Me estaba volviendo loca, no había dormido bien estos últimos días, mejor dicho, no había dormido nada estos últimos días. Tenía insomnio, lo único que hacía era pensar y pensar en mi Julieta.
Ni siquiera sé por qué decidí llamarla así. Romeo y Julieta se amaban, pero su amor era imposible. Lo único que tenemos en común es que nadie aceptaría lo nuestro, si es que existiera algo.
Supongo que esa parte de mi Julieta que dice odiar por fin la he visto. Rencorosa. Después de una simple discusión, dejó de hablarme, como siempre, me ignoró. Pero esta vez no iría a rogarle, seguiría su juego. Y así fue, por 3 días. Tres días en los que no pude sacarla de mi mente.
Las personas empezaban a decirme lo mal que se comportaba, siempre parecía molesta, contestaba mal a todo el mundo. Simplemente no era la chica amable de siempre. Yo no podía verla a los ojos, y cada vez que ella lo intentaba, fingia no haberla visto o estar viendo otra cosa. No le dije ni una sola palabra, por tres días. Ella no parecía que iría a preguntarme o hablarme primero, sólo parecía enojada, todo el tiempo.
Estaba molestandome su actitud hacia los demás, pero también estaba preocupada, no solía comportarse así, y si seguía haciéndolo empezarían a alejarse de ella y no quería eso.
Cuando pensé que todo estaba perdido, me preguntó algo acerca de la clase, estaba asombrada y no podía contestar, alguien se me adelantó y la ayudó, yo sólo miré a otro lado, esperando que no pensara que no quise contestarle.
Llegó el receso y decidí hablar con ella.
-¿Estás bien? Escuché que estabas enojada- me senté frente a ella.
-Si, estoy bien- respondió con mala actitud.
-¿por qué estás enojada?- insistí.
-No lo estoy!- dijo casi gritando.
-ok- me paré y di un paso en dirección a la salida.
-Estoy triste- dijo con una suave voz que me partió el alma.
-¿por qué estás triste?- volví a sentarme.
-no lo sé, creo que todos tenemos esos días en los que estás triste y no sabes por qué- dijo con una media sonrisa.
-¿quieres... un abrazo?- pregunté intentando no sonrojarme.
-No- respondió mirando sus manos.
-ok- respondí avergonzada.
Terminó el receso y debíamos volver a clases. No volvimos a hablar hasta la última clase.
-¿aún estás triste?- tomé valor para preguntar.
-Si- dijo desanimada.
Acto seguido, me abrazó con todas sus fuerzas que llegó a dolerme. Al separarse, apretó mi mejilla y volvió a abrazarme.
-¿todo bien? ¿o quieres asfixiarme?- bromee.
Volvió a abrazarme y sonrió de oreja a oreja. Luego de eso, parecía la misma chica de simpre, alegre y amable. No quiero sonar egocéntrica y decir que fue por mi que volvió a sonreír. Pero estaba realmente felíz de verla así.
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Enamorada De Una Chica Hetero...
Teen FictionSi eres lesbiana o gay, puede que alguna vez te haya pasado que te enamoras de una chica/chico que es heterosexual, a veces las cosas son tan difícil que resultan ser amigos y tú, de alguna forma, sufres el no poder decirle a esa persona lo que sien...