Captain of my Heart || Claudio Bravo

Capítulo treinta y uno

Nos costó salir del Estadio, los peruanos estaban todos amontonados metiendo bulla y haciendo una especie de conjuros o qué sé yo, tratando de desconcentrar a La Roja.

Una vez que estuvimos afuera, el Lucas me preguntó por lo que había dicho el Claudio y yo accedí a contarle todo, después de todo le debía una explicación.

"El Claudio es un buen hombre" me dijo cuando terminé el relato. "Quizás ha cometido errores, pero puta, Fran, yo puedo ver que te ama. En la forma en que te mira, cuando te habla o cuando alguien dice tu nombre..., se le iluminan los ojos" me miró. "Sé que he sido el peor hermano de la tierra, pero si tú querís estar con él, bienvenido sea entonces"

Asentí y lo abracé.

"Ahora, yo creo que vai a tener que hablar con él porque se notaba choriao cuando salimos" agregó.

Y yo sabía que esa hueá iba a ser difícil.

Estuvimos media hora más, hablando y poniéndonos al día con respecto a la vida del otro. Cuando dieron las 5:30 nos devolvimos al Estadio. Los cabros estaban almorzando, así que nos quedamos sentados en las bancas esperando que llegaran.

Cuando mi celular marcó las 6 de la tarde, los de la selección empezaron a llegar. Vi al Claudio que venía de la mano de Dani. Se veía medio enojado, y me asusté, pensando que era por lo que había pasado hace unas horas. El Dani corrió a mi y me abrazó y me dio besitos por toda la cara. Si es tan lindo el hueón chico. El Claudio se acercó a mi, venía con una bolsa de papel café y me la puso en las piernas. Lo miré, interrogante.

"Te traje almuerzo, pensé que ibai a llegar allá pero me di cuenta que no y te guardé esto. Sé que no es mucho, pero por lo menos para que no te fatigues" me dijo. Estaba totalmente serio. Abrí la bolsa y me encontré con un sandwich con carne.

"Gracias" murmuré. Él me quedó mirando, como si quisiera decirme algo, pero no lo hizo. En cambio, negó con la cabeza y se dio media vuelta para irse a entrenar. "Claudio" se giró a verme. "Tenemos que hablar"

"Sí, pero no ahora. Tengo que entrenar y concentrarme"

tsoah, linda tu forma de rechazarme culiao.

"No, pero esperate" avancé hacia él. "Estai enojado...¿es conmigo?" me atreví a preguntar. Él miró hacia la cancha.

"Sí y no, o sea, sí pero no, quizás" dijo. Fruncí el ceño. Estái peor que yo cuando estoy en mis días, pensé. Él soltó un suspiro. "Puta, salimos a comer y los peruanos no nos dejaban de huebiar, nos gritaron hueás, nos trataron super mal y me dio rabia. Empezaron a meterse con mi hijo y me dio más rabia todavía, pero los cabros me dijeron que no los pescara...Y, quizás también estoy enojado por la actitud que tuviste hace un par de horas cuando el Diego te estaba..." dejó hasta ahí la frase.

¡Atina, hueona!

Corté la distancia y lo abracé.

"No dejes que nada te desconcentre, capitán" lo miré a los ojos. "Ya vamos a tener tiempo para hablar, pero por ahora no pesquís los comentarios de los hueones, ¿ya?" él esbozó una sonrisa y sonrió.

"¿Qué haría yo sin ti, mujer?" murmuró y me besó.

CTM, MARIPOSAS, FUEGOS ARTIFICIALES, ESTAMPIDA, Y TODAS ESAS MANOS SE REMOVIERON EN MI ESTOMAGO.

Nos separamos y él se fue a entrenar. Lo vi un poco más relajado, en cambio yo, conchesumadre, me dejaba muy atontada, como no sé hueón, como si fuera el bambi recién nacido y hueás. Sonreí como tonta. Me fui a sentar a las bancas y paseé mi vista por el recinto hasta toparme con los ojos miel de la persona que antes había sido mi pololo y que me había agredido. Me miraba enojado, triste. Empecé a sospechar que quizás había visto el beso, pero me dio lo mismo, se lo merecía después de todo.