Capítulo 16

4.4K 373 57
                                    

❝  Recuerdos bajo  ❞la calleNeibolt

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❝  Recuerdos bajo  ❞
la calleNeibolt



Minutos más tarde, Amber llego a la decrépita casa en la calle Neibolt, salio del taxi y atraveso la puerta de la calle sin pensarlo dos veces. Sabia que si lo pensaba se retractaria.

¡Pennywise! —Hablo firme mientras iba avanzando por la sala de estar que estaba a oscuras.

Cada paso rechinaba contra la madera húmeda y vieja. Habían tablas rotas y tuvo cuidado de ello. Escucho un chirrido y se espanto al ver una rata enorme.

Bien, una casa desagradable más y que Ryan y Penn se cuiden solos.

¡¿Dónde demonios estás Penn?!

Siguió caminando a través de la oscura y crujiente casa, escuchando si había algún indicio de que estaba.

Nunca se imagino volver a esta casa por propia voluntad después de rescatar a Peter. Pero ahora tenía que rescatar a su imbécil ex por que fuera o no un completo idiota esa niña que aunque no lleve su sangre le espera en casa, al igual que sus sobrinos y familiares. Por otro lado Penn iba a ser atacado por los demás y no quería verle tan herido.

Un crujido anormalmente fuerte en el piso provocó que se girará de inmediato. Sus ojos se encontraron con los familiares y resplandecientes orbes amarillos que estaba buscando. Parecían amenazantes en la oscuridad que se avecinaba, mirándola intensamente y sin dar movimiento alguno.

—¿Penn? —Pregunto suavemente, caminando cautelosamente hacia él.

Luego salió sigilosamente de la habitación oscura, caminando a través de un brillo de luz de luna que brillaba a través de la ventana sucia y de cristales rotos.

Su aliento se detuvo cuando vio su estado actual. La herida en su frente parecía mucho peor que antes. Todavía estaba con aquel líquido negro que salia de su herida. Tenia varias grietas en su cabeza, partes de su cara se estaban cayendo, haciéndolo parecer una decrepita muñeca de porcelana rota. Como las de las películas de horror.

Él levantó su mano lentamente, que ya no estaba enguantada, sino que estaba negra y llena de dolorosas hendiduras en la piel. Parecía piel de lagarto o un reptil.

Ella avanzo con cuidado y dejo una mano sobre la herida que tenia.

¿Por qué no estás curando?

Evitando ver a los ojos de ella, respondió.

No me he alimentado.

Él se estaba muriendo de hambre, y este fue el resultado. Él se estaba deteriorando lentamente.

Es por eso que has estado tan ... —Salvaje o cruel no parecía apropiado decirlo, aunque era cierto.

Afortunadamente, él comprendió lo que estaba insinuando y asintió solemnemente con la cabeza.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora