Ahí estaban, frente a frente, los gases nublaban la vista, pero aún así, se podían ver las caras. Loise estaba sonriente, los soldados casi inexpresivos. Todo era muy confuso para Victor y John, no podían entender que sucedía; sabían lo de Loise pero "¿Quienes son esos tipos?" Se preguntaban.
-- Al parecer Rostberg estuvo algo ocupado en mi ausencia --dijo Loise.
-- Tenemos órdenes de llevarte a la base vivo, mutante. No de aniquilarte --le respondió uno de los soldados, al parecer el líder.
-- ¿Que se siente ser una máquina? --preguntó Loise, de forma burlona.
-- Se siente igual que ser un fenómeno --respondió.
Un silencio llenó el ambiente, la gente desde unas cuadras visualizaba lo que ocurría.
-- ¿Saben?--dijo Loise seguido de una pausa-- Él los está usando, sabe que no me ganarán... Él solo me está probando, siempre lo ha hecho, quiere ver cuales son mis límites. Él quiere convertirme en un arma.
-- ¡Insolente!--le respondió aquél soldado-- ¡Te vamos a despedazar!
Acto seguido todos ellos se dirigieron muy rápidamente hacía Loise, el cual seguía sin mover un dedo. Un soldado tomó impulso y lanzó un golpe dirigido a la cara de Loise, el cual fue fácilmente esquivado; luego de esto Loise le tomó de su brazo y lo abalanzó contra sus otros contrincantes, algunos chocaron con este y cayeron al suelo. Al instante estaba Loise en frente de ellos, el cuál agarró a uno de ellos por el cuello y le preguntó.
-- Ustedes fueron modificados con el génesis ¿No? Puedo olerlo, es repugnante.
El líder le pegó una patada en la espalda a Loise, lanzandolo algunos metros lejos.
-- ¡Vamos! Dejemos de jugar, pequeño fenómeno --bufó.
-- Cómo desees...--le respondió.
Loise extendió dos alas gigantes, como las que había mostrado meses atrás. En ese instante, en las palmas de sus manos aparecieron unas esferas de fuego, las cuales se agrandaban más y más.
El líder y sus soldados corrieron a atacar a Loise, pero no lograron llegar a tiempo para evitar que lance dichas esferas.
El daño que le proporcionaron a los exo-esqueletos fue abismal. En un momento los soldados fueron derrotados.
Loise se le acercó lentamente al líder.
-- Expliquenme ¿Cómo se les ocurrió pensar que hacerme frente sería un plan maestro?--dijo con un tono burlón y arrogante.
--Solo... seguíamos órdenes--respondió con dificultad.
--¿De que están hechas estás cosas?--preguntó Loise.
--¿Porqué... le respondería a y un niño anormal... como tú?--dijo el soldado.
Loise se arregló el mechón de cabello que le caía en la frente, mientras reía de forma prepotente. Luego se le acercó, con uno de sus dedos erguidos formando una pequeña esfera en la punta.
-- Por que este niño anormal te matará si no le respondes--le amenazó.
Pero de golpe sintió una ligera molestia en su espalda, al dirigir su mano a revisar que era notó que había un pequeño clavado ahí. Al sacarlo y verlo era nada más que un dardo.
Uno de los soldados, con sus últimas fuerzas le había disparado.
-- Iluso... ¡Niño estúpido!--dijo el soldado para luego reír con dificultades.
La gente empezó a gritar, se escuchaban disparos a los lejos. Loise empezó a correr hacía donde provenían esos disparos. Intentaba volar pero sus alas se desintegraban, le habían administrado la misma sustancia que aquél hombre de la base hace meses. Sus poderes disminuían poco a poco.
A los segundos logró visualizar un camión y levemente escuchó las voces de Victor y John. Loise corrió lo más que pudo y logró aferrarse de uno de los tubos de la puerta trasera, subió al techo tratando de llegar al frente. Pero un guardia salió de la ventana de copiloto y le disparó a Loise en el abdomen.
Loise cayó a la acera, mientras el camión se alejaba a toda velocidad. Su herida sanaba muy lentamente.
En eso notó que tenía a una multitud detrás suya, la cuál estaba en silencio, viéndolo fijamente. Una mujer se le acercó lentamente y puso su mano en el hombro de Loise.
-- Chico... Gracias por salvarnos --dijo aquella mujer.
Loise levantó su mirada, se le veía desesperanzado.
-- Todos te apoyamos --agregó la mujer-- levántate, demuestra que no nos lograrán doblegar.
Loise tomó impulso y agarrando su herida se puso de pie frente a todas esas personas las cuales aplaudieron su valentía. La mujer ayudó a Loise a caminar hasta una panadería cercana en la que pudiera sentarse a descansar.
Ya en la mesa Loise preguntó.
-- ¿No cree que estando a simple vista vendrán a tratar de arrestarme?
-- No --dijo la mujer de forma muy segura-- Los policias ahora saben tú eres real, lo que haces, te deben tener mucho miedo.
-- Gracias por ayudarme allá, señora --se dirigió Loise muy educamente.
-- No hay de que, niño; de todas formas tu me salvaste a mi y a mi marido, es lo menos que podía hacer.
Loise notó que ya su herida estaba cerrada y seguidamente se levantó.
-- ¿Ya te vas? --preguntó aquella mujer.
-- Si. Necesito hacer algunas cosas, señora --respondió.
-- ¿Que había en aquél que camión que perseguías? --preguntó nuevamente.
-- Ellos tienen a mis amigos. Señora reportera.
-- ¿Como lo supiste? --dijo asombrada.
-- Soy alguien muy observador.
Un momento de silencio los cubrió mientras Loise se alejaba, a lo que la señora dijo en voz alta.
-- ¿Porqué respondiste a todas esas preguntas si ya lo sabías?
-- Por que quiero que el mundo lo sepa --respondió, para luego retirarse de aquél lugar.
Loise sabía ligeramente a dónde los llevarían, pero todo dependía de la situación. Todo dependía si Rostberg quería provocar a Loise y obligarlo a verlo o si quería experimentar con ellos nada más.
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El ángel verdugo
Mystery / ThrillerLoise Henry Cambridge es un adolescente de 16 años que vive en uno de los peores lugares del mundo. Él es muy apegado a las personas que le rodean y que el considera importantes. Un día común que iba a ser el mejor de su vida todo se desmorona y qu...