Ya habían terminado las clases y yo me dirigía al comedor. ¿Qué otros estarían en detención? Sam antes de dejarme aquí, muriendo, me dijo que este año la detención sería diferente, haríamos trabajos comunales (en este caso, limpiar) ya que, antes simplemente los dejaban encerrados en una clase cualquiera muriendo del aburrimiento.
Entre todos mis pensamientos, se me olvidó el más importante de todos: mi mamá. Saqué mi teléfono celular de mi bolsillo y pulse el número uno, haciendo marcación rápida, uno, dos, y hasta tres tonos sonaron antes de que mi mamá por fin contestara.
-Hey ma...-no hubo respuesta, solo unas cuantas risas. Apreté duramente mis dientes. Ella estaba con papá. Colgué rápidamente sintiendo como la bilis se atoraba en mi garganta.
Empecé a escribir un mensaje diciendo que llegaría tarde porque tenía detención. Presioné "enviar" y apagué mi celular, luego lo encendería para llamar a Sam y poder volver a casa.
Entré de mala gana, llamando la atención de todos. Vi a Ryan riendo junto al hermano de Sam, Ethan. Vi a otras dos chicas, definitivamente son porristas. Sonreí al ver dos chicos normales, no nerds, no populares, solo dos chicos con unos trapos.
Me acerqué a las cocineras, quienes me vieron confundidas. Claro, los lentes.
-¿Qué puedo hacer?-pregunté, ellas siguieron viéndome como si yo fuera un mito.
«¿Nunca habían visto a una chica como yo, castigada?»
-¿Qué necesitan?-pregunté/exigí que me dijeran.
-Toma aquella escoba, y barre.-contestó una de las señoras.
Asentí con la cabeza, caminé hacia la escoba.
-¡Hey, nerd!-me gritaron, voltee y ahí estaba Ryan sonriéndome. Caminé hacía él, sin notar la presencia de Ethan.
-Hey.-susurré.
-Así que... ¿tú eres la conquista su hermano?-preguntó señalando a Ethan.
Negué sintiendo como mis mejillas se calentaban. Tomé la escoba y seguí con mi labor ignorando las palabras de Ryan.
-Vamos chica, aunque sea dinos tú nombre.-rogó graciosamente, se tiró al piso de rodillas diciendo eso.
-Dime Sam.-susurré mientras él se levantaba.
Esta vez, no sonrió. Solo me miró confundido. Un silencio invadió el ambiente. Me faltaba una parte del comedor, jamás hacía ningún labor en casa, mamá siempre se encargaba de ello.
Cuando por fin terminé, deje la escoba y me despedí de las señoras, ésta vez, ellas me sonrieron.
Las porristas pasaron a un lado de mí, teniéndome asco.
«La disgustada soy yo, estúpidas.»
Saqué mi celular y lo encendí. Tenía veinticinco llamadas perdidas, todas de mamá. Ignoré eso, llamé a Sam.
-Oye tú...-sonreí a la nada.- Ya salí, no estuvo tan mal.
-Te lo dije.-sabía que estaba rodando los ojos.-¿Paso por ti?
Estaba apunto de contestar, cuando alguien arrebató mi celular. Era Ethan.
-¡¿Qué mierda...?!-grité algo desubicada.
-Yo puedo llevarte.-dijo encogiéndose de hombros. Me quedé callada sin saber que decir. Era una réplica exacta de Sam.
-No te lo pedí a ti.-replique molesta.- Devuélveme mi celular.
Se volteo ignorándome, subió a su auto y abrió la puerta del copiloto.
-Si lo quieres, entra.-dijo con un gesto neutral en su cara. Dejó la puerta abierta, a regañadientes subí a su auto.
-¿A dónde?-preguntó, me encogí de hombros y le dicté mi dirección.
En quince minutos estaría en casa, esperando por los gritos de mi mamá, inclusive ya me la imagino, sin embargo, ella está con papá, lo que significa que llegará tarde, muy tarde.
Me voltee disimuladamente para verlo, aunque no había nada nuevo que ver, digo, es igual a Sam. ¿Cómo es que él puede tener a alguien tan idéntico a él? Eso a decir verdad, da miedo. Noté que estaba tenso en el volante, yo no conducía pero sabía que eso en sí, estaba mal.
-¿Estás... estás bien?-mi voz salió en un susurro débil, y lo único que me sorprendió fue lo débil que sonó, siempre susurraba, era algo malo de mí, ni podía hablar muy firme, menos con un chico tan intimidante como Ethan.
Se relajó notablemente, pero su manera de contestarme me intimidó.
¿Desde cuándo un «sí» es intimidante?
-¿Puedes darme mi celular?-pedí nuevamente en un susurro, por lo menos ya no tan débil como el anterior.
-¿Para qué? ¿Para que llames a mi hermano, le digas que te secuestre y tener que ir a dejarle un ojo morado? Ni hablar.-me cortó.
Diablos, este chico realmente daba miedo. Unas dos cuadras más y estaría en casa, no hay nada de que preocuparse. Mantuve mi mirada fija a través de la ventana, niños jugando con agua, hacía un sol del infierno. Estar por estos lados era un fastidio, quería llegar a casa y cambiarme. Estudiar lo que tenía y poder comer un rato. Cuando vi mi casa cerca, tuve que hablar, por desgracia.
-Es la azul.-señalé y el frenó. Algo me dejó petrificada. Mejor dicho alguien. Sam estaba sentado en la puerta de mi casa. Bajé del auto, antes de irme una mano me sujetó fuertemente el brazo, haciendo que chillara un poco.
-No te dejes esto.-dijo extendiéndome mi teléfono, lo tomé tímidamente, deseando haberlo tomado de mala gana. Cuando Sam me visualizó en su campo de visión, noté como se tensó, al igual como estaba su hermano momentos atrás.
-Vete.-ordené y cerré la puerta con fuerza, pero él no arrancó.
-¿¡Qué mierda haces con ella!?-gritó al auto con ventanas oscuras, y blindadas. Mi papá tenía un auto así. Se escuchó el motor encenderse y ambos notamos como el auto avanzaba, perdiéndose a la distancia.
-Yo...-quise explicarle, de verdad, quería hacerlo pero él me ignoró, estaba ido en su propio mundo. Lo toque, rápidamente se volteo, como si estuviese a punto de ser atacado.-Sam, escúchame, no quiero que...
-¿No quieres qué? ¿Que vaya a romperle la cara a ese imbécil por secuestrarte? ¿Es eso?-escupió todas esas preguntas, como si no le doliese decir eso dirigido a su hermano, incluso a mí me dolió.
-No quiero que lleguéis a casa a patearos el culo, es todo.
Él rió sin gracia, se estaba burlando de mí, en mis narices, retrocedí enojada, dirigiéndome a mi casa.
-Ese imbécil que tengo por hermano y yo, no vivimos juntos.-confesó, dejándome a mí con muchas dudas pero dos resaltaban de todas: ¿Por qué no viven juntos? ¿Por qué se odian a muerte?
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Este sensual capítulo no está editado, lo editaré en la tarde por la computadora. Sé que dije que la identidad desconocida sería revelada en éste capítulo, pero si la hacía la historia no se vería bien, así que esperen al próximo. :)
Estrellita arriba si te gustó el capítulo, si quieren dedicaciones pidanmelas c:-Me.
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Entre Nerds.
Novela Juvenil-¡Deja de hacer eso!-gritó la chica de lentes. -¿Qué?-preguntó juguetón.- Es que no puedo dejar de ser tan guapo, preciosa. -Me sorprende que seas un chico inteligente.-dijo ella en tono sarcástico. -El más inteligente.-corrigió él.- Hasta más intel...