharía para subir a acomodar mis pertenencias. Cuando salí de la cocina Rubén y John miraban televisión y sostenían una copa cada uno, sólo les dije con permiso y subí corriendo las escaleras.
Abrí la puerta de la primera habitación y sólo había una maleta que supuse era la de Rubén y Katy, me dieron ganas de arrojarla por las escaleras, pero sabía que tenía que guardar la compostura, nos quedaban tres largos y tortuosos días que no sabía cómo iba a sobrellevar. En la recámara contigua estaba mi maleta y la de John. Tomé la mía y empecé a desempacar, aún era temprano, pero me puse mi pijama y me metí a la cama, no estaba dispuesta a bajar y seguir presenciando las expresiones de cariño entre Katy y Rubén, no tenía idea si podría evitar hacer una escena de celos que no venía al caso porque también estaba mi novio.
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Ardiente Tentación Hot (Adaptada) Rubius&Tú
Hayran KurguTres reglas No rompibles El problema es... ¿Serás capaz de no romperlas? Te invito a descubrirlo Aclarando esta historia NO es mía, es ADAPTADA. Créditos a la creadora original. Datos y Creadora original: 1.- La novela original se llama: "Est...