Samuel *Sam*
-¿ Y bien? ¿Algo que decir a su favor?-dijo el profesor de psicología.
-¡Soy inocente!-gritó alterada Samantha. Parecía que iba a morir ahí mismo.
La rodee con mis brazos para tranquilizarla algo que no pasó.
-Sé que usted no hizo nada, señorita Acevedo.
Ella dejó salir el aire que al parecer, había estado conteniendo.
Me tensé inmediatamente, Samantha me parecía dulce, sin embargo, no era mi culpa que el pantalón del profesor se mojara y tuviera que irselo a cambiar, y darse cuenta que su maletín estuviera lleno de arañas en vez de pantalones.
La solté bruscamente intentando disimular mi enojo. Miré a la profesora quien me veía satisfecha, quería castigarme, eso era.
-Yo no he hecho nada.-mi voz salió firme, con fuerza y segura.
-Estoy segura de que usted hizo que ésta alumna saliera de clases, la chantajeo o algo.- escupió ella haciendo gestos despectivos hacia mi.
Me levanté muy molesto, no se me podía culpar así. Yo no había hecho nada, yo era inocente.
-Fui yo.-admitió Samantha algo nerviosa. La profesora y yo la vimos expectante.
Tuvo la oportunidad de salvarse y no lo hizo. Solo faltaba que dijera una frase más, y me salvaría.
-Escupí sin querer al profesor.-confesó inquieta. Gracias Samantha.- Hubo un conflicto a la hora de buscar sus pantalones, eso si no fue debido a mí.-miró con rabia al chico que estaba sentado a tres asientos lejos de nosotros.
»Tenía miedo y salí corriendo, el profesor empezó a gritar y yo bueno... no supe que hacer. Sam no tiene nada que ver en esto.
Sonreí triunfante, sabiendo que yo iba a ser inmune de esto. Mi sonrisa cambió al ver el gesto de Samantha. Nerviosa, estresada, preocupada...
-No lo esperaba de usted señorita Acevedo.-El rostro del profesor demostraba decepción.- No me queda más remedio que ponerle un castigo.
-¡No!-grité- Ella de verdad no se lo merece, debe perdonarla.
-Lo siento señor Dolan, me es imposible no ponerle una sanción.-se disculpó con la mirada fija hacia a Samantha- Deberá limpiar el comedor a la salida, junto con otros compañeros.
- Pero... -empecé.
-Sin pero joven. Ahora vayan a almorzar.
La tomé, y le indique donde debíamos ir, mientras el profesor regañaba a nuestro compañero, lo más posible es que él se lleve la misma sanción que Samantha.
-Hey, gracias.
-No hay de que.-susurró.- No era tú culpa de todos modos.
Le sonreí en manera de pena.
-Vamos, es hora de presentarte a la «sociedad».
Abrí las puertas que daban al comedor, las cuales sonaron demasiado fuerte, llamando la atención de todos.
-Mierda.-Susurró ella.
-Mierda.-Afirmé.
-Bajo el mismo instituto.- Sam empezó a reír, lo cual me hizo reír un poco a mí.
Todos volvieron a hacer lo que estaban haciendo, mientras nosotros nos dirigíamos a comprar lo que íbamos a almorzar.
Tomé una bandeja, y se la pasé a Sam, es raro llamar Sam cuando tú también te llamas Sam, bueno Samuel y te dicen Sam.
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Entre Nerds.
Ficção Adolescente-¡Deja de hacer eso!-gritó la chica de lentes. -¿Qué?-preguntó juguetón.- Es que no puedo dejar de ser tan guapo, preciosa. -Me sorprende que seas un chico inteligente.-dijo ella en tono sarcástico. -El más inteligente.-corrigió él.- Hasta más intel...