Enamorada De Una Chica Hetero...

Días lluviosos.

Estamos casi en invierno, estos últimos días no ha parado de llover, no me molesta, de hecho me encanta los días fríos, pero no la lluvia.

Lo que más me ha gustado de estos días fríos es poder sentir el calor de sus manos. Últimamente he sentido más frío de lo normal y, como ya he dicho, usualmente me gusta y se siente bien, pero estos días no he parado de temblar, y por la misma razón de que me gusta el frío, he regalado todos mis abrigos, por lo que debo morir congelada todo el día.

Día #1

Hoy no era la excepción, estaba temblando y mi lugar estaba bajo el aire acondicionado, le he pedido a mi Julieta cambiar de lugar ya que ella decía tener calor, pero de inmediato se negó diciendo que la ignoraria si cambiaba. Si supiera que no le quito la mirada ni por un segundo.

Llovía, por lo que tuve que mojarme un poco acompañando a una amiga a otro salón. Volví a mi salón y me senté frente a mi Julieta, me recosté sobre su asiento e intenté dormir. Sentí sus manos tocando mis brazos.

-Estas temblando- me dijo preocupada.

El hecho de sentir la calidez de sus manos era reconfortante, no quería que las quitara pero lo hizo, aunque fue para poner un abrigo sobre mi, el abrigo un amigo en realidad. Aún sentía frío, ella tocó una de mis manos y sin pensarlo la tomé. No podía ver mi rostro y me alegraba, tenía una sonrisa inigualable.

Día #2

Seguía teniendo demasiado frío, pero me negaba a usar el abrigo de mi hermana. Hoy, casi por costumbre me he quedado a esperar a mi Julieta, la lluvia había cesado un poco así que me digné de valor y le propuse acompañarla nuevamente. Ella sólo me repetía que no regresaría por mi y yo no paraba de preguntarle si quería que la acompañara, pero nunca me contestó, por lo que de todas formas la acompañé. Volví a sentir miedo, pero sabía que ella no regresaría, al final, pude acompañarla hasta la parada de autobús, regresé con menos miedo de lo normal, aún sabiendo que estaba sola y habían un par de hombres alrededor. Llegué a casa más tarde de lo esperado, pero evadí con otro tema las preguntas de mi madre.

Día #3

Mi Julieta faltó a clases. Me senté en su asiento antes de que cualquier otro lo hiciera. Me pasé el día pensando en ella.

Recordé el día que me cantó una de sus canciones favoritas y que por suerte a mi me gustaba también. Habíamos quedado a solas, ella me tomó de la mano para usarla de micrófono (como siempre) y empezó a cantar "All of me" de John Legend no podía mirarla a los ojos, solo sonreía un poco y cantaba la canción en mi mente. Me imaginaba cantandola para ella, era todo lo que quería decirle y no podía. Pasaron los días y ella seguía cantando partes de esa canción.

Tocaba un poco la guitarra y ahora mi meta era aprender esa canción, así ella la cantaría otra vez, pero yo la acompañaría. Y sería perfecto :3