Capítulo 09

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❝ Caricias y juegos ❞

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❝ Caricias y juegos



Él sabía sobre las relaciones sexuales. Permitio que el placer nublara toda su razón y se rindiera a su cuerpo para sentir algo por un momento en el tiempo.

Las relaciones sexuales no las usaba como pasatiempo o por gusto propio, pues raras veces íntimo. Por supuesto, eso no quiere decir que nunca haya dado placer a un humano. Fue una táctica que aprovechó para intentar engañar a su presa o relajar a las víctimas de hace ya siglos, ya fuesen hombres o mujeres. Nunca se interesó en los humanos si no era para comerlos, lo que era su raza, genero o religión le daba igual. Tan solo recordaba que debía meter su miembro viril en la mujer y moverse. En el caso de los hombres él aceptaba el sexo oral y el ingresar en el cuerpo de los hombre reprimidos de aquella época que se sentían libres al no tener que fingir para complacer a la sociedad. Tras mover las caderas un poco y sentir el placer crecer, él mordia severamente antes de arrancarle la carne que cubría la yugular y concentrarse en comer y no en intimar, pues ello era un simple señuelo.

Levanto sus caderas en busca de más roce con ella, quien comenzó a arrastrarse por su cuerpo hasta retomar el roce que tenian. Era muy placentero ese roce que tenían, pero era evidente que él quería más que sentirla sobre su zona excitada.

No fue hasta que Amber estuvo arrodillada frente a él, con sus manos vagando por la parte delantera de sus pantalones oscuros con confianza antes de que ella se detuviera en la cremallera.

El sonrió recostando la cabeza en la cama soltando un suspiro al sentir las caricias de ella justo donde quería. Levantó la cabeza y se sentó, sin poder apartar los ojos de ella mientras comenzaba a bajar lentamente la cremallera y desabrochar el botón que sostenía los pantalones apretados contra sus caderas.

Su expresión era la de lujuria  mientras sus dedos se flexionaban antes de bajar el pantalón por la cadera para permitirle alcanzar la segunda capa de ropa.

Como su forma actual era humana, todos los órganos eran también humanos, incluidos los que se usan para la reproducción.

Cuando sus manos se dirigieron a su región, él soltó una respiración sorprendida mientras respondía al contacto casi instantáneamente, cerrando los ojos para concentrarse en la agradable sensación.

Su aliento se enredó en su garganta, su mente se nubló de deseo ya que apenas podía procesar el éxtasis de sus toques y los emocionantes sonidos de su propia respiración pesada.

Sus caderas se levantaban involuntariamente mientras su cuerpo parecía perseguir la sensación que ella le estaba dando.

Al principio, su mano tentadora estaba bombeando suavemente, pero a medida que su longitud comenzó a crecer, sus movimientos se hicieron más bruscos y rápidos, cosa que le hicieron gozar aún más.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora