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Al día siguiente llegue a la mansión a eso de las 8 de la mañana, Me había puesto mis peores ropas para la ocasión y ni siquiera me había maquillado pues sabía que sería una pérdida de tiempo.

Al tocar el timbre un chico vestido totalmente de negro y con un horrible sombrero que literalmente decía "Soy el chofer" en todas partes. Abrió la puerta.

-Tú debes ser Juliet.- Dijo serio mientras me observaba de los pies a la cabeza.

-Si. Soy yo.- respondí mientras le regresaba las mismas miradas ofensivas.

-La señora me hablo sobre ti, Pasa adelante. – Dijo aun observándome como si fuera una persona pidiéndole algún tipo de limosna o mejor dicho como si fuera una persona con mucho menos valor que él.

Entramos por el mismo lugar en donde estaban los cuadros y estatuas totalmente hermosos y en donde estaban esas escaleras de ensueño.

-La señora ha salido a su clase de tango con algunas amigas. Me ha dejado a cargo para que te de una pequeña hoja con las tareas que tienes que realizar mientras ella regresa.-

Lo observe sin decir ni una palabra y rápidamente extendí la mano para recibir según él una "Pequeña lista" con 11 cosas y una pequeña nota de Leticia.

"Querida Juliet. Espero disfrutes de tu día de prueba en mi humilde hogar, Yo he tenido que salir para atender algunos asuntos importantes de mi aburrida vida. Pero cuando llegue a casa evaluare tu desempeño como ayudante y a las 4 nos sentaremos en mi oficina a tomar té con galletitas. Leticia.

Aquí te dejo la pequeña lista:

1 -Debes limpiar la escalera principal de la casa. Quitale la alfombra roja que la cubre y cambiala por la azul que debe estar supongo en el ático.-

Aunque las escaleras eran parte de mi casa ideal de ensueño. Se trasformaron en la peor desgracia de todo mi día Pues no eran nada hermosas cuando me tocaba tener que limpiarlas siendo tan grandes.

Al quitar la alfombra sufrí la enorme desgracia de saber que allí no había habido ningún empleado en años, y si su querido chofer la ayudaba en este tipo de limpiezas pues todos los desperdicios y polvo paraban justo bajo la alfombra de las escaleras.

La mujer no tenía razón cuando se refirió a que la alfombra azul de su querida y gigante escalera estaba en el sótano, Pues subí más de 4 veces a buscar la dichosa alfombra y nunca la encontré allí arriba si no detrás de la puerta de la habitación de huéspedes.

2- Limpia los baños de la casa. Que queden relucientes, amo la porcelana totalmente limpia.

Entre en cada uno de los baños a hacer la peor tarea de cualquier personal de limpieza y debo decir que su baño fue el peor de todos los 7 y la peor sorpresa me la lleve cuando abrí su inodoro y me encontré con una gran incomodidad.

Con todo el asco y ganas de vomitar marque la petición número 3 en su lista.

3- Ayudame a encontrar mi dentadura.-

Y así poco a poco fui cumpliendo cada una de sus locas peticiones, como bañar a su pájaro silvestre, hablar con algunas de sus platas que se sentían solas, limpiar su colección de gatos de porcelana. Eran peticiones que simplemente nunca me habia esperado. Si sabia que mi trabajo seria ordenar y mantener limpio el lugar, Pero ¿Bañar a un pajaro?.

Pero aunque no estaba muy segura de todas las peticiones extrañas de esta anciana, Sabía perfectamente que el día de prueba siempre era el más difícil y quizás hasta el más extraño en mi caso y que si lograba hacer todas y cada una de las cosas en la lista. Seria contratada y todo regresaría a la normalidad.

Ya a las 3 y 58 había terminado con toda la lista, estaba tan despeinada y sudada que sabía que si su chofer me veía haría realidad su idea de que soy alguna indigente de la calle. Y justo cuando guarde la última escoba en su lugar, escuche un enorme ruido salir desde la sala de estar.

-Juliet. Podrías por favor venir a mi oficina. Te estoy esperando.- Escuche la voz de la mujer.





LA ANCIANA MILLONARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora