Capítulo catorce

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Pasamos un día muy bacán en la playa con los chiquillos. El Diego se portó super bien con nosotros, al igual que el Dani con él. Estuvimos toda la mañana en la playa; ellos jugaban en la arena mientras yo tomaba un poco de sol. Se veían tan tiernos jugando juntos los culiaos. Suspiré.

Tomé mi celular y les saqué una foto para subirla a Instagram.

"Día de playa en Reñaca @DiegoV10
#beach #family #cuicos"

Después de eso, fuimos a almorzar a un restaurant super cuico y me fue imposible no reírme de la mayoría de los viejos que estaban ahí. Luego de eso, volvimos a la playa donde el Dani accedió a meterse con nosotros en lo más hondo.

"Tengo miedo" dijo una vez que ya estábamos en lo más profundo que podíamos.

"Tranqui, campeón" intentó tranquilizarlo el Diego. "Yo te voy a cuidar junto a tu mamá" habló él. El Dani se apegó más a mi. Estaba cagao de miedo el pobre. Suspiré.

"¡Francisca!" sentí que gritaron. Fruncí el ceño y miré al Diego, quién me miraba extrañado. Miramos a la playa. "¿Qué hueá estai haciendo?" gritó él a todo pulmón. En la orilla de la playa estaba toda la selección más el Lucas y las minas de los cabros.

"¿Qué hacen aquí, hueón?" dijo bajito el Diego. Me encogí de hombros. "Salgamos" me tomó de la mano y salimos los tres juntos. Al llegar a la orilla, el Claudio se acercó a nosotros. Se veía super enojado el hueón, y pa que mentirles, me asusté un poco.

La cagaste, ahueoná. Me dije a mi misma.

"¿Estái loca o te hacís?" me preguntó. "¿Cómo se te ocurre llevar a nuestro hijo a lo más hondo?, ¿Cómo, hueona?" me encogí, sintiéndome como la pendeja de 19 años que fui en algún momento.

"Tampoco hay necesidad de tratarla así" me defendió el Diego.

"Tú no te metai que el hijo no es tuyo" lo miró mal. "Es mío, hueón. Mío y de la Fran" bramó. Yo seguía sin decir ni pío. En eso el Dani se puso a llorar, estaba en mis brazos, así que logró captar la atención de nosotros tres fácilmente.

"¿Qué pasó, mi bebé?" le pregunté.

"No me gusta que mi papi se pelee con el tío Diego" hizo un puchero. Yo los miré mal. Sabía que la culpable de esto era yo, pero soy tan cobarde que decidí hacerme la enojada y aprovechar el momento para huir.

"Permiso" dije, y me alejé de ahí.

Culiá cobarde, me dijo mi mente.

Avancé hasta donde estaba el Lucas.

"Wena po, enana" me saludó con una sonrisa. "No sabíamos que iban a estar aquí" comentó. El Gary se acercó a nosotros. Pude ver por el rabillo del ojo que el Claudio seguía hablando con el Diego.

Sí, claro, hablando.

"Campeón" saludó el Gary al Dani. "Oye, Fran, que bacán habernos encontrado con ustedes aquí" El Claudio  el Diego llegaron a nuestro lado, los demás estaban jugando a la pelota y llamando la atención de las pocas personas que se encontraban a esas horas en la playa.

"Le dije lo mismo yo" dijo el Lucas.

"¿De qué?" el Diego frunció el ceño.

"Que no esperábamos verlos aquí" le contestó mi hermano. Le dio una mirada confundida al Bravo y lo entendí todo. "¿Tú sabíai que estaban aquí?" todos lo miramos. Noté que tanto el Diego como el Claudio se tensaron.

"Eh, no... no sabía" me miró de reojo. Mentiroso culiao. Dicho eso, se fue a jugar con el Dani.

Estaba más confundida que la chucha por sus actitudes, sinceramente.

Captain of my Heart || Claudio BravoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora