UN MUNDO DISTINTO

DIME QUE NO ME HA TOCADO EL CULO

Narra Tony

Al día siguiente quedamos todos para que nos enseñaran el mundo humano. Después pasamos a buscar a Nayelly.

Toqué el timbre y abrió su madre.

-¡Hombre hola! ¿qué tal?

- ¡Bien! - dijimos al unísono.

-¿Está Nayelly? - preguntó Lyann.

-Sí que está. Solo que no ha salido de su cuarto desde anoche.

-¿Por qué? - dijo Abraham.

-Nada más marcharte se pusieron a discutir ella y su padre, desde lo de Mike ha estado demasiado obsesionado con seguir la norma de mantener alejada a Nayelly de malas personas, de malos hombres. A veces se pasa, y yo se lo digo, pero ni maldito caso me hace... Un día la niña se va a hartar y entonces no quiero saber lo que pasará... Nayelly puede ser una auténtica fiera, es una chica con carácter.

Todos nos quedamos callados.

-Y perdona su comportamiento - continuó diciendo la amble señora - no suele ser así, pero al parecer creyó que tú le gustabas a Nayelly y viceversa, que ibais muy unidos. Y claro, eso significa empezar mal, yo te advierto, ten mucho cuidado con mi marido.

-Pero, ¿Por qué? ¡Si yo no salgo con su hija! ¡Nos conocemos de ayer!

-¡Eso ni se te ocurra decircelo! Le conozco, y pensará "¡¿Se conocen de un día y ya acompañándola a casa?!"

- Venga yaa... - suspiré.

-Lo siento... Voy a avisar a Nayelly, ¿queréis que se lleve a Elisa con vosotros?

-¡Sí! - exclamamos al unísono nuevamente.

En ese instante Nayelly bajó con Elisa.

-¡Anda hola! ¿Qué hacéis aquí? - preguntó.

-¡Venimos a buscarte para enseñarle a los "guiris" el mundo! - dijo Lyann.

-¿Guiris?- preguntamos... ¿Qué es eso?

-Nada dejadlo... - rieron todos. Nos quedamos extrañados,en fin...

-Lo siento, le dije a mi abuela que iría a verla hoy, hace mucho que no voy a la residencia.

-¿Podemos ir? - preguntó Brian.

-Mmm... No sé, supongo que sí, a mi abuela le gusta que haya gente Jaja - aseguró.

-¡Pues vaamos! - exclamó Adonai.

-¡Dale saludos a "la yaya"! - dijo su madre.

-¡Qué sí! - dijo ella dándole un beso en la mejilla y uniéndose al grupo.

-¡Adiós! - dijimos.

Ya a las puertas de la residencia entramos, y he de decir que la cosa estaba demasiado animada, había música a todo volumen, una televisión enorme y gente de la tercera edad divirtiéndose a más no poder.

-¡Hombre Nayelly! - dijo una anciana a lo lejos.

-¡Hola yaya! - saludó acercándose al grupo de señoras en donde estaba la anciana.

Se saludaron y nosotros hicimos lo propio.

Narra Rubén.

Hablamos un rato, Nayelly saludó prácticamente a todo el mundo, vaya, ¡si que conoce a gente aquí!

Las señoras de la pandilla de la "yaya" de Nayelly eran muy simpáticas, marchosas y amables, Jaja, ¡una locura!

Mientras hablábamos no pude creer lo que sentí... ¡Decidme que la abuela de Nayelly no me ha tocado el culo!

Me sobresalté al notarlo.

-¡Oiga! - dije incrédulo.

-¿Qué pasa? - preguntaron todos deteniendo su conversación.

-¡Tu abuela me ha tocado el culo! - dije alejándome unos pasos de esta anciana pervertida.

-¿Eh? ¿Qué? ¡Hay perdona mi niño, es que a las ancianas se nos va la cabeza! - se excusó inocente mientras sonreía.

-¡Abuela! - dijo Nayelly. Ella tampoco se lo creía.

-Hija que quieres, ¡aquí mucha música y mucha mierda, pero nada de mozos buenorros! - comentó una de las demás señoras.

-Rubén, te acaban de llamar buenorro, ¿aquí no te quedas una noche, no? - rió el graciosillo de JuanCa con Tony. Le respondí soltándole una colleja.

-¡Pues vosotros tampoco estáis naaada mal eh! - respondió otra anciana.

Se escondieron tras Nayelly.

-¡Por bocazas! - jajaja.

Todos reímos.

-Abuela, no vuelvas a decir nada parecido delante de mí, por favor. - rogó ella.

-Hija, nos aburrimos mucho, además, tus amigos... - pensó un rato los nombres - Rubén, Tony y Juan Carlos, son muy guapos, porque nosotras seremos viejas, pero aún conservamos las mentes más pervertidas de toda España. - aseguró la señora.

-Si supieras lo que estoy yo pensando ahora mismo... - dijo la más baja de las señoras mirándonos de arriba a bajo.

A ambos tres se nos descompuso la cara y todos echaron a reír.

Nosotros nos miramos, y al ver las caras de los otros dos, también reímos.

Continuará.

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