Cap. 11: Declaración de guerra. Parte 2.

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Capítulo 11: Declaración de guerra. Parte 2.

En el transcurso de los pocos días que quedaban, me dediqué a hacer bocetos sin descanso. No dormía mucho, no atendía en clases  y  hasta no comía a la hora del almuerzo.

-Aunque sea bebe un jugo- Rei me ofrecía una botella.

-Gracias...- la miré un rato y luego volví a mirar mi cuaderno de diseños.

-No te sobre-esfuerces, Terashima-kun...-Ayami me alcanzaba un emparedado para que coma- Recuerda que te puedes apoyar en nosotras.

-L-lo sé... Muchas gracias.

-¡Aburridoooooo! –Nana bostezaba- "Hinata esto", "Hinata lo otro"... ¿Acaso alguien se acuerda de mí?

-También estamos pendientes de ti, Nana- Rei le respondía

-Dinos qué es lo que quieres y te lo traeremos, Nana-chan.

-¿Puedo pedir lo que sea?

-Sí, pero depende...

De pronto, Nana se levantó de un salto y se acercó a la cerca que rodeaba la azotea.

-¡Mañana quiero el día libre!- gritó sorprendiéndonos a todos.

-...

-¿U-Un día antes del desfile?- Ayami pensaba que era mala idea.

-¿Y eso por qué, Nana?

-Mañana iré con mi hermano a una fuente de soda que van a inaugurar~ -sus ojos brillaban- Lo he esperado por mucho tiempo.

-Pero el desfile...- Ayami se estaba preocupando.

-Piénsalo bien, Nana- Rei anotaba nuevamente en su libreta.

-¿Qué? ¡Pero sería injusto! Después de todo yo... ¡yo no quería aceptar el reto del asqueroso pervertido!

Me quedé un rato pensando. Era cierto lo que Nana decía porque habíamos tomado una decisión apresurada en aquel instante sin tener en cuenta los sentimientos de Nana... Y no quería presionarla más de lo que había hecho durante todo el tiempo de preparación.

-Bueno...- dije finalmente- No es necesario que estés presente mañana, N-Nana...

-¿En serio?- se había acercado corriendo a coger mis manos. Inevitablemente nuestras miradas se cruzaron y me soltó tan pronto como pudo- ¿Hablas en serio, maldito pervertido?

-S-sí...

-¿Estás seguro, Hinata?

-Sí- no quería obligar a Nana- Después de todo nos veremos el mismo día del desfile.

-¡Vale! ¡Está decidido~!- Nana bailaba en son de victoria.

Pero el día esperado pronto llegó y no había rastros de Nana por la preparatoria.

-Esa maldita niña...- Rei renegaba mientras aplastaba la caja de su jugo.

-Podemos llamarla- Ayami nos alcanzó su teléfono móvil. Tan pronto Rei lo tuvo en sus manos, marcó varios números, uno tras otro, y no paró hasta que le contestaran.

-¿Natsu?... ¿Dónde está, Nana?... Ya veo... Esta tonta... Vale. Entonces la esperamos en casa de Hinata a la hora que habíamos acordado.

-¿Dijo dónde estaba?

-¿C-cómo está?

-Se quedó dormida. Nos verá en tu casa a la hora acordada. No te preocupes, me aseguré de que su hermano la acompañe por si se le ocurriese escapar.

You will shine to me!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora