Yo cruzaba mi último año de secundaria, cuando me enamoré muy profundamente de un chico muy muy particular.
Yo no solía durar mucho con mis gustos, a menos de que en verdad se metieran en mi corazón.
Y en este año, solo dos niños lo habían conseguido.
El primero, mi ex novio, Raúl, que después de una serie de circunstancias, cortó conmigo.
Me dolió muchísimo, pero poco a poco, lo fui superando.
Y el segundo, Alexis, ese niño tan lindo y particular.
Pero el agua siempre había sido MÍ espacio. Nadaba desde que tenía cuatro años, y desde ahí había dejado todo por el agua. Simplemente me encantaba, la idea de ir a nadar, de estar en el agua, de competir en el agua...etc.
El agua. Siempre me ayudó a sanar heridas, a aclarar mis pensamientos, y a mantenerme en forma. Aparte de que el hecho de nadar tanto, me había ayudado considerablemente a superar mi ruptura con Raúl.
Con el tiempo, había conocido varias formas a parte de la natación para ejercitarme en el agua. Y después de casi una década de vida, conocí el nado sincronizado, el deporte que a mi juicio era el mejor, y que ya tenía practicando siete años.
A lo largo de este tiempo, había aprendido muchas cosas, conocido a muchas personas y entablado diversas amistades; las cuales seguiría haciendo, pero con quien nunca me lo imaginé.
Entrenaba en un deportivo cercano, en el cual compartíamos la alberca con clases infantiles, nadadores libres, el pre-equipo y el equipo.
En este último, teníamos varios amigos y amigas, con los que nos encantaba compartir esa bonita alberca en la que nos desenvolvíamos.Nuestros mejores amigos eran cuatro, a los cuales yo describiría así:
Diego: Tenía 18 años, no era mal parecido; era algo atractivo y tenía un físico que le ayudaba bastante.Era un excelente amigo y persona, además de ser un buen nadador, pero le faltaba responsabilidad, por lo cual no tenía una relación estable. Casi todas mis amigas sintieron algo por el en algún punto, lo que ocasionó varias peleas.
Emiliano: Tenía 17 años, y nunca fue mi amigo cercano, pero era muy lindo educado y amable. Era un gran nadador, y era una persona con la que podías contar siempre.
Jimena: Tenía 17 y era muy amiga de todo el equipo. Era una buena nadadora y la única mujer. Era muy linda, y me caía de maravilla. Además de tener una carismática de personalidad, era muy bonita, con sus ojos claros y sus rizos dorados.
Alexis: Era el mejor nadador, era muy muy rápido y de pequeño había marcado récords nacionales, tenía 16 años y una muy linda personalidad. Se relacionaba de maravilla con sus compañeros de equipo, aunque ellos no fueran tan buenos como él.
Nosotras, el equipo juvenil mayor de nado sincronizado, estábamos casi recién integradas, ya que mis amigas Vanessa, Mariana, Valery, Tania y yo, acabábamos de cambiar de categoría, por lo que nos tocaba relacionarnos con quien creímos jamás hacerlo: Constanza, Regina e Isabella.
En esta nueva categoría también se encontraba Gaby, que aunque me llevaba un par de años era una gran amiga mía desde la infancia.
Con el tiempo, nos fuimos conociendo y al pasar tantas horas juntas pasamos de ser unas desconocidas, a ser amigas, mejores amigas, y finalmente hermanas.
Y en el tiempo que nos conocíamos descubrí lo engañosas que pueden llegar a ser las apariencias; pues Isabella quien parecía tonta, hueca y aburrida, resultó ser la más divertida, sociable,amable y chistosa niña que jamás haya conocido.
Constanza, que parecía sumamente falsa, hipócrita y presumida, resultó convertirse en la hermana mayor que nunca tuve, porque era la más humilde, acomedida y linda.
Descubrí que Regina y yo teníamos muchísimas cosas en común, y que juntas nos la podíamos pasar increíblmente bien.
Con ellas aprendí muchísimas cosas, me reí como con nadie, hablé de cualquier tipo de cosas y viví muchas de las mejores experiencias de mi vida.
Alguna vez me dijeron que los amigos verdaderos se cuentan con los dedos de las manos, y después de un tiempo descubrí que varias de ellas eran parte de esa corta lista de amigos, que sin duda eran lo mejor que podías tener en tu vida.
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En la alberca.
RomantikLa perfecta vida de Paulina Castro, se pone de cabeza en cuanto los hombres empiezan a interferir en sus relaciones. Si de por sí, la adolescencia es dura y algunas veces tener un pretendiente se suma a la lista de cosas difíciles; imagínate cómo...