Lunes.

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Estaba nerviosa de ver a mi Julieta, no habíamos hablado por mensaje, sabía que seguía molesta.

Como siempre, llegaba antes que ella, decidí sentarme al frente, ella odiaba estar atrás. Ya era hora de empezar la clase y mi Julieta no aparecía, llovía y no quería pensar  que por esa razón no vendría a estudiar, la angustia duró unos minutos, la vi entrar al salón, un poco mojada, estaba felíz de verla pero ella parecía que no. Tomó uno de los asientos del medio, pasando sin saludarme.

La primera clase fue aburrida, sólo me dedicaba a buscar una excusa para mirar atrás y verla a ella, en algunas ocasiones ella me miraba pero yo no podía verla a los ojos sin sentirme avergonzada, así que desviaba la vista hacia otro lado.

Llegó el receso y ella pasó frente a mi, quise saludarla pero no se giró a verme. Mientras comía, se sentó atrás de mi, se miraba preocupada, sus ojos empezaron a cristalizarse, algo andaba mal.

-¿Qué pasó?- me giré hacia ella.

-N-nada- decía con un hilo de voz.

Empezó a limpiar sus lágrimas y yo sólo la veía sin entender que sucedía.

-¿Qué sucede?- intenté sonar tranquila, quería tomar su mano, pero no quería pasar tocandola todo el tiempo, los demás empezarían a verme mal.

Ella no respondió, apareció otra compañera y le pregunté. Mi Julieta había perdido $20 que su padre le había dado, eso le ayudaría mientras él no estaba un par de días. No sabía que hacer, ella no tenía nada más que eso, y yo tampoco tenía ese dinero, lo había estado gastando tontamente que no me quedaba nada. Ella lloró durante un rato, yo sólo me dedicaba a observarla.

Llegó la siguiente hora y por suerte teníamos una charla, así que perderíamos dos horas de la materia más aburrida para nosotros.

Un chico se sentó entre ella y yo, pero aún así, yo no podía quitarle la vista, esta vez, ella me veía y yo también lo hacía, sonriendo al mismo tiempo.

Llegó la tercera hora y mientras hablábamos de cosas tontas la convencí de sentarse junto a mi, algo que no dudó en hacer. Nos quedamos respondiendo unas preguntas, luego realizando una actividad, una amiga nos observaba y cuando yo la miraba a ella intentaba no sonreír nerviosa, intentaba parecer desinteresada de todo. Llegaba la hora de disculparme y no sabía cómo comenzar, así que sólo lo dije.

-siento haberte hecho llorar el viernes-

-no importa, sólo olvidalo-

Llegó la última hora y ella seguía junto a mi. Empezamos a jugar en mi cuaderno, haciendo dibujos tontos y raros. Podía hacer cualquier tipo de broma que no tuviera que ver con ella y ella no dejaba de reír, se sentía bien verla sonreír de esa manera.

No quería que ese momento terminara, pero lo hizo. Era hora de salir, pero hoy debía esperar a mi Julieta.

La vi desde lejos, un amigo estaba molestando, quería tirarme al suelo por haber tirado su mochila, mi Julieta, al ver esto, corrió y tiró de un golpe a mi amigo.

-Deja de molestarla!- gritó molesta.

Él quiso molestar a mi Julieta pero yo lo detuve. Me pidió irnos de inmediato pero yo no le hice caso, estaba hablando con otra amiga. Sin darme cuenta, mi amigo la hizo enojar y ella se fue molesta, le grité para que me esperara, pero no lo hizo, sólo se fue.

Estaba un poco molesta y triste, ella siempre hacía lo mismo, sólo me ignoraba. Llegué a casa y le mandé un mensaje, esperando que me contestara. Al final resultó que no me escuchó, seguimos hablando y bromeando como normalmente lo hacíamos, ahora todo estaba bien y esperaba no volver a hacer algo tonto.

Enamorada De Una Chica Hetero...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora