Capítulo setenta y dos

799 53 23
                                    

Al despertar en la mañana me sentía mucho mejor. No recuerdo exactamente cuando fue que caí rendida, solo sé que el Claudio me cargó hasta la pieza, aws, hueón tierno. Ayer habíamos solucionado todo el atado que había, eso me había dejado bastante más tranquila a decir verdad. Honestamente, ya no tenía ganas de pelear con el Claudio, quería que fuéramos felices hasta el fin de los tiempos.

Tomé mi celular y me di cuenta de que eran las 3 de la tarde. hermano dormí más que la chucha. Me levanté, me bañé y después de vestirme, bajé a la cocina a comer algo. Fruncí el ceño al no encontrarme ni al Gary ni a ninguno de los niños.

"¿Claudio?" lo llamé, pero no contestó. Me encogí de hombros y me tomé el almuerzayuno. Luego de eso salí en busca de mi pololo. "¿Claudio?" volví a preguntar.

Una tos falsa llamó mi atención, arriba en las escaleras estaba el Claudio, vestido demasiado casual.

"¿No entrenas hoy?" él negó.

"Qué bueno que despertaste" bajó las escaleras. "Ven, vamos tarde" murmuró mientras besaba mi nariz.

Otra vez con la hueá de la nariz por la chucha, le faltan clases del cuerpo humano a este cabro.

Me tomó de la mano y salimos. Nadie diría que ayer habíamos peleado. Se sentía como un día normal más, y era realmente raro.

Nos subimos los dos a su auto y en menos de media hora llegamos a una plaza. El Claudio se bajó y se dio la vuelta para abrirme la puerta y bajar. Hueón lindo. Me sentó en una banca.

"Quédate aquí, ¿sí?"

"Pero Claudio no entiendo qué-"

"Sht" me calló. "Vengo altiro" y salió corriendo.

Y nada po hueón, me quedé ahí, sentada, pensando como hueona en todo lo que había pasado. El Claudio había dicho que ya no quería tener miedo a perderme, pero el jamás podría perderme hueón. Yo no iba a dejar su lado jamás, porque puta, a pesar de las peleas absurdas nos queremos caleta, nos amamos y tenemos hijos como fruto de eso, Francisca Mistral 2.0. Apoyé mis codos en las piernas y mi cabeza en mis manos. Quizás qué había ido a hacer éste culiao. Revisé mi celular y tenía un mensaje del español. Decidí cortar por lo sano y eliminar tanto el mensaje como el número.

Por fin haciendo algo bien hueona, habló mi mente.

Suspiré.

De la nada la música empezó a sonar. Sonaba Marry You de Bruno Mars. Miré al frente, de dónde provenía la música.No me había percatado de que estábamos frente a un hotel.

Mientras la canción comenzaba, en cada una de las ventanas aparecía un conocido/amigo/familiar.El primero en asomarse fue el Gary con una sonrisa. Después la Consu y su hermana Nati salieron en una. La hueá bonita hermano.

¿Y el Claudio? No había señales de él hueón.

Y así fueron saliendo personas en todo el edificio hueón, mis viejos, el Lucas, el Edu, el Charles hueón ¡El cojo!, el Arturo, mierda, se me humedecieron los ojos al ver a mi amigo, el Alexis, Don Sampa, todos ocupaban una ventana. Estaba terriblemente emocionada hueón. Extrañaba con cuática a mis viejos, no los veía hace siglos igual. La canción estaba llegando al final y ahí fue cuando todos señalaron hacia abajo, miré en la entrada y estaban la Jo y el Daniel saludándome felices. Avanzaron mientras lanzaban unas cosas por la calle.

En un momento me preocupé que los pudieran atropellar pero me percaté de que estaba cortado el tráfico. Llegaron hasta mí y me regalaron una rosa cada uno.

"Gracias" dije mientras los abrazaba. Cerré los ojos, intentando contener las lágrimas. Pero cuando los abrí me encontré con la mayoría abajo, alrededor de nosotros.

Hueones rápidos igual. Sonreí mientras los miraba a todos. Como me gustaría que el Claudio estuviera aquí.

Y como si me hubiera escuchado, una parte del círculo se abrió, dejándome ver a un muy ordenado Claudio, vistiendo un traje. HERMANO AGARRENME LOS CALZONES POR LA CRESTA. Se me caía la baba, literalmente. Él sonrió, bien consciente del efecto que causaba en mi.

Claudio en esmoquin, Gary en esmoquin.... Hueón, aunque deteste decirlo, hasta el Eduardo se veía menos... menos tujo en esmoquin. Estaba impactada. *consu te amo*

El Claudio llegó a mi lado y me hizo cariñito en la mejilla.

"Fran" lo miré directamente a los ojos. "Te amo tanto" lo abracé, pero él me alejó con delicadeza y respeto. "Yo sé que nós ha tocado difícil, sé que tanto tú como yo hemos cometido demasiadas embarrás, que tú tienes un carácter demasiado distinto al mío. Somos personas totalmente opuestas, pero de alguna forma logramos complementarnos. A pesar de todo lo que han dicho de nosotros, a pesar de los momentos tensos, de los entrometidos, de todo... Te amo y yo sé que tú a mi, el Dani es fruto de eso, tenemos uno en camino y a la maravillosa Jo, que ha sido testigo de nuestro día a día y de lo mucho que hemos luchado por esto" las piernas empezaron a temblarme. "Te dije y te he dicho que eres el amor de mi vida, y que te dejé ir una vez... Y.., desde ésa vez que yo vivo aterrado de perderte nuevamente. No quiero perderte y no me lo voy a permitir así como sé que tú tampoco lo harás. Eres lo más maravilloso que pasó en mi vida, un angelito que llegó a revolver mi vida" rió. "Le doy gracias a Dios por haberte puesto en mi camino. No me importa que seas un par de años menor que yo, porque la edad es solo un número. Lo que si me importa, sin embargo, es poder amanecer contigo todos los días, que mi día comience y termine contigo. Por eso hoy, frente a todos tus... nuestros" sé corrigió y yo sonreí "amigos y familia quiero preguntarte" sé arrodilló y sacó de su bolso una cajita de terciopelo roja. La abrió y un anillo relució dentro. "Fran, ¿Quieres casarte conmigo?"

Sonreí con los ojos llenos de lágrimas. Maldito Claudio, lo amaba tanto.

"Sí, Claudio. Quiero pasar el resto de mi vida contigo" dije entre lágrimas y me abalancé sobre él para abrazarlo. Puso sus brazos en mi cintura y me levantó mientras girabamos. Me soltó y procedió a ponerme el anillo. Ay, que nervios igual. Luego de hacerlo me besó.

Y puedo decir que en ese preciso momento, yo era la mujer más feliz y afortunada del mundo. Por fin todo cobraba sentido, por fin sabía lo que era ser realmente feliz.

fin.










____________
no, mentira, aún no, falta solo un poco, muy muy poco.

Captain of my Heart || Claudio BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora