Capítulo 12: Más que amigos.
-¿Qué curso tienen a primera hora? -le preguntaba a Rei.
-Creo que tenemos horas libres para estudiar, ¿no, Ayami?
-Sí. Tal vez Nana venga tarde.
-Pero n-no estaba preguntando por eso... -me sonrojé un poco.
-Uhmmmmmmm -Rei me miraba de la cabeza a los pies-. Después de todo no la has visto hace dos días.
-Cierto. ¿Ya te sientes mejor? -Ayami se refería al ligero resfriado que tuve después del evento.
-¿Ah? S-Sí... No fue nada.
-¿Crees que fue Nana la que te contagió? -Rei seguía mirándome-. Ya que fuiste tú el que la llevó a su casa aquel día.
-...Y Nana no nos ha contado nada desde entonces -Ayami le seguía la corriente.
-¡N-No hice nada! -grité automáticamente.
-Seguro. No tienes por qué alterarte.
-¡N-No! No lo estoy...
-Fuera de eso, ahora sí puedes contarnos de lo que sucedió hace tiempo atrás con Chiaki.
-¿Eh?
-Mejor cuéntanos qué hiciste los días que faltaste~ -Rin nos interrumpía.
-¿Qué los de primero no tienen nada qué hacer?
-Ehhhhhhhhhhh~ ¿Por qué me botas, Rei-senpai?
-¿También tienes horas libres? -Ayami le preguntaba amablemente.
-No~ Pedí permiso para ir al baño un rato -y sonrió.
-Bien. Entonces, ¿qué decides contarnos, Hinata? -Rei no quitaba sus ojos de mí.
-Chiaki y yo... -empecé-. Nos criamos juntos hasta que cumplí 8 años. En ese entonces, estábamos muy influenciados por nuestro entorno: el mundo de la moda. Lo recuerdo aún...**************
-¡Hina-chan! -Chiaki venía corriendo-. ¿Vamos a jugar?
-Uhmmm, vale.
-No estás con muchos ánimos hoy, ¿no? -reía.
-Es que tú siempre ganas... -susurré un poco irritado.
-Hahahahaha. ¡Como se esperaba de Hina-chan!
Solíamos jugar muchas cosas. Desde lo clásico, los juegos de mesa, hasta nuestro juego favorito: dibujar y competir. Y no hacíamos simples dibujos... Hacíamos dibujos de conjuntos que inventábamos. Y Chiaki siempre me llevaba ventaja cuando íbamos preguntando a las personas por allí qué diseño les agradaba más.
A pesar de ganar pocas veces, no me sentía mal o frustrado en lo absoluto pues tenía en mente lo que mi tío siempre decía: "El que pierde todo su espíritu con los primeros fracasos, es el verdadero fracasado". Y estar al lado de Chiaki alimentaba mis ganas de vencer a todos.
Siempre pensé en Chiaki como el hermano que no tuve.
-Y con la última señora... -y se puso a contar con los dedos-. ¡He ganado de nuevo, Hii-chan!
-Ya lo sé. Yo también sé contar -puse los ojos en blanco.
-¡Cierto! -y me despeinó con una mano mientras reía-. Pero verás que en la próxima sí me ganarás.
-No es necesario que lo digas -y le saqué la lengua para salir corriendo.
-¡Ehhhhhhhhh! ¡Espera, Hii-chan!
Chiaki siempre estaba a mi lado molestándome o animándome y él era el que me defendía cuando mis otros compañeros querían hacer burla sobre nuestro pasatiempo. Me tomaban de punto ya que era más pequeño y mi voz no hacía notar mucha presencia en ese entonces. Sin embargo, Chiaki era alto y su cara mostraba una expresión de gran seguridad sobre sí mismo que ellos lo dudaban dos veces antes de meterse con él.
-Miserables.
-¿Qué has dicho?
-Tienen que molestar a Hii-chan para sentirse "superiores", ¿o me equivoco?
-¡M-Más vale que te calles, Chiaki! Esto no es contigo.
-Já -y se paró sin pensarlo-. ¿Y qué es lo que planeas hacer conmigo?
-Tsk - ellos terminaban retrocediendo-. Te salvaste de nuevo, Hinata.
-Ahhhhhhhhh -Chiaki se daba golpes en la cabeza- Fui genial, ¿no?
-No es momento de bromear, Chiaki... -estaba algo avergonzado.
-¡Pero siempre soy genial!
-Deberías... dejar que me molesten. Ya se van a cansar algún día. -susurré.
-¡Tonterías! Mientras estemos juntos nadie molestara a los prodigiosos hermanos~
A pesar de que teníamos la misma edad, Chiaki adoptó el rol de hermano mayor y con el paso de los años me fui acostumbrando a eso. Sabía que todo cambiaba con el tiempo pero creía que nuestros lazos no lo harían nunca. Jamás. Pero un día su comportamiento comenzó a cambiar.
-Hey, Chiaki -dije mientras veíamos las revistas que había traído-. ¿Crees que algún día podamos crear algo como esto?
-¿Uhmm?
-Que si algún día podremos ser como ellos.
-Yo no... Quiero decir, me imagino que sí.
-Quisiera que algún día los ojos de todos se posen sobre lo que yo pueda hacer.
-¿Otra vez con eso? -y se paró para sentarse a otro lado.
-¿Cómo que con "eso"?
-¡Que eres pesado!
-¿Huh?
-¡Conviértete en lo que quieras pero no me metas en tus asuntos!
-¿Mis asuntos? -decidí ir a donde se encontraba-. No te entiendo...
-¡Todos los días... todos los días siempre dices lo mismo!
-No sabía que te molestaba. Pensé que tú también...
-¡Pensaste mal! Ya no quiero estar relacionado a ese estúpido mundo -y alborotó más su cabello como si estuviera frustrado.
-¿Por qué estás tan enojado?
-Porque me enferman tus deseos.
-¿Qué estás diciendo? -sin haberlo notado, yo me estaba comenzando a molestar.
-¡Que si sigues igual de pesado, voy a dejar de verte!
-¿Cuándo yo he sido pesado? ¡Tú empezaste!
-¡Ya cállate! No te aguanto. ¡Me voy y no esperes por mí! -y cerró la puerta de mi cuarto de manera escandalosa.
Me quedé atónito luego de eso. No podía entender el repentino enojo de Chiaki y me quedé esperando a que volviera en el mismo sitio. No pensaba dar mi brazo a torcer ya que él lo había provocado.
Tenía un poco de esperanza en que volviera riendo y diciendo que todo era una broma pero mi puerta no se volvió a abrir. Me escondí bajo mis sábanas y empecé a contar hasta quedarme dormido.
Al día siguiente, mi tío había preparado mi desayuno favorito pero no tenía muchas ganas de comerlo.
-¿Pasó algo? -me miraba de los pies a la cabeza.
-Nada malo.
-No sé si deba preocuparme o no...
-Pierde cuidado -e intenté sonreír-. Sólo fue un mal sueño.
-Hmmmmm, ya veo. Termina lo que puedas entonces.
Asentí con la cabeza y luego me escabullí rápidamente para ir al colegio. No quería cruzarme con Chiaki así que prácticamente corrí sin detenerme.
En el salón de clases evité salir durante los descansos y me quedé sentado, quizás, esperando ver entrar a Chiaki a disculparse. Lo mismo hice a la salida, sin éxito.
Los días pasaban y yo seguía esperando. Algo dentro de mí no quería dar el primer paso pero mi preocupación empezaba a crecer. ¿Qué si Chiaki ya no quería ser mi amigo? ¿Es por eso que ya ni me venía a ver?
Decidí escribir una nota y dejarla dentro de su pupitre, dentro de su casillero y hasta por debajo de la puerta de su casa. Ya no podía seguir así.
-Está vez has ganado, Chiaki, ¿eh?
Pasaron unos cuántos días y no recibía respuesta. Corrí a su salín a buscarlo pero no lo encontré. Su casillero estaba igual a como lo dejé. Toqué una y otra vez la puerta de su casa pero esta jamás se abrió.
Regresé a casa para sacar unas cuántas monedas y llamar por teléfono pero mi tío me esperaba allí para detenerme.
-¿A dónde vas? - me detuvo por el brazo.
-¡Tengo que hacer una llamada telefónica!
-¿A quién?
-¡Chiaki! ¡Ha desaparecido, tío! Debo encontrarlo o sino... o sino...
-Tranquilo - me dijo-. Siéntate un rato.
-¡P-Pero no hay tiempo...!
-Calmado las cosas salen mejor - aclaró su voz-. Tengo algo que contarte.
-Podemos haablar en la cena. Ahords debo...
-No -me interrumpió y me agarró fuertemente de lñambos brazos para sentarme en la silla-. Hinata... es sobre Chiaki.
-¿Eh?
-Lo siento mucho... Su familia se ha mudado.
-¿Dónde? ¡Está cerca, ¿verdad?! ¿Podemos ir? Todavía no es tarde...
-Es una prefectura muy lejos de aquí.
-¡Entonces mañana!
Negó con la cabeza.
-¿Y-y-y qué tal pasado mañana?
-No, Hii-chan. Lo siento, no podemos.
No podía creerlo y no quería creerlo. Una parte de mí sabía que eso era lo más obvio pero decidí hacerme el desentendidi. ¿Por qué se había mudado a otra prefectura tan lejos? ¿De verdad le daba igual dejar un amigo? ¿Y qué pasa con todo lo que dijimos?
Apreté fuertemente lo puños y agaché mi cabeza. Chiaki se había ido y con él, la promesa que habíamos hecho.
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You will shine to me!
Teen Fiction"Me gustas" es una palabra que Terashima Hinata siempre ha escuchado. Él es el típico chico popular que acepta todas las confesiones con una condición: tener una cita al día siguiente. Pero ninguna chica, hasta ahora, ha logrado pasar la prueba de l...