Mi pequeño Demonio. »[Rulexby]«

Capítulo 19

Hello peoples! ¿Quién quiere algo de salseito? 7u7

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Alexby's P.O.V:

Mi cabeza palpitando me despertó poco a poco. De mala gana abrí lentamente mis ojos y tan pronto mis ojos estaban completamente abiertos, todo empezó a dar vueltas. Coloqué mis manos a cada costado de mi cabeza, esperando que esto me ayude. No estoy muy seguro del lugar en el que estoy, mi vista está algo borrosa, pero de lo que si estoy seguro es que estas paredes no son mi habitación.

Levanté mi cabeza y descansé mi peso en mis codos mientras entrecerraba mis ojos y echaba un vistazo a las blancas paredes de aquel lugar. ¿Qué cojones sucedió? Lo último que recuerdo es a Rubén y a Frank... la manera en que me miraba... sobé mi mandíbula al recordar la fuerza que él ejerció en esta parte. Maldito hijo de puta, ¿qué se cree? Mis ojos se abren como platos cuando recuerdo al borde de Mangel y cómo le gritaba a Rubén.

Tú ehtáh conmigo, capullo. Ereh mío y me incumbe todo lo que hagah.

¿Por qué siempre tengo que levantar mis esperanzas tan alto? Mangel está con Rubén, jamás llegaríamos a nada. Las lágrimas comienzan a llenar mis ojos al recordar a Frank deshaciendo mi pantalón y sus manos a través de mi torso. Me volví a recostar y mientras miraba al techo, la ira y tristeza corría por mi cuerpo mientras una sola lágrima descendía por mi sien.

Son demasiadas cosas las que están sucediendo y no sé cómo lidiar con ellas. ¿Qué le he hecho a Mangel para que se porte así conmigo? ¿Qué mierda le pasa en la cabeza a Frank? Me siento herido... traicionado. Con el dorso de mi mano limpié aquel salado líquido saliendo de mis ojos. Dije que no lloraría más. No sé qué voy a hacer, pero tengo que dejar esto como una lección y aprender de ella. Suena muy dramático, pero creo que será mejor que me vaya. 

No. No puedo. No quiero dejar solo a Rubén.

—"¡Joder! ¿Qué hago?– bufé y decidí sentarme. Descansé mi espalda en la cabecera de la cama y un bostezo se escapó de mis labios, iba a estirar mis brazos pero sentí un jalón en mi mano izquierda, haciéndome chillar. Posé la mano en mi regazo y en el dorso de esta miré una aguja. 

¿Es esto...? 

¡¿Esto es una jodida intravenosa?! ¡Hostia puta! 

Las palpitaciones en mi cabeza regresan y mis oídos comenzaron a zumbar. Miré alrededor de la habitación una vez más y ahora podía entender el porqué de aquella larga cortina turquesa junto a la cama.

Miré mi muñeca derecha y un tipo de brazalete blanco la envolvía, en este estaba mi nombre y el de Abel escrito. 

¿Él me ha traído aquí? 

¿Dónde es aquí? 

¡Mierda! 

¿Qué está pasando? 

Encogí mis rodillas y las acerqué hacia mí, envolví mis brazos alrededor de ellas, apoyando mi mentón encima.

Me llevé el susto de mi vida cuando escuché un teléfono sonando. Sonó dos veces y lo cogí.

—Sí, ¿diga?– plegué mi ceño cuando miré un sobre junto al teléfono, en el sobre decía "¿Sabías que eres la cosa más mona que mis ojos han visto jamás?"

Frank...

—Buenos días, señor Bravo.– me saluda una suave voz femenina. —¿Cómo se ha sentido?

—Yo... algo confundido, he de confesar.– respondí mientras habría el folder color manila dentro del sobre.

—Entonces, se va levantando, ¿correcto?