LA ANCIANA MILLONARIA

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No tenía ni idea de en donde estaba la oficina de la anciana ya que esa "Humilde casa" no era nada de humilde o díganme si 7 baños, 13 habitaciones, 2 piscinas y un patio inmenso son humildes por favor para correr a comprar una maldita casa como esta.

Camine por 5 minutos por el gran pasillo del piso de arriba buscando la oficina, Pero la verdad no quería abrir ninguna puerta por miedo de encontrarme algo aun peor de todo lo que me había encontrado durante el transcurso de la mañana. Caminando aun por el pasillo pude notar que en la 7ma puerta de la parte derecha había un letrero grande que decía "Oficina".

"Bravo Juliet, Date unas palmaditas en el hombro por ser tan inteligente".

Aunque sabía perfectamente que estaba con mis peores fachas de limpieza y totalmente sudada, Intente intente animarme pensando que esa era la clase de fachas que debería tener una mujer que trabajo duro todo el día para mantener la casa en perfecto estado de limpieza y para tener un sueldo totalmente merecido.

-Buenas tardes Juliet.- dijo la mujer cuando me vio asomarme poco a poco en la puerta de su oficina. Estaba sentada en un gran sillón rosado con una de sus extravagantes y extrañas vestimentas. No podía faltar la tasa de Te a su lado.

-Buenas tardes.- Dije mientras observaba la ridícula decoración de su oficina. Entre sin darme cuenta por la enorme distracción que me causaban las fotos de gatos pegadas en las paredes de toda la habitación.

-Siéntate.- Dijo sonriente mientras se levantaba del sillón como podía.

Hice caso a su petición y me senté sin decir media palabra pues sabía perfectamente que si me estaba invitando a sentarme y ella se estaba levantando era porque tenía una charla muy buena para darme.

-Bueno juliet. Como sabrás esta mañana he tenido que salir a resolver algunos asuntos muy importantes.-

"Si, bailar tango es algo muy importante supongo".

-Pero he dejado a mi buen amigo y a trabajador personal Alf para que te observara mientras realizabas tu día de prueba.-

"Vaya que me observo."

-Tengo algo muy importante que decirte antes de proponerte cualquier negocio y compromiso como mi trabajadora.-

-Está bien.- Dije observándola.

La mujer siguió sonriente y se acercó hasta donde estaba sentada poco a poco, luego se sentó en la silla a un lado de la mía y me observo fijamente.

-¿Qué es lo que quieres de la vida?.-

Me quede pasmada por unos segundos, realmente no me esperaba ese tipo de preguntas en aquel momento. Pero decidí responder de todos modos en caso de que a la mujer solo le interesara saber un poco sobre los chismes de mi vida.

-Quisiera estudiar diseño de modas en parís, Algún día ser una persona que tenga todo lo que quiera y cuando lo quiera, me encantaría ver mi nombre en alguna marca de ropa algún día. Son metas y sueños que espero poco a poco ir cumpliendo con el paso del tiempo.- La observe sonriente mientras en mi mente corrían las hermosas escenas de lo que quería ver en mi futuro.

- ¿Y que es lo que necesitas para lograr todo aquello que deseas?-

-Supongo que valor, constancia y perseverancia.-

-Me refiero a lo de porque estás aquí Juliet. ¿ Qué es lo que necesitas para llegar a Francia y estudiar en aquella prestigiosa academia que tanto deseas?.

-¿Se refiere al dinero?-

-¡Exactamente!- Sonrió aún más y luego se levantó de la silla poco a poco.

-Te gustaría tener absolutamente todo lo que has soñado, pero para eso necesitas dinero.- Camino hasta su escritorio y tomo una hoja de papel con unos pequeños escritos en ella. – Juliet, ¿qué tal si pudieras tener todo lo que quisieras de aquí a unos meses o quizás unos 2 años?-.

-¿A qué se refiere?- La observe sorprendida y al mismo tiempo un poco incomoda.

-Me refiero a que con solo firmar este pedazo de papel estas asegurando todo ese gran futuro que tanto anhelas.-

No dije ni una palabra. Solo me quede en silencio observándola esperando que me explicara mejor a lo que se estaba refiriendo. Y como siempre la mujer adivino mis deseos.

-Si firmas este pequeño contrato estas aceptando ser la mujer encargada de la limpieza, la encargada de ayudarme con algunas pequeñas cosas que ya no puedo hacer por mi avanzada edad y también estas aceptando que cuando yo muera tú serás la heredera de toda esta gran fortuna.-

-¿Pero a qué precio?- Me levante de la silla rápidamente y un poco ofendida, sabía perfectamente que esa proposición tenía algún precio.

-¿Precio?. De que me hablas cariño.- Dijo la mujer sonriente y aun con el papel en mano.

La observe por unos segundos más antes de tomar mis cosas y dar media vuelta para salir del lugar.

-¿Enserio perderás la oportunidad de cumplir tus sueños así de fácil juliet?. ¿ Perderás la oportunidad de tener todo este palacio y dinero?. Te prometo que lo único que tendrás que hacer es cuidar de mí y ayudarme hasta que muera. ¿ Cuánto puede tardar eso?. Unos meses quizás. -