Capítulo treinta y dos

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Los cabros estaban metidos en el camarín junto con el cuerpo técnico, el Lucas el Dani, yo y algunas minas de los cabros que quisieron entrar.

Don Sampa había decidido que era mejor que todos estuviéramos en la cancha, o en la entrada a ésta porque los peruanos estaban más bélicos que la chucha.

Había terminado el primer tiempo y los peruanos se habían puesto difíciles. Estábamos todos cabreados con los culiaos, no respetaron nuestro himno, nos pifearon, sin contar que no nos dejaban dormir, así que todos entraron a la cancha con sed de venganza o más bien, con ganas de cerrarle el orto a los peruanos.

"Hay que taparles la boca a estos conchetumare" había dicho el Mago antes de salir. Así como él, estaban todos enojados. Y la frustración se vio más cuando pifearon el himno. Los que estaban en la banca estaban chatos. Entre los que estábamos ahí tuvimos que contenerlos.

Tras el primer gol del Alexis, las cosas se calmaron, el ambiente era bueno, pero después vino el gol de Farfán tres minutos después que además estaba offside, árbitro reculiao...argentino po. Y posteriormente el penal del otro hueón. El Claudio estaba distraído, todos cachamos eso. A los veintitantos minutos de partido el Díaz (alías sacohueas)  interrumpió una jugada de Perú agarrando la pelota con la mano y el árbitro culiao le puso amarilla.

"¿ERÍS HUEÓN O TE HACÍ?" grité, estaba indignada. De repente, un peruano agarró la pelota y se la tiró en la cara al Mago, feo culiao, no sabe que la hueá se juega con los pies. Le había dado el sendo pelotazo al Valdiovia, así que el árbitro le sacó roja.

"Ahí quedó el chuchetumare" murmuró la mina del Mago.

Y empezó a quedar la mansa zorra cuando el árbitro cobró una hueá náh que ver y le regaló el penal a Perú.

"¡Esa hueá no es penal en ninguna parte del mundo, sacohueas!" escuché al Diego. Igual tenía razón.

Resulta que el Mark le había pasado a llevar la espalda a un jugador del otro equipo y el otro ahueonao se tiró al suelo agarrándose de la cabeza. Desubicao y hueá. Estaba toda la hinchada enojada, con razón po. Fijé mi vista en el Claudio, estaba muy serio, y enojado. Yo confiaba en él, sabía que podía atajarlo, si le ha atajado penales a jugadores mil veces mejores que estos culiaos. El árbitro pitó y ahí estaba, gol de los peruanos otra vez. Juro que quería llorar de pura rabia e impotencia.

Llevaban 40 y tantos minutos jugando y Chile tenía el balón, los estábamos paseando, pero no estábamos haciendo ningún gol. Alexis sacó un centro desde fuera del área para el Mago que iba entrando por izquierda, se la pasó rápidamente al Edu que estaba frente al arco, y el hueón le pegó a la pelota y ésta entró en el arco. Estaba más feliz que la chucha hueón, de a poco íbamos repuntando. Tres minutos después los cabros seguían metiendo adelante, lo que me provocaba más ansiedad, comencé a ir de un lado a otro nuevamente. Saqué mi celular para ver la hora y de pronto siento otro grito de gol similar al anterior. Levanto mi vista y allí estaba otra vez, gol del Alexis. ¡Conchetumare! ¡No me había dado ni cuenta que pasamos arriba en el marcador nuevamente! Miré a los cabros que se abrazaban efusivamente a un lado de la cancha, puta que son lindos hueón.

"¡Golaaaazo la concha de tu hermanaaaaa!" gritó Sampaoli, puta que estábamos felices.

Y ahora estábamos adentro, en camarines, todos sentados y en silencio.

"¿Y bien?" la voz colérica de Sampaoli llenó el camarín. "¿Quién me dice qué chucha les está pasando?" Pese a haber repuntado, los hueones igual estaban jugando como el pico po.

"Chicos, tenemos que esforzarnos más" habló el Bravo. "Vamos a taparles la boca a estos tipos, yo sé que podemos, ¡Carajo!"

"Toma tu consejo, por favor" resonó la voz del Diego. "Estuviste super distraído en el primer tiempo y te rajaron a goles. Tú no erís así, Claudio. Espero que ahora recuperes tu confianza y te desenvuelvas bien" el Claudio asintió. No había tiempo para estar sorprendidos por el comentario culiao, aunque tenía razón.

"Lo admito, estaba muy desconcentrado y lo siento. Cometí errores hueones que espero no cometer de nuevo" me miró por unos segundos.

"Y hay que confiar más en nosotros, abrir más la cancha, hay espacios que quedan solos. Movamos más la pelota, lo demás se dará solo" añadió el Arturo.

"Estos culiaos van a pagar por habernos pifeado el himno" dijo el Mago, que era precisamente el más enojado de todos.

"Y por todas las hueás que nos han hecho desde que llegamos" concluyó el Vargas.

Los cabros se empezaron a animar y a planear estrategias. Comenzaron a salir a la cancha, aproveché un momento de distracción del Claudio y lo agarré del brazo.

"Capitán, ¿que pasó?" pregunté. "Tú no eres así, aunque odie decirlo, el Diego tiene razón, tu erís más atento, más atinao" le dije. Pero él no me respondió. "Claudio, no juegues por querer vengarte, juega por querer mostrarle a los demás lo que vales, lo que valen como equipo" él sonrió. Me acercó a él y me besó. Ay no, ctm. Le seguí el beso, y cuando nos separamos, me temblaban las piernas. "Concéntrese, mi capitán"

Salimos juntos del camarín, algunos cabros nos esperaban afuera, pa que pasara piola. Agradecí mentalmente. Sabía que quizás yo estaba siendo una distracción para él en ese momento, pero tenía que hablarle po, ni ahí.

El segundo tiempo empezó y yo tenía la esperanza de que estos hueones metieran más goles, sabía que eran capaces de hacerlo. Ahora estaban más calmados y animados. Eso tendría que servirles de algo. Iban alrededor de dos minutos del segundo tiempo cuando Mark recibe una pelota por la banda derecha y se la pasa rápidamente al Alexis que se pasaba a dos jugadores peruanos. Se echa a correr y entra al área, donde le da el pase a Vargas que venía por el otro lado, este hueón se saca al arquero de encima y literalmente lo deja tirado en el piso (típico de Vargas al arquero peruano) y le mete la pelota.

"¡GOLAZO CHUCHETUMARE!" escuché al Lucas gritar más efusivo que la cresta.

Ahora sí hueón, ahora sí. Allí estaba yo otra vez como enferma culiá celebrando el gol, pero es que aaah, la hueá me pone eufórica. El partido ya se iba, se ganó claramente. El árbitro dio 3 minutos de adición, que paja. Ya había pasado 1 de esos 3 minutos y estos hueones se confiaron de que ya habían ganado y bajaron la guardia, dejando libre al feo culiao de Guerrero y Perú marcó otro gol culiao. Me dio tanta rabia que pateé un asiento, y es que de verdad da rabia la hueá po.

"Claudio culiao" susurré. "A ti nunca te hacen estos goles, enfermo de mierda" Estaba enojá. Y sí hueón, enojá porque el hueón se descuidó.

Por fin el árbitro tocó el pito indicando que el encuentro había llegado a su fin, suspiré ya más calmada y me fui a sentar.

Los hueones entraron al camarín y ésta vez nos quedamos afuera de los camarínes los familiares, amigos y demás hueones que no eran parte de la Roja o del cuerpo técnico. Pasaban los minutos y los hueones no salían nunca. Don Sampa ya había salido, y estaba hablando con medios y hueás. Estábamos en los pasillos, así que escuchamos claramente las hueás que dijeron el Bravo y el Mago de los peruanos. Me reí un poco cuando el Valdivia dijo que eran unos ordinarios, si ya se sabía eso. Después de cinco minutos más de espera (Quince en total, hueón, para las que todavía contamos con dedos y hueá), salieron los cabros más sonrientes que la chucha, como si hubieran hecho una maldad.

"¿Qué pasó?" le pregunté al Bravo cuando se acercó a mi.

"No, nada, todo bien" dijo serio. Sabía que estaba enojado consigo mismo por los goles culiaos que le hicieron, pero aún no entendía por qué sonreían. Lo miré con una ceja alzada y el suspiró. "Al Mago se le ocurrió dejarles un regalito a estos ineptos por habernos tratado de la forma que lo hicieron" comentó. Estaba encaminándome al camarin cuando el Claudio me agarró por la cintura y me pegó a él. "No po, Fran. Ya lo vai a ver después" murmuró. Me di vuelta en sus brazos y lo miré, sonreía traviesamente. "Ahora dame mi beso, enferma" dijo y lo besé.

Sabía que llegando a Chile tendría que enfrentar al Diego, y por otra parte, me sentía más culpable que la chucha por hacer que lo corrieran del cuerpo técnico. Si el hueón es malo, pero no tanto po. Iba a tener que tomar una importante decisión, pero por ahora me relajé en los brazos del Bravo mientras nos besábamos.


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en volá yo debería ser escritora de teleseries o no,ahhhhhhh ksi.

Bueno, este es el capítulo de hoy, en volá quizás suba alguno más, no sé, depende de la imaginaciónnnnn.

Esoooh, nos vemoh1313.

Captain of my Heart || Claudio BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora