Capítulo 6: Sentimientos cruzados.

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Yo estaba atónita por la escena que veía: mi fuerte mejor amigo con el cabello despeinado y enredado, ojos rojísimos e hinchados, su mejilla izquierda roja y traía puesto tan solo su pantalón de pijama, dejando su atlético torso al descubierto.

Yo estaba muy confundida al ver lo que estaba sucediendo así que rápidamente me levanté, cerré la puerta y luego intervine-Tyl...- no pude acabar la frase porque sentí su dedo en mis labios, indicándome que guardara silencio -Paulina porfavor- dijo mi amigo con la voz entrecortada. Yo hice una cara de desesperación porque Tyler no parecía estar bien, pero tampoco parecía querer explicar algo así que volví a intentar -Pero Ty... -en respuesta el repitió su acción anterior. Cada instante me confundía más por lo cual me callé y esperé.

Después de unos segundos en silencio, Tyler colocó sus manos en mi cintura, me abrazó fuertemente y comenzó a llorar apretándome más fuerte cada vez que sollozaba. Yo, cada vez más preocupada acariciaba su espalada mientras lo dirigía a mi cama, justo al otro lado de de donde minutos antes, yo trataba de conciliar el sueño. Lo deje en mi cama mientras salía de mi habitación y le indicaba a mi amigo que me esperara.
Bajé a la cocina por un té de manzanilla, un trapo, pañuelos dardos y una cucharada de miel, que era el kit de corazones rotos, que era lo que asumía que Tyler tenía.
El té era para desinflamar los ojos, el trapo era para limpiarse la cara y las lágrimas, los pañuelos eran para limpiarse la nariz y las lágrimas, los dardos para aventarlos como si en el tablero estuviera la persona que nos rompió el corazón y la cucharada de miel para aclarar la garganata y que pudieramos entender al otro cuando nos contara que había pasado.

Regresé con los elementos cuando vi a Tyler con la cabeza sumergida en una almohada y los puños apretados. Sentí un nudo en el estómago al ver a mi amigo así, ya que nunca se ponía tan mal por un mal de amores, por lo que significaba que esta vez algo muy grave había pasado.

Me acerqué a Ty dejando nuestros suplementos ensima de mi mesita de noche. Cuando voltee a verlo su rostro estaba a pocos centímetros del mío, me intenté hacer para un lado cuando Tyler puso una de sus manos en mi cintura, otra en mi rostro, dejándome paralizada. Se fue acercando lentamente hacia mí hasta que sentí sus calidos y suaves labios en los míos.

Yo estaba en un grave estado de shock, asi que me disculpé, me levanté y me fuí al baño. Tyler me miraba fijamente, se veía enojado, y seguía llorando. Tenía la mandíbula y sus puños apretados, el ceño fruncido y una vena que resaltaba en su frente.
Me partía el alma ver a mi amigo así, pero en terminos generales yo estaba peor; mis manos temblaban, mi boca y mis ojos estaban abiertos de par en par, no podia pronunciar palabra alguna y lágrimas brotaban de mis ahora rojizos ojos.

No podía entender porque Tyler, que era casi un hermano para mí, hubiera reaccionado de esa manera. Menos sabiendo lo quesignificaba para mí. Ese beso, que provenía de los suaves y cálidos labios de Tyler, había sido mi primer beso. Y el lo sabía. Igual que sabía que estaba enamorada de Alexis. Estaba enojada con él. Estaba asustada de él. Estaba confundida a cerca de lo que sentía por Alexis. Y todo, TODO por mi supuesto mejor amigo. Estaba frustrada. Esque ¡AH! ¿¡PORQUÉ CARAJOS HABÍA HECHO ESO!?
Golpeé la pared con fuerza. No me gustaba estar así. Ahora mi puño me dolía. Y tenía todos mis sentimientos cruzados. No tenía ni idea de como salir de esta.

Me tomé cinco minutos para limpiarme las lágrimas, limpiarme la nariz y tranquilizarme. Me levanté del banquito en el que estaba sentada y me miré en el espejo; estaba pálida y mis ojos estaban muy rojos al igual que la punta de mi nariz, mi cabello estaba alborotado y enrredado. Solté un profundo suspiro y acto seguido tome mi cepillo y empezé a desenrredarme el cabello. Una vez que acabé, me hize mi cola de caballo y agarré mi crema de la cara, me la puse y la rojez de mi nariz bajó. Luego tomé mi enchinador y empecé a enchinarme mis pestañas, por último tomé mi brillo labial y apliqué un poco en mis labios. Dejé el brillo en su lugar y admiré mi reflejo; digamos que me veía presentable, por lo cual apagué la luz del baño y me dirigí a la puerta.

Al abrir la puerta quería que Tyler estuviera ahí (de ahí el tiempo que me tardé arreglandome) pero sabía que lo más probable era que ya no estuviera ahí después de los 15 minutos que estuve encerrada.

Abrí la puerta cuidadosamente y ....

En la alberca. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora