Capítulo cincuenta y cinco

661 58 7
                                    

Desperté gracias a mi hijo, que estaba saltando encima de mi. Sonreí al verlo y él me abrazó. No entendía bien qué estaba pasando, ni como había llegado a mi cama, miré a mi lado y el Claudio... EL CLAUDIO HUEÓN. El Claudio estaba sentado a la orilla de la cama, mirándome.

Y los recuerdos golpearon mi cabeza con cuática, así, terrible brígido. Cuando llegué a mi casa el Claudio estaba durmiendo en mi cama, con el Dani... y yo me fui a dormir al sillón, entonces ¿Cómo llegué a la cama?

"Te traje" dijo de repente, me miró y mi mundo se detuvo. "Me preocupó que no estuvieras cómoda, tienes que cuidar al bebé y cuidar de ti" explicó. Yo asentí.

"¿Dormiste... conmigo?" Él negó. Solté un suspiro. Eso era bueno igual, porque era lo que menos quería. Volví mi atención al Dani, que sonreía a mi lado.

"Fran, oye" dijo, yo lo miré.

"Tenemos que hablar" imité su voz. "¿Cuántas veces has dicho lo mismo durante estos días?" me reí amargamente, tratando de alivianar la situación.

"Sí, y tú siempre me decís que no querís hablar" contestó. Yo rodé los ojos.

"¿Por qué me pagaste los gastos del hospital?" le solté, la duda no me dejaba tranquila. "Porque no solo fue una, sino dos veces" él asintió.

"Te lo pagué porque tú me importas, al igual que el hijo que llevas dentro, que es nuestro"

"Tú no vai a ser el papá, Claudio, ya te lo dije" él gruñó.

"Tú no puedes decidir eso" dijo totalmente serio. "Ahora tú respóndeme, ¿Por qué chucha te tomaste una botella de vodka tú sola? ¿En qué cabeza cabe? Pudiste haber muerto"

Ya, coloriento culiao.

"¿Y por qué no hacerlo?" negué con la cabeza, tenía la impresión de que se había malinterpretado lo que había dicho. "Ósea, no era eso, ah, pico" me encogí de hombros. No podía importarme menos.

"Me carga cuando hablai así, de verdad" comentó él.

"¿Me veís con cara de preocupá?" ya, hueona bélica.

"¿Podrías dejar de estar tan a la defensiva? Creo que necesitamos hablar de verdad sobre esta situación" dijo severo. El Dani asintió. Me dio risa igual, el pendex no debe ni cachar lo que pasa, o eso es lo que creo, porque pucha, igual que fome que tus papás anden constantemente peleando y te des cuenta. Ojalá y nunca se diera cuenta. "¿Estás consciente de que pusiste en juego no solo tú vida, sino la de nuestro bebé tambien?" preguntó.

Yo asentí.

"Pero no fue como si quisiera hacerlo, ¿ya?" intenté explicarme. Ni siquiera me acordaba por qué había llegado a tomar. "En estos momentos no me acuerdo por qué lo hice, y puta, me frustra porque yo-" me callé. Los recuerdos embargaron mi mente. Y me acordé de todo. El Claudio, la Carla, JPD, el Diego llamándome, amenazándome, el Claudio con la maracarla, felices. Suspiré. "¿Qué hacía ella en Pinto Durán?" pregunté, mientras me frotaba la frente con los dedos. Su mirada cambió totalmente.

"Yo... no sé, supongo que necesitaba que ellas estuvieran en mi ambiente, dentro de mi mundo. Que conocieran mi trabajo. Tengo que tener buena relación con ellas" intentó justificarse.

"Ya, pero la buena onda tenía que ser con tú hija, no con la otra"

"¿Estai celosa?" preguntó con una sonrisa.

"No es eso, ahueonao" contesté, a la mierda mi vocabulario. "Pero ya, si tampoco me importa la hueá. Pero podríai haberme avisado, no sé. Así me hubiera evitado la plancha. Aunque igual, linda la hueá, me tuve que enterar por el Diego que-"

"¿Y TÚ SEGUÍ HABLANDO CON ÉL?" exclamó, exaltado. Asentí, temiendo su reacción. "Puta Francisca, ¿Te cuesta tanto entender?" preguntó. "Razona un poco, de verdad"

"Ah, mira quién lo dice po" le solté.

"Yo no me enojo por tonteras sin sentido" se defendió. "Yo me enojo cuando alguien quiere algo que me pertenece, que es mío" habló. "Y me dio tanta rabia que él quisiera hacerse cargo de nuevo de nuestro hijo... y de ti. Me enferma, ese imbécil me enferma" confesó.

"No tendría por qué importarte, en todo caso" le hice ver. "Porque como no somos nada, tú por tu camino y yo por el mío" él negó.

"Nuestros caminos siempre han estado unidos, Fran, que tú no te des cuenta o no quieras aceptarlo es algo muy diferente" me encantaba cuando hablaba bonito por la chucha.

"¿Y la Carla? ¿Y la Josefa?" pregunté. "¿No son suficientes razones para dudarlo?"

"Si me amarai como tanto dices, eso no sería nada" alcé las cejas con sorpresa. "A ti te cuesta entenderlo. Te cuesta entender que te amo, que eres la mujer de mi vida y que no me imagino un futuro sin ti. Ya te perdí dos veces, y no pienso hacerlo una tercera. Yo te dije que no pienso irme a España sin ti. Y no lo voy a hacer" dijo firme. "¿Cuántas veces más voy a tener que decirtelo?"

"Ándate" le pedí. Él frunció el ceño y me miró. Fijó su vista en el Dani y volvió a mirarme. "Claudio, de verdad. No podís postergar tu futuro, y no lo vai a hacer" pude ver una chispa de ilusión en sus ojos, lástima que iba a tener que destruirla. "Yo no me voy a ir contigo, y si tú no te vai ten por seguro que te vai a farrear todo tu futuro en el Barcelona. Si el problema ahora es que no nos sigamos viendo, puta, para mi lástima y tu suerte tenemos un hijo entre los dos, y tendré que viajar a verlo, pero yo de Chile no me muevo. Yo estoy intentando hacer mi vida de nuevo, Claudio. ¿Puedes dejarme hacer eso?"

"Claro, ¿Y si el Arturo te pide que te vayai con él? Te vai rajá, ¿me equivoco?"

"¿Quién es el celoso ahora?" contraataqué.

"Por lo menos yo lo asumo y lo acepto" rodé los ojos.

"¿Sabís qué? Sí, si el Arturo me lo pide, me voy con él. Si el Gary me lo pide, también. Pero si tu me lo pides, no. Pídeselo a tu nueva familia, porque yo ya no estoy pa eso. Ahora, ya conoces la salida" él gruñó. Pero esa salida tenía mucho de simbólico, marcaba su salida de mi vida, para siempre, y creo que él también comprendía eso.

"Te ruego, hueón, te ruego que por favor no hagai esto" miré sus ojos, estaban humedecidos, por la chucha. ¿Claudio Bravo iba a llorar? "No quiero, y no voy a permitir que me saquís de tu vida tan fácilmente" se acercó rápidamente a mi e intentó besarme, pero yo me negué y alcancé a correr la cara.

"Claudio" dije algo dolida igual por la hueá, aunque el hueón estaba puro cuatiqueando. "Por favor mira la hora, deberíai haber estado en la concentración ya. Juegan mañana, tenís que irte" intenté hacerlo razonar.

Él asintió, derrotado y se despidió del Dani, que no cachaba ni una hueá. Ni siquiera se despidió de mi, y se fue azotando fuertemente la puerta. Una mezcla de soledad y melancolía llenó mi cuerpo. Maldita sea, Claudio Bravo, ¿por qué tenías que hacerme sufrir tanto?

Decidí que necesitaba ayuda, y muy pronto así que pesqué mi celular y decidí mandarle un mensaje a la Consu, para que nos juntáramos y me ayudara. El Dani iba a tener que quedarse con el Gary o el Lucas, porque no quería que mi bebé me viera llorando, no de nuevo.

_____________________
Ya cabras, lo lamento si está algo raro, esto fue lo que salió de mi loca cabeza.
Las quiero un montónnnnnn<3

Captain of my Heart || Claudio BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora