Segundo Muro [Tania]

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Qué silenciosa está la casa. Me hubiese gustado hacer una pijamada con Mary, pero tuvo que irse cuando su hermana llegó a casa.

... ¡Joder, que aburrimiento! Me tranquilizo rápidamente y me levanto de la cama. Tomo mi celular del escritorio y reviso la hora. Son casi las una de la madrugada y no me he dormido aún. No tengo sueño. ¡Agh! Luego de unos segundos abro la puerta de la habitación y salgo. Voy hacia la cocina y me sirvo algo de agua. Cuando regreso por el pasillo, me tropiezo con nada y caigo al suelo. ¿En serio? ¿Cómo puedo ser tan estúpida? ... Duele...

Una puerta se abre detrás de mí y unas manos se apoyan en mi espalda y brazo.

— T-Tania, ¿Estás bien? —giro mi cabeza para ver a Allen. Está demasiado oscuro para diferenciar mucho de su rostro, pero sé que es Allen por su voz.

— Me duele —digo pasados unos segundos.

— ¡¿H-h?! —se sobresalta y levanta sus manos— ¿D-Dónde te du-duele?

— La rodilla... ¡Ah! —me muevo un poco y raspo mi rodilla contra el suelo frío.

Allen se queda en silencio varios segundos, hasta que, de la nada, me levanta cuidadosamente y bastante rápido. Apoyo un brazo tras su cuello, el cual mi hermano sostiene con su mano. Me ayuda hasta llegar a mi habitación.

— ¿Qué hacías despierto a esta hora? —le pregunté luego de recostarme.

— Y-Yo... —vaciló— S-Sólo... dormir... n-no lograba dormir.

— Yo tampoco —le dije, para calmarlo.

Pasa algo de tiempo en silencio y ninguno hace nada. Para mi sorpresa fue Allen quien lo rompió.

— ¿T-Te duele aún? —me miró.

— Ya está bien —agregué después— Puedes irte, Allen, estaré bien —le sonreí y él desvió la mirada.

Se levanto luego de un par de segundos y salió de la habitación cerrando la puerta. Reviso la hora en mi celular. Ya era un poco después de las una. Aún no tengo sueño.

(...)

La alarma de mi celular suena, despertándome de un sobresalto. Estiré mi mano hasta la mesilla junto a la cama. El celular se cae y el golpe suena horrible.

— ¡Mierda! —gruñí, levantándome rápidamente y observando las piezas esparcidas por el suelo con terror— ¡Mierda mierda mierda!

Mamá entra a la habitación. Tengo las manos en la cabeza con una expresión de repulsión hacia mí misma. Ella ve el suelo y ve el celular destruido. Se lleva una mano hacia el caballete de la nariz y la otra la apoya su cintura.

— Tania —dice firmemente volviendo a mirarme.

— ¡Lo siento lo siento lo siento! —dije rogando.

(...)

Logré arreglármelas para que me permitiera seguir con la idea del karaoke. Pero ya no tengo celular. Entré a la habitación de Allen cojeando un poco. Está usando su celular, eso es bueno, ese aún funciona.

— ¿Allen? —intento hacer una cara de cachorro y una voz inocente.

— ¿Eh? A-Ah, hola, T-Tania. ¿Qué s-sucede? ¿Estás mejor?

— Es... Es que... —esto es más embarazoso de lo que pensé.

(...)

¡Conseguido, joder! Este Alien es difícil, pero... ¡He conseguido un celular! ¡Ahh, gracias a dios, pensé que moriría!

Allen me despierta de mi ensueño con una tos falsa.

— ¿P-Podrías... d-dejar de abrazarme?

Su rostro está rojo. Sonrío internamente.

— Pero~ —dije apoyando mi cuerpo aún más en él— me prestaste tu celular, debo agradecerte.

Esta es la forma menos peligrosa de agradecer a alguien, por más que sea vergonzosa, prefiero esta manera a tener que hacer algo por él.

— S-Sólo va a-a ser por ho-hoy, ya t-te lo dije —dijo cerrando los ojos, nervioso.

(...)

Estoy cansada... tengo sueño... quiero dormir... dormir... La mesa fría se siente espléndida. Supongo que dormir un poco en una clase de valores del segundo día no causará mucho problema.

(...)

— Eh, ¿Tania? —alguien me sacude levemente.

— Tengo sueño —respondo.

Levanto la vista y veo a David.

— Ah, eres tú... —vuelvo a recostarme en la mesa.

— ¿Quieres que me quede por el recreo?

— Vale... de todas formas... yo... dormirme...

(...)

Alguien me tira del cabello. Me despierto de un sobre salto.

— ¡Ah! ¡Duele, para! —al ver mi alrededor, todos mis compañeros tienen sus ojos puestos en mí, también el profesor. El tironeo se detiene al instante.

Me giro y veo que David me está mirando y Allen está leyendo una historieta o algo así. Me enfurece, pero me controlo.

— Allen —digo tiernamente— ¿Podemos hablar después?

— No —responde.

Me giro, con el ceño fruncido y apretando mi puño en mi lápiz. Contrólate... respira... inhala, exhala...

(...)

La campana suena y agarro a Allen del cuello de su camisa antes de que escape. David parece estar conteniendo una risa.

— Allen, acompáñame —digo mientras salimos de la sala.

— N-No fue para ta-tanto —intentó defenderse mi hermano.

— ¿Qué dijiste? —me está enfureciendo... mucho.


[Yaoi] Muros y AbismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora